6. Destino

117 7 0
                                    

Intento con todas mis fuerzas conciliar el sueño, pero al igual que estos últimos días cada que cierro los ojos, una imagen aparece en mi mente es su forma de besarme, la forma en que nuestros alientos se mezclaban, la forma en que sus labios han tocado los míos, de esa forma tan voraz, tan carnal, tan inigualable. ¡Dios! Si en este momento alguien pudiera meterse en mi mente y saber lo que pienso me llamarían idiota, ha sido solo un beso.

Hace una semana que regresé del viaje pero recuerdo el beso como si fuese ayer. No sé que carajos me pasa, seguro él ni se acuerda de mí.

Por lo visto esta noche no me va hacer fácil dormir, así que salgo del dormitorio y voy directo al cuarto de juegos. Todo está oscuro, pero sé de memoria donde esta interruptor. Lo enciendo y lo primero que veo es la mesa de billar, pero por ahora no tengo eso en mente, sigo caminando hasta que quedo frente a la Tv y la PS4.

Busco entre la pila de CDs de mis hermanos hasta que encuentro el que busco FIFA. Si poco común para una mujer, pero bueno desde pequeña solo he tenido a mis hermanos y primos, son pocas las mujeres en la familia, así que es normal para mi ser como un niño niña, juego fútbol, billar, soy fanática al ciento uno por ciento de los personajes de Marvel.

-Nada de mujeres aquí- me dice mi hermano Argell. No recuerdo en que momento me habré quedado dormida en uno de los muebles- ya despierta, mamá te fue a buscar a tu recamara y no te encontró- añade.

-Espera quédate ahí- dice Drake, uno de mis primos mellizos y saca del bolsillo del pantalón su celular- eso así, que bonita- añade mientras oigo el clic del celular- esto irá a Facebook-.

Aun soñolienta, estiro la mano y encuentro una almohada y se la lanzo.

-¡Auch!- se queja.

-Te lo mereces por idiota- le digo sonriendo.

Dejo a ese trío atrás, y me voy a mi cuarto. Me ducho, pongo algo decente y salgo rumbo al restaurante de mi mamá, siempre que puedo voy a ayudar haciéndole de cajera.

-Hija ¿dónde estabas?- pregunta mi mamá cuando voy entrando por la puerta del restaurante. El local está ubicado en el Caminito un barrio muy turístico en Bs. Aires, es pequeño pero mi mamá cocina como dicen los mexicanos de re chupete, es muy popular aquí en la ciudad.

-En casa, estaba en el cuarto de juegos- respondo, mientras le doy un beso en la mejilla.

-Ah, no busque allí- dice- ponte un mandil y ayuda a tu abuela a hacer el postre- añade.

Me dirijo a la cocina, y encuentro a la mujer canosa más guapa que conozco mi abuela. Muchos dicen que soy idéntica a ella.

-Hola mi allá- digo, mi hermano Argell no sé por qué, pero la nombró así y a todos se nos quedó ese apodo.

-Mi niña, ¿vienes a ayudar?- me pregunta.

-Depende de que estés preparando- le contesto para luego plantarle un sonoro beso.

-Acércate y verás- me dice con una sonrisa pícara.

Obedezco al instante y cuando logro ver lo que preparo comienzo a llenarla de besos. Está preparando torta de chocolate mojada, mi favorita.

-Abuela te amo, ¿lo sabes? quiero todas las porciones- digo.

-No me vas a comprar con besos- dice riendo.

Cuando el pastel está listo, le pido a mi abuela una porción antes de que vaya al mostrador y me deje sin parte, luego a mi mamá le pido otra porción sin comentarle la que ya me dio mí allá. Ya con toda la comida preparada me acerco a la puerta y coloco el cartel de abierto, y me dirijo a la caja lista a atender.

***

Es sábado por la noche y mi mejor amigo se ha congeniado con mis padres para realizarme una fiesta de despedida en la terraza.

Estoy en mi cuarto, buscando que ponerme, casi toda mi ropa ya está en la maleta de equipaje. Terminó metida en un pantalón negro, una básica blanca, unas flats rojas y listo.

Cuando llego a la terraza ya hay varias personas, mis tíos, abuelos y primos por un lado, por otros amigos de toda la vida, algunos de la universidad. Mis padres y mis hermanos, personas a las que amo.

La noche transcurre de maravilla, algunos amigos han traído sus guitarras, otros como Alberto y Alejandra han traído cerveza.

Viendo a todas las personas que amo aquí en un mismo lugar, me gusta pero me pone triste de pensar que estaré dos años lejos de todos ellos, sola.

-Aitana vamos- dice Gianella, una vieja amiga agarrándome del brazo. Nos dirigimos hasta donde están un par de amigos con guitarra.

Me siento a lado de Guille que tiene una guitarra, y después de coordinar un rato él empieza con los primeros acordes de la canción sirena de Sin Bandera y empezamos todos a cantarla.

Así pasamos la noche cantando un par de canciones más, unas cervezas, cientos de historias que contar entre risas y lágrimas. Irme por tres años, no se me hace tan difícil, lo extrañaré a todos nuevamente.

***

Salimos muy, pero muy temprano de casa, mi papá va al volante. Está lloviendo, así que el clima no ayuda en nada a llegar temprano al aeropuerto, debería haber llegado hacia media hora, ya que se supone salí temprano.

Me encuentro en el aeropuerto, me han acompañado mis padres y mis hermanos. Ariane también vino acompañada de su familia, ella viajara a Francia por vacaciones, fue muy linda al hablarle a su tía para que me deje quedarme con ellas hasta que consiga departamento.

Un mes es tiempo suficiente para buscar departamento.

Durante el viaje, me entretengo viendo una película, luego me dispongo a terminar de leer "Si tan sólo fuera sexo" era de mis favoritos en la plataforma de wattpad, hasta que a la autora le salió la oportunidad de publicar en físico, ¡Y cómo no, si escribe de maravilla!

La azafata informa por los altavoces, que ya estamos cerca del aterrizaje.

Mi emoción crece a velocidad, llegaré a mi destino en poco.

Un instante para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora