•Capítulo nueve

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Ella hizo uso del baño y al salir me vio, nos vimos, y todo el resto desapareció. Me acerqué y la tomé del rostro, tuve que inclinarme para poder estar cerca de ella y de sus labios.

•Capítulo nueve

Ella hizo uso del baño y al salir me vio, nos vimos, y todo el resto desapareció. Me acerqué y la tomé del rostro, tuve que inclinarme para poder estar cerca de ella y de sus labios. Vi fijamente cada parte de su rostro, su frente, sus ojos, la pequeña nariz respingona, sus pómulos, esos preciosos labios y su fino mentón.

Estaba tan cerca que nuestros alientos colisionaban, ella contuvo la respiración. Yo solo me dediqué a verla. Era perfecta, nos gustaba, me gustaba. Y era nuestra.

—Eres perfecta, Coté. Me gustas tanto.—Le dije muy cerca y muy cachondo, quería estar encima y dentro de ella en este momento y para toda mi jodida vida.

—Tú, estás muy cerca.—Me dijo ella casi rozando mis labios y Dios, esos labios.

—Sí...—Y no pude contenerme. La besé, nos besamos.—Joder, sabes a gloria, Coté.—Dije en medio beso. No quería separarme de su boca. Era tan caliente y dulce, su lengua no sabía moverse pero no me importaba, estaba disfrutando de su beso. Mordí y lamí sus labios, volví a repetir, hasta que nos sentíamos ahogar. Nos separamos y nos vimos. Sus labios rojos e hinchados por el reciente beso la hacía lucir salvaje.

—Esto está mal.—Dijo ella con pena y tristeza.—No puedo hacer esto, no tengo claro lo que siento. No puedo elegir si me lo pidieras, Wolfgang. No me vuelvas a besar, por favor.—Entendía su confusión y lo haría saber.

—Sé que esto es nuevo, y que probablemente pienses que estás traicionando a mis hermanos pero déjame decirte que no es así, luego hablaremos contigo sobre esto, Coté, pero no tengas miedo, no te pondríamos a elegir nada.

—¿Este beso qué significa, quieres de mí lo mismo que quería el que me tenía como prisionera?—Habló ella sin saber que no era ni un poco parecido a la pesadilla que vivió.

—Este beso significa que habrán muchísimos más, te besaremos siempre.

—¿Todos?

—Sí, ¿por qué no?, eres nuestra.—Expliqué.

—Un poco sé sobre relaciones y si me beso con todos ustedes se molestarán conmigo, aún no sé qué desean individualmente ustedes conmigo.—Dijo ella confundida mientras jugaba con sus manos y trataba de verme a los ojos.

Realmente pensábamos estar con ella por el resto de nuestras vidas. Se volvería parte fundamental en nuestras vidas. Jamás dejaríamos ir a alguien como ella, si nos llega a amar, su amor será puro y verdadero.

—¿Y podré amarlos a todos por igual, como una madre ama a sus hijos?

—Dicho de esa forma es muy raro porque no buscamos una madre más, nos basta con las que tenemos. Queremos a alguien que nos ame tanto como nosotros lo haremos, sin algún tipo de interés meramente que el de ser amada hasta las jodidas estrellas, Coté.—Expresé mientras volvía a estar cerca de ella. Jamás me aburriría de su cercanía.

—Esto parece un tipo de broma, luego saldrá en televisión abierta.—Es tan inocente que no puede pensar que puede y merece ser amada por mil personas y una mas.

Ocho corazones para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora