Capítulo 28

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El amor es debilidad

Londres/ Inglaterra

Sara Gray

La fidelidad no es un tema del que me guste hablar, porque de una u otra manera siempre termino sintiéndome culpable, Daniel Evans fue una mierda en el pasado pero cuando me propuso matrimonio no lo fue tanto, es decir, seguía siendo un maldito pero ya no me trataba tan mal.

El rencor fue lo que hizo no permitir a mi corazón ablandarse, el solo aceptar y estar con él por el poder que tenía.

Al tener a Dante de frente olvidé el compromiso, Dante siempre fue la causa por la que nunca pude ver a otro hombre como lo vi a él, la desconfianza de que abuse de mí siempre está latente.

Siempre fui celosa con Dante, incluso con Daniel, pero con el hermano de ambos no siento esa necesidad de celarlo, no porque confíe ciegamente en él, sino porque me di cuenta que solo es interés, que solo es protección lo que buscaba, y él por lo visto solo buscaba coger.

Nunca hubo nada excepcional más allá de la atracción física, hubo química, hacemos un buen equipo, pero eso siempre me pasa, yo soy la mujer poderosa que todos quieren tener porque conmigo sobresalen como nunca, fui buen equipo con los otros dos y con éste también.

Mi celular suena y respondo a la llamada llenándome de paciencia.

¿Qué le has hecho a mi hijo?—pregunta.

—Matarlo—le respondo mientras acomodo la ropa de Luna en la maleta.

Sabes de cuál te estoy hablando, zorra.

— ¿Por qué insinúa que le hice algo?, ¿Le marcó llorando?

Suspira molesta

Lo terminaste—menciona con rabia.

—Me puso los cachos, y yo no soy Augusto Evans para tolerarlo.

Rio internamente cerrando la maleta.

¿Te vas de viaje?

—Lo que haga con mi vida no te importa, Denisse.

Dalila—me corrige—Mi hijo es un hombre respetable, nunca le pondría los cachos a nadie.

—Eso dígaselo a la cámara de seguridad donde vi su vídeo porno.

Se queda en silencio y corto la llamada, no estoy para soportar a la mujer desobligada.

Cintia llega con los niños después del comando.

— ¿Qué pasa?—me pregunta preocupada.

—Nada, nos iremos de vacaciones.

— ¿Vacaciones?—pregunta confundida antes de formar una sonrisa en su rostro.

— ¿A dónde iremos?—pregunta Jared observando su maleta ya hecha.

—A Rusia—ambos niños me miran emocionados antes de abrazarme.

— ¿Veremos a mamá?

Asiento y ellos gritan emocionados antes de revisar no olvidar nada en sus maletas a pesar de que yo las hice.

Les sonrío y camino hacia mi habitación donde doblo toda mi ropa.

— ¿Qué pasó?—me pregunta Cintia cerrando la puerta.

—Nada, necesito unas vacaciones.

— ¿Con Dante?

—Ir a Rusia no significa ver a Dante, no todo gira alrededor de él.

Renovada 🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora