XXXIII - {Forever}

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— ¡Reborn! — Gimió Auron, al mismo tiempo que rasguñaba la espalda contraria.

— Eso. — Le dijo contra los labios, continuando con sus profundas embestidas. — Sigue gritando mi nombre, princesa. Hazme saber que te gusta.

— ¡Reb! — Volvió a gritar, siendo incapaz de mencionar su nombre completo otra vez.

— Good boy. — Le lamió los labios para que los abriera y una vez logrado su objetivo, introdujo su lengua en la boca de su pareja, comenzando un beso bastante húmedo.

Las estocadas se detuvieron una vez que ambos se corrieron, los espasmos se hicieron presentes en el cuerpo del Omega y el nudo se formó. Auron mordió su labio inferior cuando sintió como el semen llenaba su interior y como el pene de Reborn evitaba que saliera. Seguía doliendo como el infierno, pero del mismo modo, se continuaba sintiendo exquisito.

— Eres tan hermoso. — Reborn había tomado la costumbre de decirle palabras bonitas a su predestinado luego de tener sexo, para así poder distraerlo del dolor. — Amo tu piel, tus ojos, tu cabello... — Entrelazó los dedos de ambos a los costados de la cabeza de su contrario.

— Y dime... ¿También amas la forma en la que mi culo toma tu polla? — Sonrió travieso y mantuvo la mirada encendida.

— ¿Qué? — Reborn, sin entender el comentario, lo vio a los ojos y supo de inmediato lo que sucedía. — No me puto jodas que se adelantó tu celo. — Dijo con miedo, pues ese día era importante para toda la familia y no quería que su Omega se lo perdiera.

— No... Pero siento que se acerca. — Aclaró, tranquilizando un poco al mayor. — Y me dice que no te deje ir, o al menos no sin otra ronda. Tenemos tiempo todavía. — Relamió sus labios, viendo al contrario con la mirada llena de deseo.

Reborn soltó una risa nasal. — Ni siquiera he salido de ti y ya quieres continuar. Pero como no me puedo negar y como me gusta bastante la idea, deja que la hinchazón baje para que volvamos a empezar. — Dijo, procediendo a morder y marcar el cuello y hombros de su esposo.


Era una tarde preciosa y soleada, los alumnos se encontraban preparándose al interior de la escuela, mientras que los invitados a la ceremonia se hallaban en el área designada para la realización del evento. Nadie escindía las ansias por presenciar lo que se llevaría a cabo, pues era un honor el encontrarse allí, tanto como si eras premiado o si únicamente eras espectador.

— ¿Reborn? — Le habló una mujer, apareciendo por la espalda del mencionado.

— Julia, ¿que tal? — Se volteó para ver a la fémina, reconociendo de inmediato su voz.

— Había olvidado que era el gran día de tus hijos. Vine porque soy la presidenta del centro de padres, pero de haber recordado que esta ceremonia era importante para ti, me habría puesto más guapa — Dijo coqueta, al momento de comenzar a liberar sus feromonas con aroma a chicle de fresa. Era una Omega dominante, por lo que el Alfa pudo percibir mejor aquello y no pudo evitar arrugar la nariz, asqueado.

— Deberías ser más cuidadosa cuando hagas eso, ya que...

— Ya que yo soy su pareja y solo yo puedo marcarlo con mi aroma. — Interrumpió Auron, enojado, pues estuvo presente desde el principio, solo que la mujer lo había ignorado por completo. — ¡Así que atrás ata as! — Añadió, evitando reír. Aquello fue una frase que Axozer dijo en su infancia, cuando aún no podía formar oraciones completas y en un intento por imitar una frase que usaba de vez en cuando su mami, por lo que esta salió de esa forma, quedando como un chiste y frase familiar. — Reborn es mi Alfa. — Gruñó, expulsando feromonas con aroma amargo. No era rival para un dominante y lo sabía, mas no por eso dejaría que lo pisotearan.

Karmaland's Maid Cafe // RebornplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora