XVI. Deja que salga la luna.

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Afuera llovía como si no hubiera un mañana, de pronto el cielo se había puesto gris y la temporada de lluvia se hacía sentir, Max Nattapol me miraba como si quisiera asesinarme, y yo lo miraba como si se hubiera vuelto loco, no entendía esa historia de que Fluke era su hijo y obviamente él no me daría explicaciones, estaba decidido a llevárselo de ahí y yo estaba convencido de que no existía un mejor lugar para garantizar la seguridad de Fluke que mantenerlo a mi lado.

Necesito hablar con usted. — Le dije tratando de evitar que se lo llevara e interrumpiendo ese silencio que se formó en el ambiente.

Fluke vendrá conmigo, ya no será necesario que él se quede en su casa, ahora estoy aquí para cuidarlo.

Primero usted y yo tendremos una conversación, Profesor. Al menos me debe eso..., ¿no cree?

Un momento... — Fluke se interpuso entre los dos. — Nadie conversara de nada sin que yo este presente, ya estoy harto de que tomen decisiones por mi..., y usted, ¿qué quiso decir con eso de que soy su hijo? — Le preguntó molesto.

Prometo que te lo explicaré, pero primero debes venir conmigo...

¡Señor!, ¡que bueno que están en casa! — La voz de Ada interrumpió todo aquel drama.

¿Qué sucede Ada? — Pregunté exasperado.

Es Minmin, salió esta tarde, pero no ha vuelto, con esta lluvia..., me temo que puede haberle pasado algo.

¿Cuándo fue la última vez que lo viste? — Pregunté.

Estaba conmigo en la cocina, me distraje un momento en la bodega y cuando volví él ya se había ido.

Iré a buscarlo. — Dijo Fluke.

No creo que sea buena idea, Fluke. Llueve mucho y pronto se cortará la luz, podría ser peligroso salir en estas condiciones. — Expresó el profesor Max.

No dejaré a Minmin ahí afuera...

El profesor tiene razón, Fluke. No es seguro salir de casa ahora.

Yo iré a buscar a mi gato, no voy a abandonarlo como..., con permiso. — Respondió tercamente y luego se fue en dirección de la cocina.

Para ustedes solo puede parecer un gato, pero para Fluke..., ha sido un amigo, solo Dios sabe cuánto quiere a ese gato... — Dijo ella molesta con nosotros.

Si el señor Minmin era significativo para Fluke, yo iba a encontrarlo, sería mi forma de decirle que me importaba, que no iba a tomarme su confesión a la ligera, aunque no pudiese decirle con palabras cuan valioso era para mí, al menos podía hacerlo con acciones, así que le marqué a Kao.

El señor Minmin ha desaparecido. — Le informé.

¿Quién es el señor Minmin? — Preguntó él del otro lado del teléfono en evidente estado de confusión.

El gato de Fluke...

Ahh..., ¿y que deseas?, ¿Qué llame a la policía? — Preguntó irónicamente. — Es un gato, por todos los cielos, debe andar por ahí haciendo lo que usualmente hacen los gatos...

¡Kao...!

¡Ohm!, voy a ir y dormir, no molestes...

¡Kao!, ¡trae tu trasero aquí!, ¡despierta a tu gente y encuentra al señor Minmin! — Le grite. — ¡O haré tu vida miserable! — Dije antes de colgar.

EL CHICO DETRÁS DEL TELÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora