Capítulo 24: Atentado

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Gohan

La situación estaba mejor que la novela turca que daban a las seis y que había visto con Alaska antes de comenzar a trabajar. Ya no más faltaba que el señor Johnson revelara que tenía una amante y cinco hijos bastardos.

—¿Pareja? —preguntó el señor Johnson—. ¿Y cómo se llama? ¿En qué trabaja?

—Erick, tiene veintisiete y es un traumatólogo de la universidad de Oxford —respondió Pierce.

—¡No! —se quejó Ashton—. Me das la mínima esperanza de ya no ser el hijo descarriado de esta familia y resulta que tu novio salió de la segunda mejor universidad del país en cuanto a medicina, ¡jugaste con mis sentimientos!

Yo le di golpecitos en la espalda con mi mano como forma de consuelo.

—Y en cambio tú, medianamente heterosexual, pero de novio con una actriz en decadencia de apenas veinticinco años —comenté—. Y omitamos que cargas conmigo.

Ashton me dio una mirada llena de furia, por lo que hice una mímica de cerrar mi boca con un cierre y volví mi vista al señor Johnson.

—Mira, Pierce, tú ya eres un hombre adulto —le dijo el señor—. Puedes hacer lo que se te de la gana y salir con quien quieras, y, mientras no sea un fracasado, pues tu madre y yo estaremos felices de conocer a quien será el compañero de nuestro hijo.

Pierce le dio una sonrisa y el señor Johnson le apretó el hombro como una forma de cariño. Quizás, en cualquier otra familia, eso hubiera sido muy frío, pero en esa, cualquier tipo de contacto físico era impresionante.

Después de eso, todos comenzaron a felicitar a Pierce por tener una pareja por fin, mientras Ashton se lamentaba.

—Bev aún es superior a mí... —se quejó—. Solo por ser una maldita psiquiatra.

—De todas maneras, siempre te ha quedado mejor el papel de chico malo —aseguré.

[...]

Los meses habían pasado y ya estábamos terminando junio sin haber ganado una importante información para ir en contra de Williams y Alie parecía ya estar resignada a no volver a actuar para una película.

Durante esos meses, Alie sólo había trabajado en una obra de teatro, con un papel secundario, aunque lo había hecho muy bien.

Últimamente se dedicaba a ir al café en el que trabajaba a escribir algo en su laptop que no sabía que era, incluso en la mañana, cuando yo no estaba.

Ashton también iba a beber café de vez en cuando, pues había días que extrañaba pasar las tardes conmigo.

Esa semana habíamos dado la parte oral de nuestro examen de titulo y estábamos esperando el resultado para saber si por fin seríamos licenciados en ciencias ambientales, después de eso, comenzarían nuestras vacaciones y nuestra adultez.

Realmente quería aprobar el examen, pero en el fondo no quería comenzar a buscar trabajo como un adulto, pues me daba algo de miedo.

Sí, yo lo solía ser alguien temeroso, pero salir al mundo laboral con mi título profesional y cometer errores me asustaba un poco.

Al menos, haber trabajado con Noah y su madre en el café me había enseñado muchas cosas como tratar con personas y tener responsabilidades con un jefe.

Ese día, Alaska se había quedado hasta tarde en el café y esperó a que Noah cerrara para llevarla a su casa, la que quedaba a tan solo unas calles.

A diferencia de otros días, habíamos cerrado más temprano, pues no había mucha contingencia.

Luego de que dejáramos a Noah, Alie comenzó a conducir hacia la casa.

Nosotros contra Los Ángeles [LA #2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora