XXV - {First Man}

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Ya era de madrugada y Reborn seguía sin poder conciliar el sueño. En su cabeza se formulaban muchas preguntas sobre su futuro y el de su familia, y es que quería ser un buen padre y una buena pareja, tenía a dos personas que cuidar y no se podía, ni tampoco quería permitir el fallarles.

Esa misma tarde, Auron les había expresado su deseo de ser psicólogo y que ya tenía decidido comenzar a estudiar una vez que Axo creciera un poco más, pues había sido su sueño desde hace años y estaba listo para cumplirlo, especialmente porque para ese punto de su vida tenía muchas más razones para serlo; quería ayudar más que nunca a las personas que pasaron por lo mismo que él, o incluso que lo pasaron mucho peor. Quería ayudar a los demás, y claramente tanto su padre como su pareja lo apoyaron.

Por esa razón era que Reborn tenía tantas dudas, porque no quería arruinar nada, mucho menos los sueños de su pareja. ¿Podría ser su soporte cuando éste en algún punto no se encuentre bien debido al estrés que significaba la universidad? ¿Su pequeño cachorro podría estar bien si en algunos momentos del día ninguno de sus padres estaba presente? Pues ya no serían simplemente unos días de "vacaciones" los que estarían alejados, sino que estarían así durante más de dos años, lejos durante varias horas al día, y no quería ni imaginar lo que sucedería cuando él mismo fuese oficialmente un policía y quizás tuviera que cumplir con los "horarios de mierda", como los llamaban sus padres. ¿Habría escogido bien lo que quería para su futuro? ¿Debería cambiar a una carrera que le exigiera menos horas laborales para así poder pasar más tiempo con su familia?

Un movimiento ajeno lo hizo volver a la realidad, parpadeando rápido unas cuantas veces antes de ver el cuerpo más pequeño que lo abrazaba y se mantenía con la cabeza escondida en su pecho. Auron dormía plácidamente entre sus brazos, por alguna razón se había vuelto costumbre que se mantuviera allí durante toda la noche, de lo contrario no dormía bien. Claro que a Reborn no le molestaba en lo absoluto, pero le parecía curioso que de un momento a otro hubiera comenzado a dormir en esa posición, lo cual por lo general solo hacía luego de hacer el amor.

"Hacer el amor".

Se quedó pensando en ello por otros largos minutos, mientras escondía su rostro en el cabello de su pareja. Jamás había usado esas palabras para referirse al sexo, siempre en sus antiguas relaciones solo fue eso; sexo. Por mucho que quisiera a la otra persona, nunca sintió la misma conexión que sentía con Auron. De cierta forma era lógico, pues era su pareja predestinada, el individuo que la vida había creado para que encajara a la perfección únicamente con él... Sin embargo, habían casos en los que las personas jamás conocían a dicho individuo y aún así sentían ese "lazo" con alguien más. ¿Tan especial era Auron? ¡Por supuesto! Para Reborn, significaba todo; podía ser desde su perdición, hasta la luz que le iluminaba el camino cuando lo necesitaba.

¿Auron se sentiría de la misma forma por él?

Negó con la cabeza antes de besar con cariño la del contrario y, luego de dejar escapar unas pocas feromonas, se puso de pie con cuidado, procurando no despertar al más bajo. Con los zapatos ya puestos, salió de la habitación haciendo el menor ruido posible y agradeciendo que las cortinas de los ventanales se encontraban abiertas, pues la luz del exterior lo ayudaba a ver por donde iba, evitando que tropezara y/o chocara con todo a su paso.

Caminó rumbo a la salida de la casa, y es que si bien esta contaba con dos grandes balcones donde podría estar, él quería pensar las cosas sin sentir la presión de algo que le recordase a Auron, algo que básicamente toda esa vivienda hacía.

Una vez de pie a unos pocos metros del domicilio, encendió un cigarrillo y observó la luna, como si esta le pudiese dar todas las respuestas que necesitaba... Casi como si pudiese entregarle algún tipo de milagro que esclareciera todo en su mente.

Karmaland's Maid Cafe // RebornplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora