Lo hice mío, lo besé y acaricie en cada rincón de su cuerpo, sin embargo cuando estaba a punto de alcanzar el clímax, la voz de Ada me devolvió a mi realidad, solo estaba soñando, nada de aquello era real, nunca lo tuve en mis brazos, él nunca entró en la biblioteca, estaba a salvo en su habitación y yo estaba envolviéndome en aquella soledad que cada vez se hacia más profunda.
— ¡Señor!, se ha quedado dormido, vaya a la cama. — Dijo mientras me tocaba el brazo con insistencia. — ¿Ha estado bebiendo?
— No, solo me quede dormido. — Pero Ada me miró con cara de pocos amigos cuando apartó la copa de wiski del escritorio.
— Venga, a dormir. Son casi las tres de la mañana, señor. Va a pescar un resfriado.
— Si, lo siento. ¿Fluke? — Pregunté medio distraído.
— Igual lo escuche hasta tarde, aunque creo que ya se durmió. — Dijo ella.
Caminé a mi habitación sintiendo mis brazos vacíos, minutos antes había soñado con llevarlo hasta mi cuarto, fue tan real, fue tan perfecto, cuando pase delante de su puerta las ganas de verlo me llamaban a cometer la estupidez de girar el picaporte, pero consciente de la hora solo suspiré y seguí mi camino, sus pasos dentro me hicieron suponer que él estaba igual de intranquilo que yo, seria un error golpear su puerta, sería egoísta de mi parte pedirle algo que seguramente lo lastimaría más adelante.
A la mañana siguiente desperté tarde, seguramente el trago hizo su efecto en mí y cuando baje, él ya se estaba marchando a la universidad.
— Buenos días, señor. — Dijo formal.
— Buenos días, Fluke. ¿Ya has desayunado?
— Si, señor. Estaba por irme.
— Claro..., si me esperas puedo llevarte. — Dije para ser amable, no quiera que sospechara que me moría por estar a su lado solo unos minutos más.
— No será necesario, señor. P'Win pasará por mi...
— Ohh, por supuesto. P'Win..., que tengas una excelente jornada, Fluke. — Murmuré molesto conmigo mismo.
— Igualmente, señor. — Me sonrió aunque estaba seguro de que solo lo hacia para que yo no supiera que pasaba por su mente. ¿De verdad le gustaba el nieto de Ada?
Lo vi irse en ese auto en compañía de aquel chico y de pronto desee con toda el alma tener su edad, ¿Cómo hubiese sido?, seguramente me hubiera gustado pasar a recogerlo para ir juntos a la universidad, tal vez también lo llevaría al cine o al parque, luego camino a casa, nos tomaríamos de la mano, pero todo eso no pasaría, la verdad era que mis casi treinta y un años me pesaban.
Fui a la productora esa mañana, tenía que ver varios asuntos, entre ellos los derechos de autor de las canciones que utilizaba Karin, me preocupaba que él le hubiese robado las composiciones a Natouch, así que lo había citado a la oficina ese día para aclarar aquel asunto, pero mi mente volvía constantemente hacia aquel sueño, a Fluke.
— El joven Karin está esperándolo, señor.
— Bien, dígale que pase.
Ese chico tenía mala actitud, nunca me había gustado, en el pasado lo vi muchas veces cerca de él y me parecía que no era la clase de amigos que necesitaba.
— Seré claro, señor Karin. Quiero que me diga la verdad, ¿realmente Natouch le regaló sus canciones?
— Por supuesto que sí, él me dejó sus canciones...
ESTÁS LEYENDO
EL CHICO DETRÁS DEL TELÓN
RomanceArgumento Todo el mundo quería trabajar con el experimentado productor musical Ohm Thitiwat, eso hasta que lo conocían. De un carácter aterrador no exigía menos que la perfección de todo cuanto hacía, no por nada era el mejor de la industria. La bús...