Capítulo 2

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Ministro

Siempre tenemos a esas personas que son nuestro sostén, que nos brindan su ayuda y gracias a ellos salimos adelante, nada es gratis ni fácil, pero hay personas que son tan amables y te dan todo lo que tienen para ayudarte como Leonardo, personas que merecen lo mejor por sus acciones, sin él no estaría en pie ahora, porque fue él quien me rescató estando inconsciente, pagó y paga todas las cirugías, cambios y prendas para mi persona, si a alguien debo de agradecerle mi vida es a él y a mis padres, por lo cual no puedo negarme a lo que me pide, siempre y cuando esté en mis manos como ahora.

—Ponte esto—me lanza un brillo labial.

— ¿Brillo?, podré ser alguien más, pero ponerme solamente brillo jamás.

—Bien, toma—me da un labial mate rojo.

—Gracias.

—Vamos a llegar tarde como si no te apuras, Sara Gray.

—Lástima, tengo tantas ganas de ir que es una verdadera tristeza llegar después que todos.

—Eres insufrible.

Me coloco el vestido verde jade que se ciñe a mi cintura y tiene una abertura en la pierna marcándome una figura de infarto, me coloco unos pendientes en mis orejas y me quedo observándome como si me faltase algo, algo que Leonardo parece notar antes que yo.

—Crecerá, te ves hermosa así— me halaga aplastando mi cabello corto con su mano.

—Gracias.

—Ahora vámonos.

Él va vestido con un traje a la medida de color negro y camisa blanca, ambos resaltamos bien, como una pareja de esas en las redes sociales y me odio por los recuerdos que esos pensamientos me traen.

Sacudo mi cabeza negándome a recordar más y me ato las correas de mis zapatillas, lo acompaño al elevador donde ambos bajamos al subterráneo de autos y subimos a su BMW blanco.

Llegamos al dichoso hotel y desde la entrada ya quiero irme tan sólo verle la cara a lady silicona, quien me acribilla con la mirada sin que yo le haya hecho nada desde que llegué, ¿Algún día dejará de sentir ese odio ridículo hacia mí?

Leo parece no notarlo porque se acerca a donde está ella junto a los demás capitanes del bloque A.

—Mi coronel —lo saludan al unísono y después me reparan a mí.

—Capitanes —saludo con el debido respeto.

—Sargento—responden a mi saludo

Todos parecen repasarme hasta tres veces con sus miradas, como si fuera otra, sí, mi uniforme del trabajo me queda suelto, pero no es para tanto, no es como que fuera esa típica novela adolescente de la nerd que es bella de un día a otro.

—Que sorpresa, sargento—Brown es la primera en hablarme después del saludo, pero la ignoro.

—No quería venir pero tuve que obligarla—Leonardo responde por mí para evitar que me regañen por mi falta de respeto.

—Eso es bueno, es un sargento eficiente y su presencia aquí es muy buena— mi capitán, Williams es quien habla ahora.

El resto de los capitanes, Leonel Murphy, un hombre de unos 30 años me repara levemente al igual que Brian Andrersson, mientras que el capitán de la sección 4, Kyle Willson sigue con su mirada en mi cuerpo, él es más joven, debe estar sobre los 26.

— ¡Gray!—gritan a mi espalda y quiero golpear a la causante de que ahora todos dirijan sus ojos hacia mí y a ella.

La observo caminar hacia mí con el vestido color lila puesto y una sonrisa en su rostro.

Renovada 🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora