IV - {Not your Barbie girl}

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Los días habían pasado y era casi un secreto a voces el extraño comportamiento que tenían Reborn y Auron, tanto con el resto como entre ambos. Hasta donde todos estaban enterados, ellos no se conocían, sin embargo un día, como por arte de magia, comenzaron a tener charlas muy animadas frente a todos, e incluso se iban por ahí a comer a solas. Nadie entendía qué había sucedido y justo por esa razón parecían interesarse demasiado en los nuevos "amigos".

8cho era un caso diferente, pues al ya saber la razón principal de la cercanía de sus dos trabajadores, los mantenía bien vigilados, y no porque creyera que harían las cosas mal, al contrario, pero le preocupaba el estado de Auron, quien siempre presentaba problemas con su celo y luego de ver cómo reaccionó su cuerpo al conocer a su predestinado, no sabía si estar con éste le afectaría, mucho menos si, en caso de hacerlo, sería de forma negativa o positiva.

De cualquier manera, mientras no sucediera nada fuera de lo común, solo podía observar.

— No es normal que no comas nada. — Se quejaba por tercera vez en el día un joven con mechón rubio. — Anda, compremos algo, no me dejes comiendo solo. — Hizo un puchero al cual Reborn no pudo resistirse.

— Es que no me da hambre, tío. — Detestaba ser tan débil cuando se trataba de alguien a quien conocía desde hace tan poco, alguien que no se había ganado su confianza aún, pero que de todas formas sentía que le solucionaba todos los problemas con el solo hecho de estar cerca. — Pero venga, compremos algo para ti y yo veré qué como. Aunque pudiste haber elegido un mejor lugar, aquí solo venden comida mierda. — Miró a su alrededor con algo de desprecio.

— ¡Eh! Un respeto, que me quiero comer un Big Mac y considero que es una cosa mu' rica. — Enarcó las cejas y cruzó los brazos con indignación.

Luego de que ambos compraran sus almuerzos, buscaron un lugar para sentarse, mas cuando vieron la cantidad de gente que transitaba, decidieron salir a la terraza del centro comercial, donde habían muchos lugares disponibles. Vieron una mesa con cuatro sillas, alejada de las puertas y de las personas, así que fueron rápidamente hacia allá, antes de que alguien más lo hiciera.

De los dos, el que más hablaba era Auron, quien si no decía algo que hacía reír al mayor, contaba anécdotas graciosas que le habían sucedido o recomendaba películas y series que, a su parecer, eran muy buenas y debían tener más reconocimiento.

Ciertamente eran dos personas muy diferentes, mas esas mismas diferencias eran las que los hacían encajar a la perfección, y de vez en cuando ellos lo notaban, en silencio, pero lo hacían. Comenzaban a comprender por qué la vida los había hecho predestinados.

Llegado un punto, estaban manteniendo una charla que para cualquiera sería un tanto trivial, aunque para ellos, que aún no se conocían del todo, era un avance y un momento sumamente interesante. Lastimosamente, fueron interrumpidos por Momon y Perxita, quienes aparecieron de la nada sentándose en los dos lugares libres.

— ¡Hola! — Saludó alegre el otaku. — ¿Nos podemos sentar?

— No. — Sentenció Reborn, haciendo notar su molestia.

— Hombre, si ya están aquí. — Como siempre, Auron se mostraba alegre, restandole importancia al asunto. — Quédense.

— Gracias, tú si eres un buen amigo, no como este hijo de puta. — Le dio un ligero golpe con el codo al brazo del de voz gruesa antes de comenzar a comer.

Perxita, quien estaba al lado de Auron, no dijo nada durante varios minutos, algo sumamente extraño en él, quien nunca era tan callado, especialmente al estar con sus amigos, mas tenía una muy buena explicación, y es que desde que tomó asiento había notado el aroma a café en el Omega. Sonrió con burla y luego eternecido, no se creía que el del mechón rubio hubiese dejado que alguien lo marcara con su aroma, mucho menos si ese alguien era Reborn, prácticamente un desconocido.

Karmaland's Maid Cafe // RebornplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora