Nosotros contra Los Ángeles [LA #2]

Capítulo 34: Golpe

Ashton

Podía decir que sentir que una gota de sudor me había recorrido toda la espalda cuando vi que unos hombres sacaban a Gohan del lugar como un saco de papas, con Alaska detrás cubriéndose el rostro lo que más podía con el cabello para ahorrarse la vergüenza.

-¿Me oíste Anthony?

La voz de Amy me sacó de mis pensamientos.

¿Quién es Anthony?... ¡Yo, claro!

-D-disculpa, me distraje...

-Te decía que pobre chica. Me daría vergüenza que mi novio hiciera un escándalo como ese -comentó, refiriéndose a Alaska y Gohan.

-Ellos no son novios -solté con una risa divertida.

Amy me miró confundida y entonces me percaté de lo que había dicho.

-Digo... no parecen ser novios, yo diría que son más como hermanos.

Amy se quedó pensando unos segundos y luego hizo una mueca.

-No se parecían en nada. Ella era rubia y pálida, y él tenía el cabello castaño claro y la piel de un tostado natural.

-No tan natural, se ha bronceado más con el tiempo... -murmuré.

-¿Ah?

-Nada... solo pensé que no había nada de química entre ellos.

-Claro que no después de esa vergüenza que pasó la pobre, pero quizás, fuera de esto, son la pareja perfecta.

Yo reprimí mis ganas de reír. Realmente quería decir que la chica era mi pareja perfecta y que el chico, bueno, era mi mejor amigo y algo como amor platónico o alma gemela.

-Tal vez... -me limité a decir.

Amy pareció dar por terminado el tema porque comenzó a comer nuevamente y después de masticar, me dio una mirada algo coqueta con una media sonrisa.

-¿Tienes algo que hacer después de esto?

-Eh... bueno, tengo el cumpleaños de mi hermana -mentí.

-¿Tienes hermanas?

-Sí, dos y dos hermanos. Yo soy el menor.

-Debes ser el consentido de la familia.

Yo reí con algo de nerviosismo.

-Algo como eso...

Claro, en un mundo en que ser el hijo descarriado era sinónimo de ser el hijo consentido.

-Bueno, en ese caso, podríamos tener otra cita otro día -sugirió.

-Claro, me encantaría.

Seguimos hablando por un rato, hasta que, de alguna forma volvimos al tema de la película.

-Es que... Bueno, tu debes saber los rumores que andan por ahí. Todos los que trabajan en la industria del entretenimiento los saben.

-¿Cuáles rumores?

Amy se inclinó sobre la mesa para susurrar:

-Los de Williams... una vez, alguien me dijo que una chica no había aceptado la invitación a, ya sabes, cosas indebidas y entonces él amenazó a todos los directores, productores y directores de castings habidos y por haber en Los Ángeles.

-¿Y es cierto?

Amy se volvió a apoyar en el respaldo de la silla y se encogió de hombros.

-Esa persona no me dijo el nombre de la chica así que, ¿cómo saberlo? -comenzó a jugar con la comida de su plato-. Quizás está persona inventó la historia o la chica no consiguió triunfar y contó eso para desprestigiar a Williams.