Capítulo XXIV. Otro día más sin verte.

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Yo vivía para vengar la muerte de mi madre..., la vi morir esperando que algún día mi padre se arrepintiera de todo lo que nos hizo, pero no, él jamás pidió perdón, solo cuando se estaba muriendo cambio esa estúpida clausula, tenía que casarme para heredar el título, jamás se trató de la familia de Cham, no es como dice ese artículo tendencioso, el requisito para heredar el titulo era casarme, pero el Duque anuló eso antes de morir...

¿Es por eso por lo que me rechazabas?, ¿Por qué tenías que casarte con alguien adecuado? — Pregunté. — Dime, ¿Por qué es tan importante aquel título?

Ella se ha quedado con todo lo que pertenecía a mi madre, esa mujer es la causante de su muerte, yo solo quiero que pague y la única manera de hacerlo es quitándole lo único que ama...

Su título de Duquesa...

Por ese título ella ha sido capaz de todo.

Lo siento... — Dije entendiendo por fin cuan terrible había sido su infancia, a pesar de tenerlo todo, fue muy trágico perder a su madre de esa manera. — ¿Aun así estas dispuesto a renunciar a tu venganza?

Estoy dispuesto a cualquier cosa con tal de no perderte, tú eres el amor de mi vida, Natouch. Sin ti no tengo nada.

Ambos estábamos sentados en el salón, pero yo puse distancia entre los dos de manera inconsciente.

La primera vez que te vi supe que no serías solo un alumno para mí, al principio negué rotundamente mis sentimientos, yo tenía veinticinco años y tú solo quince, ¿Cómo podía?

Pero, después..., cuando nos volvimos a encontrar, tu comportamiento fue tan... extraño. — Reflexioné.

Debía serlo, sigues siendo mucho menor, Natouch y al principio no sabía si tú eras realmente tú, me asustaba la idea de que te sucediera algo, quise protegerte, te saqué del bar, te traje a vivir conmigo, cada vez que me acercaba a ti sucedía algo, así que trataba infructuosamente alejarme, pero no podía, cada vez era más difícil...

Me rechazaste tantas veces... — Le reclamé.

Tampoco fuiste claro, te ocultaste, te alejaste de mí, pensé que tus sentimientos por mi habían acabado...

Aunque perdí la memoria, lo único que no podía olvidar eras tú, cada vez que te veía..., es decir jamás me fuiste indiferente, sentía que eras especial para mí.

Te fuiste con Win... — Reclamó.

Porque descubrí que ibas a casarte. Es tu culpa...

Juro que nunca le pedí matrimonio. — Dijo él tomando mi mano.

Por favor, sé sincero conmigo, mira dentro de ti, ¿estás seguro de que realmente me amas? — Pregunté temeroso de aquella respuesta.

Te amo. — Dijo poniendo mi mano en su mejilla. — Te amo irremediablemente, profundamente, nunca he amado a nadie más, eres tú, mi primer amor también. — Solté el aire que había estado conteniendo y quise preguntar por algo que estaba rondando mi cabeza desde que había recuperado la memoria y que me había alertado sobre mi origen.

Quiero que me respondas algo. — Hice una pausa mientras él esperaba. — ¿Has pensado en el futuro?, si te casas conmigo, ¿esperas tener hijos? — Pregunté suponiendo que él notaria en realidad como es que yo había venido al mundo y las enormes probabilidades de que fuera igual a mi padre.

EL CHICO DETRÁS DEL TELÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora