Que mar lo que Dios quiera

617 66 26
                                    


- ¿Alura? - la rubia no había cambiado su cara de confundida desde que Andrea entró a su departamento. No paraba de mirar entre ambas mujeres y de moverse en forma nerviosa. Su cabeza y su cuerpo tenían una terrible necesidad de que Lena estuviera a su lado.

Hola hij... Hola Kara - saludó la mujer tratando con cuidado a la persona que tenía enfrente.

Kara se alejó varios pasos y Alura sintió como la mano de la joyera iba a su espalda para darle fuerzas. La rubia mayor agitó la cabeza en señal de que estaba bien. Entre las charlas con su marido, las charlas con las gemelas, los señores Luthor y todos lo que tenían algo que ver en la vida de Kara, Alura había aprendido que alrededor de su hija se tenía que mover como si caminara sobre vidrio, con sumo cuidado.

- ¿Qué... qué... qué haces aquí? - Kara aún no relacionaba el favor que tenía que hacerle a Andrea con la presencia de su madre aquí - ¿por qué la trajiste? ¿Por qué... - No podía evitar sentirse un poco enojada con su amiga.

Andrea y Alura se miraron y fue la joyera la que tomó la palabra - Tu madre... - la rubia apretó sus labios y la elegante mujer se apuró en corregirse - Alura estaba trabajando en la empresa cuando mi padre entró para obligarme a ir a esa fiesta. Escuchó nuestra pelea sin querer y la terminé de usar como terapeuta para contarle la situación. Ella misma se ofreció a cuidar a las niñas - resumió los hechos ocurridos en Rojas & Co.

Ante el silencio y la cara de preocupación y confusión de su hija Alura decidió hablar - Se que probablemente no te guste mucho la idea pero yo amo a esas tres niñas. Dos son mis nietas y la otra es casi como si lo fuera, las voy a cuidar mejor que a mí misma - agregó segura.

Kara agitó la cabeza en negativa. Eran sus hijas y su sobrina, ellas las iba a cuidar.

- Por favor Kara - Andrea insistió mostrándole el smoking - Estoy desesperada - la voz le salía como un chillido.

- Lena... quiero hablar con Lena... - Kara necesitaba que su novia le dijera que todo iba a estar bien.

Esta vez fue Alura la que agarró su celular e intentó llamar a la empresaria. Sabía que si alguien podía sacarle la cara de pánico y de sufrimiento a Kara era su nuera - Lo siento - se disculpó cerrando la llamada - No contesta...

- La señorita Arias tampoco - Andrea había intentado por otro lado.

Sem soja para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora