•Capítulo anterior
—Te puedes duchar, cepillar tus dientes y hacer tus necesidades, la habitación y el ball es toda tuya, Coté. Úsala. Ve, te esperaremos.—Wolfgang le habló sin embargo ella no se movió. Solo seguía temblando con sus manos entrelazadas. Me acerqué a ella y la llevé al baño donde comencé a desvestirla, aunque eso fuera caliente, no le haría nada que no quisiera.
—No. déjenme.
•Capítulo cuatro
—No. déjenme.—Decía mientras le quitaba sus prendas sucias. La senté a la fuerza en el retrete y le dije que hiciera sus necesidades, cosa que no hizo, entonces la levanté y la introduje en la bañera. Comencé a llenar esta, nivelando la temporada del agua para que sea adecuada a ella. Intentó salirse, mis hermanos la detuvieron mientras yo le preparaba un baño con espuma.
Verla con ese mini bóxer negro, su sostén negro, sus pechos bajando y subiendo muy rápido, me calentó. Se veía como una diosa luego de tener sexo con mortales.
Se comenzó a empapar, la sentamos ya que su baño caliente y espumoso estaba listo para ella. Mi hermano Willem comenzó a limpiarla, ella temblaba y lloraba en silencio, aunque por momentos se escucharan sus sollozos no nos detuvimos, el agua estaba bien, y al final olería mejor que ahora.
Tenía que quitarle su ropa interior y eso hice, con mucho reproche por su parte pero tenía que estar desnuda. Cuando vi su pequeño cuerpo desnudo me asombré más, era tan precioso, tenía algunas pecas en sus hombros y lunares en su pecho y senos, sus pezones pequeños y rosados eran perfectos y te llamaban a probarlos. Mientras más pasaba el tiempo, más me ponía duro verla así.
Mis hermanos también la vieron, sé que están igual o muchísimo más calientes que yo, no estarlo sería una misión imposible. Era como la manzana prohibida de Adán y Eva. Sería nuestra perdición pero nunca nos opondríamos a caer por ella.
—Te lavaré.—Le hizo saber William, tomó la pequeña esponja rosa y comenzó a tallar su piel, ella se movía tanto porque no quería que la tocáramos, y en el proceso nos mojaba por sus movimientos bruscos. El agua donde estaba era agua bendita para nosotros.
—Tranquilízate cariño, que solo es un baño.—Wolf se puso tras de ella, hizo espuma con el shampoo y lo aplicó en su cuero cabelludo, comenzó a hacerlo con cuidado, desenredando los nudos de su corto cabello castaño.
Pasó así como quince minutos, ella empezó a respirar de manera relajada, nos sorprendió cuando recostó su cabeza en la orilla de la bañera, ahí se quedó mientras le veíamos el rostro y mejillas sonrojadas, sus ojos poco a poco se fueron cerrando, parecía un bebé luchando por no dormirse, pero al final el sueño pudo con ella.
—Joder, se durmió. Terminaré de limpiarla y la recostaremos, qué bueno soy, Dios, la dormí.—Un presumido Wolf se río de su gran hazaña.
Terminó de limpiarla, también su cuerpo, la levantó y pudimos ver completamente su cuerpo desnudo. Sus senos, su abdomen plano, sus piernas esbeltas y blancas, sus rodillas rosadas, sus hoyuelos de Venus en la zona baja de la espalda, sus increíbles nalgas blancas con lunares, sus pequeños pies y sus uñas barnizadas con un color rosa pálido.
Mi hermano la envolvió en una gran toalla. Y la llevó a la cama. Buscó algo de su ropa y se la colocó. Unos bóxers azules y una camiseta gris que podían entrar tres Cotés en ella. La arropó luego de quitarle el exceso de agua en su cabello y dejó encendida la lámpara. Nos la quedamos viendo como tarados por más de media hora. Sin sentirnos cansados o aburridos, verla a ella dormir es la cosa más interesante que jamás hayamos hecho. Estaba tan tranquila.
