Marcos tiene 100 problemas en su vida y Diego puede ser la solución, o un problema más.
Todo depende de qué tan buen compañero de baile sea y de si será capaz de dejar su actitud cautivante y coqueta al menos por dos semanas.
Una personalidad enam...
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Diego tiene un perro.
Un golden retriever llamado Dino. Tiene 5 años y fue un regalo de su hermano cuando este se marchó de casa. Destruyó 18 pares de zapatos de su padre, ocupó de baño la alfombra de su estudio y ama llenarse de tierra en el jardín. Hace unos días tuvo una cita en el veterinario porque perdió un diente, nada del otro mundo, sólo que quiso entrar a la casa, pero la puerta del jardín es transparente así que se estrelló.
¿Que cómo se todo eso?
Bueno, Diego ama hablar de su mascota.
Después de recibir su mensaje y agendarlo, me preguntó si podía llamarme ya que se le daba mal escribir mensajes y prefería hacer todo verbal. Charlamos sobre el ensayo de mañana y soltamos un par de ideas sobre la coreografía, entonces Milo saltó sobre mi regazo y comenzó a maullar por comida. Diego comenzó a hacer preguntas acerca de me gato y después de responderlas todas, me dediqué a escucharlo hablar de su perro por 40 minutos, al parecer lo ama demasiado.
—Un día te presentaré a Dino, y si no le agradas, lo siento, pero saldrás de mi vida. — me dijo en cuanto mencioné que no me agradaban mucho los perros.
—Ya veo quién manda en esa relación — bromeo y escucho su risa a través del teléfono.
—Bueno, ¿qué puedo decir? Soy así de complaciente. — me río de sus palabras.
—Vale, míster complacencia, debo irme, ya es tarde.
—De acuerdo, nos vemos mañana. Que descanses — y cuelga.
Sonrío ante su amabilidad, parece que es algo natural en él. Agradable, él así.
La noche no ha terminado tan mal después de todo.
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Apenas pongo un pie dentro del estudio, las miradas de todos caen sobre mí.
Siento como algunos me escanean completamente, otros susurran entre sí cosas que no puedo oír y me siento muy incómodo.
—Brower — volteo a ver al chico que ha hablado —. Ese es tu nombre, ¿cierto?
