XXIII. Imagíname sin ti.

546 106 15
                                    

Era casi de madrugada, Natouch dormía profundamente sobre mi pecho, la felicidad que me embargaba era superior a cualquier otra cosa, estaba tan dichoso que se me había olvidado por completo que él se había escapado de casa, aunque estaba seguro de que el señor De Cham sabía perfectamente donde estaba su hijo de lo contrario mi casa ya hubiese sido invadida por todo el contingente de guardaespaldas que custodiaban a la familia.

¿En qué piensas? — Preguntó de pronto.

En nosotros, en lo felices que seremos. — Contesté.

¿Estás seguro? — Preguntó nuevamente mirando el anillo que le había dado horas antes.

Completamente seguro. ¿Y tú?, ¿tienes alguna duda?

No, estoy completamente seguro de que quiero estar contigo.

Natouch, pase lo que pase, prométeme una cosa.

Umm... — De pronto su voz sonaba algo cansada.

Solo prométeme que pase lo que pase, confiaras en mí.

Claro, cariño. — Luego se durmió.

Mi teléfono tenía algunas llamadas perdidas y varios mensajes de su padre, así que antes que Natouch despertara le llame de vuelta.

Natouch tiene cita para radioterapia, pasaré por él en una hora. — Dijo apenas contestó el teléfono.

Quiero llevarlo. Después yo pasaré a dejarlo a casa antes de mi vuelo a Roma... — Phillip de Cham suspiró resignado del otro lado.

Bien, lo dejo en sus manos entonces.

Señor..., sobre Natouch, quiero que sepa que...

Lo sé, muchacho. Cuando resuelvas tus problemas y Natouch esté completamente recuperado hablaremos del futuro.

Si, señor...

Ahora ve con él.

Fui directamente a la cocina para buscarle el desayuno, pero incluso antes de atravesar la puerta el olor a café recie hecho me llenó los sentidos, era obvio que Ada ya estaba en casa.

Imagino que el señorito sigue dormido.

Profundamente. — Contesté con una sonrisa.

Me alegro de que esté en casa, le he echado tanto de menos.

Lo sé, Ada, pero debemos ser muy cuidadosos, él no recuerda algunas cosas y no quisiera que recuperar su memoria fuera algo traumático.

Si, ya me lo explicado el señor Kao. Por lo mismo, no he permitido que Win se le acerque a pasar de que ellos ya se conocían desde antes.

Tal vez seria bueno que Natouch vea a los chicos, hacer cosas que hacia antes puede ayudarle, ¿no cree usted Ada?

Por supuesto, señor..., debería llevarlo a teatro o a la productora, él pasaba mucho tiempo con los chicos de la banda, tal vez si los ve eso lo ayude...

Tienes razón, Ada. — No sabía que tan buena idea sería eso, tampoco sabía la reacción que tendría él cuando se enterara de todo, pero no podía tapar el sol con un dedo, debía intentar que él recuperara esos recuerdos, esa sería la única manera en que los dos fueran completamente felices.

EL CHICO DETRÁS DEL TELÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora