X. Como te echo de menos.

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Después que Karin soltó aquella mentira, Thitiwat salió del teatro sin decir una sola palabra, los chicos de la banda estaban tan confundidos como yo pero tampoco dijeron nada, el único que parecía feliz con todo aquello era Karin, su rostro tenía una expresión de satisfacción imposible de disimular, mientras yo finalmente podía entender el odio que me tenía, sea como sea se estaba vengando de mí.

Volví a casa temprano, quería saber si él estaba bien pero definitivamente no había vuelto a casa.

El señor Thitiwat ha vuelto a Italia. — Le informó Ada.

¿Italia?, ¿volverá pronto?

No lo sé, tal vez en algunos días...

Pero no lo hizo, pasaron dos largas semanas y él no había regresado de su viaje, el teatro seguía funcionando, los chicos continuaban en ensayos y Karin se creía el dueño del mundo, llegaba cuando quería y ensayaba apenas unos minutos antes de irse nuevamente, mientras yo me mataba entre la universidad y el teatro esperando no sabia que.

Los chicos y yo iremos a tomar algo, ¿quieres venir con nosotros? — Preguntó Sam más tarde ese día y todos estábamos exhaustos, realmente no me pareció una mala idea, así que acepté, después de todo creo que nadie me esperaba en casa a excepción del señor Minmin que pasaba sus días echado al lado de Ada, aquello no era de extrañar, Ada era quien le daba de comer.

Claro...

Genial, vamos entonces.

El ambiente era de completa desolación, dado que Karin prácticamente les había abandonado no podían ensayar completamente y estaban totalmente desanimados, pero Sam les inyectaba esa buena energía que necesitaban.

Oh, vamos, solo tenemos que ensayar sin él, tal vez podemos intentar con algunas otra canción. — Dijo ella.

Pero..., Karin es el líder, si él no lo quiere no podemos. — Dijo Prem. — Sabes de sobra que se quedó con la condición de tocar sus canciones, y para que mentirnos, las canciones son hermosas solo que él no sabe cómo interpretarlas correctamente.

Es cierto..., me hubiera gustado escucharlas del propio autor, quisiera saber cómo suenan realmente..., tal como esa noche en el bar... — Suspiró Boun. Earth y Sam lo miraron pero ninguno dijo nada.

No puedo creer que realmente hubiese tenido un amigo... — Protestó Prem.

No me extrañaría que se haya robado el trabajo de ese chico. — Agregó Sam.

¿Notaron el rostro del señor productor?, estaba blanco, creo que no sabia que el chico estaba muerto. — Preguntó Prem.

Si, fue realmente triste. — Contestó Boun.

Pensé en él, no era posible que le doliera mi hipotética muerte, en el pasado jamás demostró siquiera tenerme un poco de cariño, no era como si me hubiese amado, ¿Por qué debería sentir culpa por no poderle decir que yo era Natouch?, las cosas estaba mejor de esa manera, decir la verdad implicaría además que tuviese que explicar mi falso nombre y no podía olvidar que alguien me estaba buscando para asesinarme, esos hombres que me golpearon solo se detuvieron cuando notaron que mis ojos eran distintos, por suerte al parecer no fueron tan inteligentes como para imaginar que podría usar lentes de contacto, si tan solo recordara todo, pero no, los recuerdos iban y venían en goteras.

¿Por qué no intentan con alguna canción nueva?, Earth..., ¿Qué es lo que escribías antes? — Le pregunté para evitar que siguieran especulando sobre el comportamiento del productor, esa tarde había notado que Earth estaba escribiendo algo en su cuaderno, yo era curioso por naturaleza y había notado el compas en sus manos, él también era un compositor.

EL CHICO DETRÁS DEL TELÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora