Había olvidado por completo mi celular en la estación de enfermeras que si no es por Valeria y claro por los padres de Fabrizzio, no sé cuánto tiempo estuviese mi familia esperando por mi en el aeropuerto.
Los padres de Fabrizzio fueron muy gentiles en permitir que mis padres se queden en su casa de visitas por las festividades y que pueda tenerlos cerca.
¡Olé por ellos! Como dice Vale.
La consulta es un caos, tantos pacientes, pero para el final del día no hay más que felicidad.
Estamos en vísperas de navidad y claro del cumpleaños de mi amor, todo marcha viento en popa, no puedo pedir nada más, tengo todo lo que he deseado y más.
Al terminar mi jornada, salgo disparada hacia la nueva habitación de Fabrizzio, y lo que veo al entrar me deja sin habla.
Se ha afeitado, ya no lleva la bata de hospital, y esta jodidamente sexy.
Mi mandíbula esta por los pisos, literal y él lo nota porque camina hacía mí con esa chulería que amo y detesto de él, pero vamos, todos saben que más la amo.
Esta a escasos centímetros de distancia y con su voz ronca me dice al oído dejando con la "piel de gallina" como se dice en mi pueblo dijo mi abuela.
-Eres las dueñas de mis fantasías-
Me arrojo a sus brazos, ¿y cuándo no? Y me lo como a besos.
Conversamos una media hora aunque me encantaría que fuese más el tiempo pero Elliot acaba de llegar y me comunica que él ya terminó su jornada. Hemos quedado en ir juntos a la casa, no puedo esperar para ver a mi familia.
Al llegar nos recibe el ama de llave y nos informa que todos ya están en el jardín.
No lo puedo creer, mi familia llegó.
Corro hacia mis padres que estaban platicando con los de Fabrizzio y me lanzo a sus brazos, después de deshacernos en mimos notó que mi abuela ya esta a lado nuestro y me la como a besos a ella también, trae un look diferente, se ha teñido el cabello a un color cobrizo que le queda genial. Por último mis hermanos y Valentino me reciben igual de emocionados.
Saludo a los padres de mi adonis, y les vuelvo a agradecer por todo lo que están haciendo por mí y mi familia.
La cena estuvo de maravilla, como me gustaría que mamá conociera a los hermanos Belforantor.
Horas más tarde acabada la cena, Elliot me dice que ya se retira para su casa, y se ofrece a llevarme. Con un nudo en la garganta me cuesta separarme de mi familia pero así son las cosas. Me despido de cada uno, y prometo volver al día siguiente.
Ya de camino a casa Elliot, me habla un poco más de su vida y como inicio su amistad con Fabrizzio.
-Era un regordete con lentes, sexy pero regordete- me explica mientras se infla las mejillas, lo cuál lo hace ver muy gracioso- sin novia, ni amigos. Mi padre habían muerto menos de un mes y mi madre no era muy llevado con la familia de mi padre por lo que éramos solo ella y yo, hasta que un día de clases cualquiera me colocan de compañero de Fabrizzio en biología y pues el resto ya lo sabes...
Cuando llego a casa me sorprendo al ver una caja mediana con un lazo a juego en tono pastel todo, y una tarjeta que dice:
No me iré más.
F.B
Destapo la caja embobada ante su detalle y me embobo aún más es una hermosa orquídea. Busco la llave en mi cartera y entro a mi departamento con una gigantesca sonrisa y todo, todo es por él.
Me dejo la orquídea blanca en la isla de la cocina, cojo de la alacena un vaso y me sirvo un poco de agua.
¡Necesito un baño! Así que vuelvo a abrir la alacena y esta vez alcanzo una copa y me sirvo vino. me dirijo directamente al baño y empiezo a preparar el agua, su temperatura y las esencias que le pondré.
