Nosotros contra Los Ángeles [LA #2]

Capítulo 11: Familias

Ashton

Entré al cuarto de Gohan sin tocar, aún con Twinkle en los brazos.

Al abrir la puerta de apoco pude notar que Gohan no estaba bien. Estaba con la cabeza enterrada en la almohada y cuando llegué junto a él, oí sus sollozos, los que me rompieron el alma.

Me senté a su lado, lo que pareció asustarlo, pues su llanto se detuvo de golpe.

—Oye, está bien —le dije.

Gohan separó su cara de la almohada y me miró, a la vez que se limpiaba las lágrimas de sus enrojecidas mejillas.

—Estoy bien.

—No lo estas... y no tiene nada de malo —aseguré—. Puedes hacerte el sin sentimientos frente a todos los demás, pero no frente a mí.

Gohan no dijo nada, solo se sentó en la cama igual que yo.

—¿Y si vamos a mi cuarto? —pregunté—. Así nos acostamos los tres y vemos algo en la tele.

Gohan asintió y los dos fuimos hacia arriba con Twinkle incluido.

Una vez en mi cuarto nos acostamos en mi cama. Twinkle quedó entre los dos y sorprendentemente no huyó.

No era que Twinkle fuera arisco, pero como todo gato, tenía su carácter. No siempre se quedaba donde uno lo acostaba e incluso se iba a los mordiscos si lo molestabas mucho.

—¿Alaska te contó todo?

—Sí —respondí.

—Es un ser detestable —dijo, refiriéndose a su padre—. A veces quiero su esposa sepa quién soy y lo que nos hizo a mi madre y a mí..., pero entonces pienso en lo mal que se va a sentir y lo mal que la va a pasar su hijo, y prefiero no hacer nada.

Yo lo estreché en mis brazos, apoyando su cabeza en mi pecho y comencé a acariciar su cabello.

—Eso pasa porque eres excesivamente bueno, hermano —dije con sinceridad—, pero no está mal. En tu lugar, yo tampoco sabría que hacer... es una situación compleja, no puedes tomar una decisión por impulso o sin meditar antes.

—Lo he pensado mucho...

—No creo que jamás sea suficiente —confesé—. La decisión que tomes tendrá consecuencias... realmente, todas las decisiones tienen consecuencias.

—Pero una debe ser peor.

—Bueno, pero eso no vas a saberlo nunca. Cuando tomes una, ya no podrás tomar la otra y nunca sabrás sus reales consecuencias —expliqué—. Gohan, lo que sea que decidas, no te hará una mala persona.

—Pero sí egoísta —dijo él—. Si decido hablar será por mí y arruinaré una familia por eso.

—Eso no será tu culpa. El único culpable de eso sería tu padre, por no ser sincero con su familia y por haberse comportado como una porquería en el pasado.

Gohan se separó de mi para mirarme. Tenía sus ojos irritados y la nariz enrojecida.

—Tal vez tienes razón..., pero aún necesito tiempo.

—Puedes tomar todo el que quieras. Nadie te presiona —lo tranquilicé.

Gohan se volvió a apegar a mí, metiendo su cabeza entre mi cuello y apretándome por la cintura con sus brazos.

—No sé qué haría yo sin ti —comentó.

—Y yo sin ti.

Me mantuve acariciando su cabello para que se relajara, aunque dudaba que pudiera hacerlo fácilmente.