—Ahora agradezco que nos haya robado. Está dicho, es nuestra.—Dice William. Y claro que lo es.
—Lo sé. Parecemos puto retrasados viéndola desde ya hace media hora.—Digo.
—Es irreal, tiene tantas pecas en sus mejillas, y la mayoría de veces está sonrojada. Es una maldita ilusión. Desearía matar al que le lastimó su rostro.—Esta vez habló mi hermano Willem. Pero aún así, aún con esas dos cicatrices, ella seguía siendo bella.
Tuvimos que dejar de verla, y bajamos a comer. Mis dos hermanos ya tenían lista la cena.
—¿Por qué no viene con ustedes?, ¿Tan mal se comportó?—Adán. Desde el primer momento que nos vio preguntó.
—De hecho no, solo lloró, y luego la durmió Wolf.—Le dice Rey a Adán.
—¿Tomó el baño que sugerí?—Preguntó Damien.—¿La vieron?
—Sí lo tomó. También la vimos. Es perfecta, como una muñeca. Una muñeca pequeña y dulce. Es muy llorona pero me gusta mucho, quisiera sentir su calor corporal siempre, y su olor Dios, es como esas historias de los hombres lobo, donde su chica los conquista con su olor. Sí, estoy seguro que nos pasó lo mismo.—Responde Eilad.
—Quiero verla desnuda yo también. Tuve que estar ahí. Es muy pequeña. ¿Qué le pasa?, la odio, nos atrapó, hermanos.
—Ya lo creo, Adán. Y no pondré resistencia, he tenido malas experiencias con las mujeres, pero siento que con ella estaré bien, mientras me quiera y nos acepte, es todo lo que necesito.—Un pensativo Wolfgang dijo.
—Imagínense cómo será el sexo con ella, es tan pequeña y nosotros somos ocho. Desearía poder ver cómo lo haríamos.
—Lo sé, Damien. Pero el sexo con ella sería glorioso. Ojalá se enamoré de nosotros, le daremos todo, el mundo entero.
—¿Y si no lo hace, Wolfgang? ¿Qué haremos, la dejaremos ir?—Inquirió Rey cabizbajo.
—Claro que no se irá, Rey. Hemos dicho ya que es nuestra. Estará bien con nosotros. Le daremos su espacio, no intentaremos propasarnos con ella. Eso es más para Damien y tú, Adán. No deben asustarla y obligarla a hacer alguna loca idea que tengan en su retorcida cabeza.—Digo.
—¿Cuánto tendremos que esperar para eso? Quiero probar nuevas posiciones con ella, podría ponerla como quisiera. Podríamos, claro.—Dice un Damien con mirada llena de deseo y perversidad. Toca su miembro y sonríe, acción que también nos hace reír a nosotros.
—Hay que esperar a que confíe en nosotros y hacer que se enamore, Damien. —Dice Wolf con tanta esperanza mientras pasa los dedos por sus labios.
—Si tenían algún amorío con cualquier mujer, deben de dejarlo, nada de salir con otras, y si tienen sexo con alguien más que solo sea de una noche, no queremos problemas ni ninguna ex loca que quiera hacerle daño a nuestra chica. ¿Me entendieron?—Aclara Willem. Tenemos que evitar problemas para ella, y conocemos a las mujeres con quien hemos tenido sexo. Entonces evitaremos los mismos.
—Claro y perfecto, Willem.—Dice Wolf. Que claramente es el tercero que no ha tenido sexo recientemente.
Continuará...
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Ocho corazones para ti
RomanceOcho corazones bastan para sentirse amada de pies a cabeza. Y un corazón les basta a ellos para sentirse poderosos y amados aún con sus imperfecciones. "Ser profundamente querido por alguien te da fortaleza, querer profundamente a alguien te da valo...