Cuando tengo todo listo, tomo mi iPhone y busco en el reproductor de repertorio de Alejandro Sanz, me coloco los audífonos y trato de relajarme con la primera canción que suena Deja que te bese, pero no llega ni a la mitad y es interrumpida por una videollamada del whatsapp. Opto por declinar la llamada pero al ver que se trata de Fabrizzio, me decido por aceptarla y espero unos segundos a que él aparezca del otro lado de la pantalla en darme cuenta de como voy yo, desnuda en la bañera, y que lo único que cubre mis pechos es la espuma que pinta la bañera.
-Dios, por qué tanto castigo- dice mi adonis al otro lado, esta en su cama de hospital- me acabo empalar solo con verte así- suelta con esa voz ronca que me pone los nervios de punta.
No puedo evitar ponerme más roja que un tomate y morderme el labio inferior ante su comentario.
-Deja de morderte el labio Aitana, solo haces que me empale más y con ello solo lograras que vaya de fugitivo de este hospital, para empalarme en ti- bien, aún ni me toca y obvio no hará pero con cada palabra emitida por él mis pezones empiezan a ponerse duros, que casi duelen.
No puedo evitarme volver a morderme el labio, y lo veo suspirar al otro lado de la linea. Trato de controlarme yo también y articulo un penoso Te extraño.
-No tienes idea de cuanto de extraño princesa- me sonríe y añade- Juguemos a algo- por el brillo de su mirada y esa sonrisa tan devastadora, intuyo que lo que me pedirá me pondrá más y más caliente pero mi cordura ya dejo de funcionar en el instante que él apareció por la pantalla de mi celular, así que sin esperar a que me explique el juego, sale de mi un rotundo:
-Juguemos.
-Bien, mi princesa dime, si estuviese yo ahí ¿qué crees que empezaría hacerte?- pregunta.
¿Qué me haría él? ¡AyDiomio! Qué no me haría sería la pregunta pero este hombre me hace de todo y me gusta.
-Me.. me empezarías masajeando los pechos- musito.
¡Y ahí esta! Con este hombre olvido como es hablar.
-¿Ah sí?- pregunta todo provocativo.
-Sí- contesto convencida.
-Pues, empieza... Enseñame como lo haría yo- dice expectante y obedezco. Primero el izquierdo, trazo pequeños círculos alrededor de la areola y suaves pellizcos al pezón, hago lo mismo con el derecho. Alternando los pechos.
-Eso es- me apremia- sigue así y no dejes de mirarme- sigo por un rato más con estas caricias, se siente tan bien hacerlo para él.
-Ahora quiero que empieces a bajar muy lentamente- me indica y hago lo que me pide. Deslizo muy lentamente mi mano libre hacia abajo hasta llegar a mi clitoris y no puedo evitar cerrar los ojos y lanzar un suspiro al sentir mi propio tacto.
-Eso Aitana.. Y dime ¿quién es quién te hace todo eso?- pregunta y prosigue- Abre los ojos, no dejes de verme.
-Tú- respondo mientras uno de mis dedos vaga por la entrada mi vagina, rozando al principio y luego introduciendose, sacándome gemidos.
Mantenemos este juego hasta que entre caricias y caricias, imaginandomelo a él dentro de mí mordisqueando aquí y allá, con cada caricia mi arqueo más hasta que alcanzo el clímax.
Tardo un poco en recobrarme, y cuando lo hago me río por lo que acaba de pasar. Tomo mi celular y al otro lado me recibe la sonrisa que derrite mi corazón.
-Es sin duda el mejor regalo de cumpleaños, mi princesa- dice y es entonces cuando caigo en cuenta de la hora.
¡Es su cumpleaños!
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Un instante para siempre
Roman d'amourAitana es una joven vivaracha, con una meta traza. No tiene tiempo para el amor, y no cree en el gracias a su ex; su único enfoque es su carrera y su familia o se cree. Un viaje que lo cambia todo, unos ojos azules que hipnotizan. ¿Será que vuelve a...