9. No Mas Apodos

733 85 29
                                        

No regresé a ensayar con Diego, no me sentía bien como para hacerlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No regresé a ensayar con Diego, no me sentía bien como para hacerlo. Aunque supongo que debí decirle que no iba a regresar, porque hasta el momento no ha dejado de mandar mensajes preguntando si algo me sucedió o si necesito ayuda.

Sólo le dije que estaba bien y que mi madre me necesitaba en casa. Pero en realidad mi mamá no me ha hablado y no estoy en casa.

Iba a ir a casa de Iván, como siempre que me siento mal, pero la razón de mi ánimo fue la que me lo impidió. Seguramente iba a cuestionarme lo qué sucedía, y no quería hablar de ello y hacer que él también decayera.

Así que sólo vine a un parque para despejarme.

Sentí pena con Ángel, ya que parecía realmente emocionado por hablar conmigo sobre las ideas que tenía para las clases, pero la cabeza había comenzado a dolerme y tuve que decirle que hablaríamos después.

La forma que tengo para arruinar las cosas es fantástica. Deberían premiarme.

No entiendo cuál es el punto de todo esto.
Se supone que volví a bailar porque estaba seguro de que no me afectaría, que estaba todo superado. Claramente debí considerar el hecho de que mi padre tiene influencia en el mundo del baile y que mis videos seguían rondando en internet, por ende, sería imposible que no me conocieran, pero tenía la esperanza de pasar desapercibido.

Fui un iluso al pensar eso.

No quiero volver a abandonar algo que sé me hace sentir bien y me ayuda cuando lo necesito. Así que doy la vuelta y regreso al estudio para hacer lo que mejor se me da.
Bailar.

Quiero bailar hasta aceptar que el baile no tuvo la culpa de lo que sucedió.

Quiero bailar hasta que deje de sentir este dolor y el único que sienta sea el de mis músculos por el cansancio.

Quiero bailar hasta sentirme libre nuevamente.

El estudio principal está vacío y lo agradezco, porque necesitaba un espejo para este momento. Siempre me ha gustado verme mientras bailo, no sólo para comprobar que lo hago bien, sino para ver lo mucho que lo disfruto, ver la forma en la que mis extremidades golpean el aire y la manera en como mi cuerpo parece casi volar.

Mi mente ha estado en la miseria desde ya tiempo, y aunque he intentado ignorarla, sé que no siempre podré. Aunque a nadie le interese, justo como dice la canción que he comenzado a bailar.

Sólo me dejo llevar por el ritmo de la canción y de lo que siento. Son pasos muy marcados, como si quisiera golpear el aire, y no está tan lejos de lo que deseo.

Necesito sacar la frustración de mi sistema. Todo aquello que ni siquiera pude hablar con mi psicóloga a los 12 años. El maldito rencor hacia a mi padre que me persigue. El coraje hacia a mis compañeros en el estudio anterior. Y, sobre todo, el enojo que tengo con la vida por hacernos pasar por algo así a mí y a mis amigos cuando sólo éramos unos niños que empezaban a crecer y estaban emocionados por conocer el mundo.

Dance With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora