Ya llevábamos una semana en Miami y, por suerte, hablamos conseguido una buena información gracias a una conversación de Williams y su asistente.
Alaska le había dejado la tarjeta de la habitación tirada en su cuarto, como si se hubiera caído, por lo que no había sospechado que la habíamos robado. Con eso, no habían encontrado las pequeñas grabadoras, pues estas debían estar bien ocultas.
Resultaba que para esa semana harían una fiesta para festejar los buenos resultados de las grabaciones y, aunque la fiesta era en un recinto privado, eso no nos impediría entrar.
Los tres fuimos de compras por unos vestuarios de fiesta que nos harían pasar desapercibidos en algunas situaciones.
No era que no tuviéramos ropa de fiesta, pero no la habíamos llevado a Miami, pues no creímos que tendríamos que usarlas.
—Odio las corbatas... —se quejó Gohan, mirando el mostrador con corbatas.
—Solo serán unas horas —lo animé.
Gohan bufó de mala gana.
—Bien, pero yo elegiré el color y diseño.
Yo lo miré algo dudoso, pero terminé por asentir.Aunque el estilo de Gohan no era nada parecido al mío, no creía que pudiera elegir una corbata tan fea.
Cuando salimos de la tienda con lo que habíamos comprado, fuimos a la tienda donde habíamos dejado a Alie comprando, quien ya estaba afuera mirando su celular con las bolsas en sus brazos.
—Toma —me dijo apenas me vio, entregándome la boleta—. Guárdala para que luego pueda devolverte el monto.
Yo rodé los ojos y tomé la boleta.
No me importaba tener que gastar dinero en esas cosas, menos si era para ella. Alaska era mi novia y yo era millonario, no tenía nada de malo que le hiciera regalos.
Además, si les hacía regalos a Gohan y Alie, gastaba menos dinero en cosas innecesarias para mí, pero me sentía igual de feliz por comprar.
Los tres comenzamos a caminar en dirección al departamento, el que no estaba muy lejos y caminar nos permitía apreciar un poco más Miami.
—Bien, solo nos hace falta los micrófonos para la ropa —dije yo—. Mañana nos encargaremos de eso.
Los dos a sintieron y seguimos hablando de las cosas que había comprado cada uno.
[...]
Era el día, por fin, y en tan sólo una hora, comenzaría la fiesta del equipo de la película producida por Mike Williams.
Los tres nos estábamos acomodando los micrófonos de la ropa para que lo que fuera que pudiéramos oír por ahí quedara grabado.
Alie tenía un vestido verde esmeralda, un tanto ajustado y que llegaba a la mitad de sus muslos. Se veía más que perfecta, incluso cuando debía usar una peluca negra ondulada, que le llegaba bajo el pecho y unos lentes de contacto cafés.
Además de cambiarnos el color de ojos, Gohan y yos nos habíamos puesto lentes falsos y maquillaje para cambiar un poco nuestras facciones.
Alie también se había maquillado bastante e incluso se había hecho pecas falsas, quedando bastante distinta a como era usualmente.
Además de eso, habíamos dejado listas nuestras maletas, debido a que nuestro vuelo para volver a Los Ángeles era en la noche del día siguiente.
—Ya quedan diez minutos, vamos —dije, mirando la hora en mi celular.
Los tres fuimos al auto de Marco y emprendimos el viaje de veinte minutos hacia el salón de fiestas que había arrendado la producción.
Dimos una vuelta por alrededor del lugar para ver qué tanta seguridad había y, por suerte, encontramos un lado más vulnerable.
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Nosotros contra Los Ángeles [LA #2]
AléatoireLuego de que Alaska pase por una desafortunada situación con el poderoso productor de cine Mike Williams, se verá enfrentada a distintos problemas laborales y teme que su carrera de actuación se hunda para siempre. Nuevamente, Gohan y Ashton están d...