5. Jagger

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Hoy nos despertamos temprano, para poder ir a Orlando, solo dos noches, y regresaremos a Bs. Aires.

Para el medio día ya estamos desempacando las cosas, el paquete promocional, también incluía reservaciones en uno de los hoteles de dicha ciudad. Mientras almorzamos, empezamos a platicar sobre las siguientes actividades que realizaremos estos últimos días.

-Yo opino que vayamos mañana a Disneyland y hoy Universal Studios- dice Alejandra.

-Yo quiero ir a Disneyland hoy- se queja Joselyn.

-No, mejor mañana como dice Ale- musita Alberto.

***

El clima está perfectamente soleado. Así que opto por unos short de mezclilla, una blusa sin mangas de mickey mouse y mis alpargatas toms.

Cuando llegamos a Disneyland, no se por dónde empezar, bueno sí se quiero ir a ver a la sirenita Ariel, ya saben pelirroja como yo, desde que tengo memoria me encanta.

Es el mejor día de nuestras vidas, claro después de la incorporación. Las chicas nos volvemos locas cuando nos encontramos a los príncipes guapos de los cuentos.

Mi iPhone se llenó de cientos y cientos  de fotos, conocemos a todas las princesas, a mickey, minnie, pluto, y Donald el hermoso patito Donald.

¡Dios, que chiquilla parezco! Me digo mentalmente, pero quién no, es Disneyland el lugar donde los sueños se hacen realidad.

Ya de regreso en el hotel, nos despedimos en el lobby, y voy directo a mi habitación necesito dormir.

21:00pm
Mensaje de Joselyn:

-Estamos en el bar del hotel, no quise despertarte pero el cosmopolitan está buenísimo.

-Ok, en breve estoy allá.

-Te esperamos.

Me arreglo lo más rápido posible, con poco maquillaje. Llevo una mini falda negra de cuero, una blusa del mismo color con un estampado de gatitos y para no verme tan fresa llevo una chaqueta de cuero negra, a  juego con las botas. ¡Uy, sí la ruda de los gatos! 

***

Estoy pasándola fenomenal con el resto del grupo, después de varios numeritos de bailes, me siento algo sedienta, así que decido ir a la barra en busca de un jagger. No sé en qué momento deje de contar los shots, porque ya siento el alcohol recorrer mis venas, que me vuelvo a reactivar tanto así que me siento demasiado animada y con muchas ganas de volver a bailar.

Me dirijo a la pista y comienzo a moverme al ritmo de la música, sin darme cuenta termino frente al pibe más guapo que he visto en mi vida, sus ojos azules son muy penetrantes, se clavan en los míos. Desvío la mirada y observo la chaqueta negra de cuero ¡Vaya, otro que va de disque rudo! Río para mis adentros, la lleva abierta igual que yo, deja ver la camisa del mismo tono de la chaqueta y que cabe recalcar le asienta de maravilla, ¡Y no es de gatitos!

¡Dios si esta para comérselo!, debo de estar viéndolo con cara de idiota y bobalicona, porque su sonrisa aunque hermosa es de don arrogante desborda luz o soy yo después de tantos Jagger que ya alucino.

De pronto se acerca, se está acercando, ¡Aitana Rodríguez controlate! Me digo mentalmente, pero es que este monumento de hombre le aceleraría el pulso a cualquiera, está aquí a pocos centímetros de mí, ¡Dios! Su sonrisa es aún más perfecta.

Sin darme cuenta estoy bailando con este guapo, no sé cómo ha sucedido, sólo sé que estoy en medio de la pista bailando con él. ¡Dios cada segundo lo encuentro buenote! Tanto así que me entran unas ganas inmensas de besarlo. Y sin pensarlo mucho, me lanzo sobre su boca y le doy un beso, me responde el beso lo que es bueno para mí, al menos hasta que la parte racional en mi aparezca y me entre la vergüenza por besarle.

A medida el beso se va volviendo más ardiente, más carnal, nuestras lenguas se reconocen, bailan al compás, siento como sus manos firmes, me sujetan por la cintura y la nuca y me atrae más hacia él.

¿Qué carajos estoy haciendo? Yo no soy así. Me reprendo mentalmente. Y mi parte racional ha vuelto, ¡Te estabas tardando!

Me separo bruscamente de él. Necesito salir de aquí, sin decirle nada y como alma que lleva el viento me dirijo hacia afuera. Aún siento sus penetrantes ojos encima de mí, necesito aire o moriré bajo la mirada de ese hombre.

Mientras voy saliendo del bar, veo como viene Carla dirigiéndose hacia mí.

-Aitana, ¿a dónde vas con tanta rapidez?- pregunta Carla.

-Creo que he bebido demasiado, necesito aire. No me esperéis es muy posible que me regrese a la habitación - respondo algo aturdida.

-¿En serio?, ¿Tan rápido? Pero si esto recién empieza- musita.

-Sí, también me siento algo cansada- miento.

-Está bien, agua fiesta- dice y la veo alejarse hacia la barra.

***

-¡Qué demonios!, ¿Qué hora es?- pregunte aun soñolienta.

-Son las 8 de la mañana- me respondió Alberto entrando al dormitorio seguido de Edwin.

-Pero que carajos, como se les ocurre despertarme un domingo a esta hora- proteste por semejante locura- saben ustedes que es pecado CAPITAL, levantarme a esta hora un domingo-.

-Ya no seas vaga mira que Joselyn nos abrió la puerta- dice Alberto, Ricardo fue a despertar a Alejandra y Carla-.

-Los odio lo sabían- les digo y cuando creí que no podría ser peor y aparece Ricardo con un no sé qué haciendo ruido.

-Ya despierten para ir a desayunar en grupo - dice Ricardo mientras sigue haciendo ruido.

-Ya va, ya va si al menos váyanse para poderme cambiar no- les dije mientras me ponía a lado de la puerta esperando a que salieran todos tres.

Luego de la ducha voy hasta el armario y elijo una leggins tribal, con un blusón blanco, unas flats y mis gafas de aviador.

Entramos todos juntos al ascensor, y segundos antes de que se cierren las puertas, logro verlo. Nuestras miradas se cruzan, esos ojos, azules como el océano, tienen un brillo, algo que me cautiva.

Lo recuerdo, es él, ese desconocido que me gustó tanto la noche anterior. Nunca había besado a un desconocido, y menos en la manera que lo hice, pero algo en ese hombre de mirada perfecta, me resulta familiar.

Puede que este loca, porque un rostro así no se olvida, ni queriendo.

Un instante para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora