-Takano-san, no se duerma.-Onodera sacudía a su jefe con vehemencia, luciendo unas ojeras bajo sus ojos que eran tan negras como la mismísima fosa de las Marianas.-Aún no terminamos.-El manuscrito debía ser aprobado por el editor en jefe o no podrían mandarlo.
-Mmm...-El pelinegro asintió lentamente, sin poder levantar la cabeza del escritorio. No tenía fuerzas y no sabía por qué.-Ya voy...-Apoyo sus antebrazos contra la mesa, empujándose levemente hacia arriba.
-¿Takano-san está bien?-Pregunto Mino al ver las mejillas rojas del mayor, cambiando su típica sonrisa a un semblante mucho más serio. Kisa y Hatori lo voltearon a ver también, no era un buen momento para que el editor en jefe se desmayara.
-Déjame ver...-Onodera tomó entre sus manos la cara del pelinegro, sorprendiéndose de inmediato al sentir la temperatura tan alta que tenía. Kisa sonrió de forma coqueta al observar la forma tan cuidadosa del menor al tratar de levantar al mayor, era demasiado obvio.-Tiene fiebre.-Dijo con angustia, manteniendo alzado el rostro de su jefe.
-Creo que mejor lo llevas para su casa, Onodera.-Exclamo Hatori, pensando que Takano no serviría de nada en ese estado.
-¡N-no me voy a ir a ninguna parte!-Takano replicó, alejando las frías manos de su subordinado de sus mejillas y sacudiendo las suyas.-¡Terminemos está mierda!-Golpeo con su brazo el escritorio, para luego perder las fuerzas e irse directamente contra la mesa.
-¡Takano-san!-El castaño evitó que su jefe se golpeara con fuerza, sosteniéndolo de los hombros.-Siempre habla tonterías de que debo cuidarme pero no haces lo que predicas...-Suspiró para después mirarlo fijamente con el ceño levemente fruncido.
-Ya dije que estoy bien.-Replico Takano mientras Onodera trataba de acostarlo en la cama del apartamento del mayor.
-Me tome un día libre solo para cuidarte, agradece.-Acomodó la sábana sobre él con delicadeza.-¿Estás cómodo?-La alisó con sus manos.
-Mmm...-Takano se rindió en su intento de volver al trabajo y se recostó sobre su almohada.-Tengo calor.-
-Va.-Se levantó de la sillita que había puesto al lado de la cama para acompañarlo y buscó el control del aire acondicionado.-¿Mejor?-Volvió luego de encenderlo para cambiarle el paño húmedo sobre su cabeza.-¿Ya te tomaste la pastilla?-Takano hizo una mueca y volteó la cara.-Takano-san...-
-No me gustan las pastillas...-Hizo un pequeño berrinche con la boca.
-Pero necesitas tomarlas.-Tomó el medicamento sobre la mesita de noche y saco una de las pastillas dentro del frasco.-Solo trágatela.-
-No tomó pastillas, tráeme algo en polvo.-Se volteó y quedó dándole la espalda a Onodera.
-¡No eres un niño pequeño, santo cielo!-Frunció el ceño mientras iba en busca de un vaso con agua.-Te lo tomas.-Acercó el vaso a su cara.
-No.-Se cubrió hasta arriba con la sábana.
-¡Tsk!-Chisto el menor, molesto de ver su actitud infantil.
Takano asomó un poco sus ojos por entre la sábana.-Tal vez me lo tomé...-Onodera volteó a mirarlo con expresión aburrida, ya veía por dónde iba la cosa.-Si me lo das tú.-
-No puedo creer que incluso enfermo seas un idiota.-Replicó enojado, volviendo a su puesto al lado del pelinegro.
-¡Me muero!-Takano comenzó a repetir eso mientras gritaba.-¡No lo soportaré!-Tosió un poco.
-¡Ay, ya cállate!-Ritsu agarro el vaso con resignación y trago la pastilla junto con el agua rápidamente.
Se inclinó sobre su jefe y junto sus labios en un beso. Takano abrió la boca, haciendo que Ritsu aprovechara y le pasara la pastilla a la par del agua usando su lengua. El agua se desbordó por las comisuras de ambos e hizo que Onodera se diera cuenta de lo que había hecho. Había caído en la trampa del pelinegro, por lo que se separó enseguida. Este se apoyó en la palma de las manos para enderezarse levemente y empezar a toser debido a la brusquedad de la acción.
-Ca-casi me ahogo.-Dijo Takano mientras se limpiaba el agua que escurría de su boca.
-Pero no lo hiciste.-Respondió Onodera al tiempo que volvía a sentarse y se cruzaba de brazos.
-Mmm...-Se tiro sobre la almohada.-Que aburrido eres.-
-Mejor duérmete, así descansaras mejor.-El castaño tomó su celular y mandó un mensaje a sus compañeros de trabajo informándoles que Takano estaría bien.
-No tengo sueño.-
-La medicina te hará dormir.-Dejó su celular sobre la mesa para concentrarse en el gran hombre berrinchudo sobre la cama.
-Aún no funciona.-
-Acabas de tomarla...-
-Acompáñame.-El pelinegro sacó su mano de entre la cobija. Ritsu presionó sus labios entre sí y se sonrojó con fuerza mientras observaba la mano fijamente.
El castaño suspiró.-Ok.-Rodeó su mano con la del pelinegro.
-Jeje...-Takano alargó sus labios en una gran sonrisa. Combinado con lo roja que estaba su cara por la fiebre, el pelinegro no parecía el jefe gritón y respondón de siempre.
Se veía adorable.
-¡Mm!-El sonrojó en la cara del castaño aumento—si eso era posible—, cubriendo no solo sus mejillas sino también sus orejas.
En serio se veía muy adorable.
-Te amo.-Susurró para después acercar la mano de Onodera hasta sus labios para darle un pequeño beso en los nudillos.
-¿Q-qué?-La voz de Ritsu salió entrecortada y nerviosa, estaba temblando. Aunque fingió no haber escuchado...
Lo había oído, fuerte y claro.
-Te amo.-Dijo Takano una última vez antes de sonreír y relajarse por completo, quedándose dormido casi enseguida.
La mano del pelinegro se aflojó alrededor de la suya, aún así, no la soltó en ningún momento.
-Yo también...-Su boca se curvó en una mueca extraña mientras sentía sus mejillas encenderse aún más. Seguramente tendría aquella expresión extraña que decía su amiga que hacía cada vez que pensaba en el pelinegro.
Y aunque Takano no alcanzó a escucharlo, tuvo un buen sueño aquella vez.
Onodera se quedó cuidándolo toda la noche, siempre ahí para cambiar el paño húmedo y tomarlo de la mano.
Quería que fuera algo más hot pero no siempre es bueno arruinar un momento romántico con un pajazo, alv que no.
Soy una persona muy romántica 🤭
Cambio y fuera mis amigos. Aquí Todoroki19.
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Headcanons.➖Sekai-Ichi Hatsukoi.➖
De TodoEL término headcanon se utiliza cuando un personaje o grupo de personajes no siguen la linea temporal o personalidad de una serie o personaje. Es decir, son historias que los fans empiezan a tomar como ciertas, pero no lo son. En este libro, coloca...