Capítulo 0

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Me siento intranquila

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Me siento intranquila.

Aún tengo mis manos temblorosas y como un intento de calmarme juego con mis propios dedos entrelazandolos.

El frío del invierno corre y mueve las copas de los árboles, dándole un ambiente más terrorífico a la situación en la que me encontraba.

Las luces de los faros parpadeaban constantemente y el viento hacia un extraño ruido al soplar. Si esto no fuera la vida real, supondría que se trataba de algún tipo de película de terror, una en la que yo sería la primera víctima del asesino.

Sigo recorriendo la calle sin esperar a nadie, aunque de manera constante y paulatina, miraba hacia las azoteas de los edificios en busca de alguna señal de que alguien me vigilara desde allí. Sin embargo, nadie se aparecía, ni nada parecía andar por allí.

Supongo que mi propia esperanza era lo que me motivaba a seguir caminando, como si mi confianza hacia ellos jamás se hubiera roto y estaba a la espera de que aparecieran diciendo que no podían dejarme ir sola a mi casa, aún si era capaz de hacerlo.

Amargamente, pienso en la situación que ha ocurrido. En la mirada decepcionada de Leonardo, y en los gritos de Raphael retumbando en mi cabeza mientras cada palabra que dice se clava con fuerza en mi corazón, negándome a poder olvidarlo.

Sus miradas decepcionadas de mi y el silencio de los otros dos, quienes en ningún momento decidieron intervenir.

Supongo, amargamente, que después de todo, no soy útil en el equipo.

Observo nuevamente los techos con la esperanza de que ellos llegaran, al menos que Mikey llegara con esa actitud tan energética suya, pero no ocurre.

Y me hago la idea de lo enojados que deben de estar y en lo decepcionados también.

Un suspiro se me escapa de los labios y luego las ganas de llorar me invaden, desearía poder volver en el tiempo y haber hecho algo diferente, supongo que de esa manera, ellos no estarían tan enojados conmigo.

Y no me dolerían tanto sus miradas si no fuera por el cariño que les tengo. Recordándome que ellos han sido mi familia desde que me mudé a Estados Unidos y son los primeros a los que necesito si algo ocurre.

Pero ahora me iba alejando cada vez más y más de su hogar, como si al doblar la esquina jamás pudiera volver nuevamente.

¿Acaso así se sentía el abandono?

¿O es el sentimiento de dolor que me hace creer que jamás podré volver con ellos?

Quiero pensar que puedo volver.

Que aquel lugar puedo seguir llamándola mi casa, con ellos como mi familia.

Pero doblo la esquina y caigo al suelo, sintiendo el dolor como si realmente jamás pudiera volver y este sería el adiós.

Escucho unas voces distorsionadas en el pequeño callejón que está a tan solo unos pasos de la esquina.

El poco llanto que me ha invadido no se detiene y aún así decido acercarme a ver.

Se que a veces soy curiosa. Y que me meto en donde no debería.

Es la razón principal por la cual constantemente tengo algunas discusiones con Leonardo y algunos desacuerdos con Raphael, sin embargo, me es imposible no acercarme, asíque lo hago, queriendo por segunda vez volver en el tiempo.

Una camioneta del Kraang. Varios robots transportando cosas, y una extraña sustancia junto con mucha tecnología.

Debería haberme quedado en donde estaba, en la esquina llorando.

Debí haber hecho las cosas diferentes hoy.

Tal vez haber dicho menos cosas hirientes y haber oído a los demás.

Tal vez podría haber alcanzado su voz y no estaría llorando de desesperación mientras el Kraang me perseguía por las solitarias calles de Nueva York.

Hay muchas cosas de las cuales nos arrepentimos. Muchas de las cuales desearíamos poder volver en el tiempo y arreglarlas.

Tal vez ya no existe eso para mí.

Pero desearía que ellos la tengan y puedan hacer la cosas diferentes.

Porque yo ya no sé si estaré más.

El Kraang me atrapa y antes de ser apuntada con sus armas, pienso en lo que pude o no haber dicho hoy. En todo lo que me hubiera gustado hacer para un futuro y en todo lo que jamás haré.

Leonardo, lo lamento, no quería interferir, solo quería ayudar.

Raphael, no era cierto, todo lo que dije e hice, nada era real.

Donatello, perdón, las cosas se han salido de control y he dicho que no sirves, no es cierto, eres mucho más de lo que crees.

Miguel Ángel, te quiero, perdón por romper con la familia que creí que teníamos. No es tu culpa, es mia.

Y finalmente, aquella arma se vuelve rosa, a punto de dispararme y me pierdo en toda mi vida.

El ruido se acerca y mi final tambien.

Y luego, cuando siento el dolor en mi pecho, el ardor y un extraño calor recorrerme, pienso que sí fui feliz, aún si lloré, lo fui.

Y caigo al suelo sintiendo como un último suspiro se me escapa de los labios.

El frío me abraza y la oscuridad se vuelve mi acompañante.

Dejo de oír y dejo, por fin, de pensar...

Dejo de oír y dejo, por fin, de pensar

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Pequeña idea que se me ocurrió. Ni idea de cuántos capítulos llegarán a ser, pero es una historia y espero poder terminarla y no dejarla en el hiatus.

MISSING  -TMNT Y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora