VII. ¿Te acuerdas de mí?

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Natouch Pakorn Siripongthon, joven prominente de quince años, hijo de un extranjero rico, era escoltado por las congestionadas calles de Bangkok por su chofer personal y por sus dos guardaespaldas, su padre el empresario Tul Pakorn era muy precavido, jamás dejaba que su único hijo estuviera solo, la seguridad de Natouch era lo más importante y por eso tenía a los mejores escoltas del país.

¿Asistirá hoy a su clase de español, Natouch? — Le preguntó Nate, su conductor.

No lo sé. ¿Papá vuelve hoy de su viaje?

Si, joven, me ha pedido que lo lleve temprano a casa.

Tengo clases en el conservatorio. No quiero faltar, Nate. Llamaré a papá por mi cuenta. — El auto ser detuvo afuera de la escuela de música y luego Nate se bajó para abrirle la puerta.

Ya sabe por que su padre quiere reunirse con usted...

Nuestro viaje a Estados Unidos, lo sé, papá quiere presentarme a alguien... y que nos quedemos allá por un tiempo para ver un buen doctor...

Si, entonces, ¿quiere ir?

La verdad, no..., aquí esta..., todo lo que quiero.

Lo sabemos, pero..., el señor Pakorn tiene sus razones. Es por su bien..., además sus dolores de cabeza son cada vez más recurrentes... — Natouch lo miró y cambio de tema.

Gracias, Nate..., a propósito Nate.

Si, joven.

La señorita Pak me preguntó por usted.

¿En serio?, ¿Qué quería saber? — Preguntó él demasiado emocionado.

Si acaso tenías alguna novia... — Su conductor se volvió rojo como la grana. — No te emociones mucho Nate. Ya te lo dije, finge desinterés.

Si..., gracias, señor.

Las gafas, Nate. No te olvides de las gafas cuando la veas más tarde. — Le dijo arreglándole también el pelo. — Seriedad, a ella le gustan los tipos interesante.

Natouch se rio, Nate era como en niño y estaba enamorado, eso le hacía vulnerablemente torpe, así que decidió ayudarlo, había estado buscando demasiado tiempo el amor, y ya era tiempo que lo encontrara.

Nate miró al hijo de su jefe, Natouch era un chico lindo, amable y especialmente carismático, el señor Pakorn le cuidaba como si fuera su tesoro más preciado, en cuanto a la señorita Pak, ella era la asistente personal del señor Pakorn, se conocían desde hace tiempo, si no hubiese estado seguro de que desde hace años que el señor Pakorn le había entregado su corazón a alguien más, Nate hubiera jurado que él y su asistente tenían una relación, pero aquello no pasaba más que de una bella amistad.

Los ojos del joven Natouch también brillaban por un primer amor, pero aquella relación parecía algo imposible, aunque eso no mellaba el espíritu de su joven amo, no él no era de aquellos que se dejaban vencer tan fácilmente, Thitiwat Ritprasert era diez años mayor pero eso no había impedido que Natouch se fijara en él y Nate no era ciego ante eso, incluso había aplicado para entrar en el conservatorio de música sin decirle a su padre.

Iré solo. — Anuncio como siempre, pero como siempre, Ross y Kim solo se rieron. — ¿Qué puede pasarme dentro del conservatorio?, ¿eh?, por favor...

EL CHICO DETRÁS DEL TELÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora