10. Deshonra, Desgracia

643 89 22
                                    

¿Alguna vez han experimentado el dolor de un hueso roto?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Alguna vez han experimentado el dolor de un hueso roto?

Pues la manera en la que me estoy sintiendo ahora se asemeja bastante al dolor que sentí cuando me rompí el brazo a los 13 años.

Sólo que este dolor está alojado en mi pecho, justo donde se encuentra el corazón.

Hay una promesa que nos hicimos mis amigos y yo después de dejar el estudio.

Si alguno llegara a sentir la necesidad de volver a bailar, hablaríamos de ello con los otros dos.

Yo lo hice.

La traidora de Lu no.

Cuando Cora pidió verme en su oficina no esperaba que fuera para decirme que tendría una nueva estudiante, y mucho menos que sería mi mejor amiga.

Pero ¡Oh! ¡Sorpresa!

Ahora la tengo en el estudio J con cara de perrito regañado mientras intento impartir la lección de hoy.

Mandé un mensaje a Iván para saber si él estaba enterado, si me decía que sí no tendría problema, porque al menos sabría que Lu no estuvo en esto sola, pero él no tenía idea de nada.

—Descansen — indico. Todos los chicos se dejan caer al suelo de manera exagerada, a excepción de Lu—. Oh vamos.

—Eres un explotador — acusa Carlos.

—Son bailarines, me sorprende la poca resistencia que tienen por unos cuantos estiramientos — me cruzo de brazos y los miro desde arriba.

—Lo que pasa es que tú crees que somos bailarines profesionales. La mayoría de aquí estamos por hobby — señala Sonia para después dejar caerse completamente al suelo.

Ángel mira con una sonrisa a sus compañeros mientras niega con la cabeza. Esa simple acción hace que sonría de igual forma. La manera en la que Ángel parece cuidar, proteger y entender a sus compañeros me recuerda demasiado a ella.

Sacudo la cabeza borrando todo recuerdo.

—Iré por una botella agua. Tienen 15 minutos para hacer lo mismo — informo y salgo del estudio.

No he avanzado demasiado cuando escucho unos pasos tras de mí. Lo primero que pienso es que Lu ha venido a hablar, pero cuando me giro me encuentro con la figura de Diego.

—Ey — saluda.

—Ey — respondo.

Probablemente este sea el encuentro más incómodo que hemos tenido.

No hemos hablado en dos días, solamente en los ensayos. He ignorado sus pequeños mensajes, porque si él ha decidido comportarse como dos personas diferentes, prefiero mantener mi distancia fuera del estudio. Lo que me ha salido un poco caro, literalmente, porque no me ha llevado a casa y he tenido que pedir un uber estos días.

Dance With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora