Capítulo 19: Antiguos Enemigos

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Alaska

Ashton y Gohan estaban bastante pálidos y nerviosos. No sabía si era porque estaban muy drogados o pasaba algo más.

—¿Les pasa algo? —pregunté mientras masticaba unas papas fritas de una bolsa que encontré.

—¿Así como que pasar?... No, no —negó Gohan, aunque no parecía nada convencido.

—Ah...

Ashton no decía nada, solo estaba tomando bebida en un vaso y podía oír que tragaba muy fuerte.

Miré la hora en mi celular y me di cuenta de que quedaba tan solo una hora para año nuevo.

—¿Saben? Mejor me quedaré aquí abajo a esperar el nuevo año —dije—. ¿Qué les parece?

Ashton escupió toda la bebida que tenía en la boca sobre la isla de la cocina y, de paso, me mojó un poco a mí por estar a su lado.

—Iugh —dije asqueada, tomando un poco de papel absorbente del mueble de atrás para secarme.

—L-lo siento, es que me tomó por sorpresa —se excusó.

—Pero si no es nada sorprendente —dije extrañada.

—No, pero...

Antes de que Ashton respondiera algo, una chica alta y piel tostada, con un cuerpo de modelo, apareció en la cocina emocionada.

—¿Quieren jugar a girar la botella?

—No, Jazmín, sabes que tengo pareja —le dijo Ashton.

—No ese girar la botella —aclaró—. Es sin besos, solo con beber shots.

—¡Uh! —exclamé yo—. ¿Puedo jugar yo?

—Claro, corazón. Vamos a la sala.

La chica me dio una sonrisa sincera y salió haciendo una seña para que la siguiera.

Yo estaba por seguirla, pero Ashton y Gohan me detuvieron.

—Si quieres beber algo puedes hacerlo aquí, en la cocina —dijo Ashton—. En la bonita y segura cocina.

—Sí, podríamos encender el microondas y ver cómo los números cambian —siguió Gohan.

Yo lo miré algo extrañada.

—Es broma, ¿no? —pregunté con una sonrisa nerviosa.

Gohan miró hacia los lados repetidas veces y luego me sonrió.

—Claro que es broma...

—Entonces vamos a jugar.

Yo los rodeé y salí de la cocina para ir a la sala, donde había varios invitados haciendo un círculo en el suelo alrededor de una botella vacía de vodka.

La chica llamada Jazmín me hizo un lado a mí y a los chicos, los que se sentaron mirando hacia distintos lados con clara preocupación.

Ya no tenía la sospecha de que algo les sucediera, tenía la certeza.

Decidí no preguntar nada y solo cruzar mis piernas y concentrarme en el juego.

Al principio, no me tocó beber nada, pero cuando habían pasado unos minutos, la botella comenzó a detenerse seguido en mí, dentro de las diez o doce personas que había.

Había tomado ya cuatro shots de tequila cuando alguien apareció en la sala.

—¿Hay lugar para otros dos?

Mis ojos casi se salen cuando vi a Abby y, peor, a Brian ahí de pie.

—Claro —les dijo Jazmín con una sonrisa.

Nosotros contra Los Ángeles [LA #2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora