Capítulo XII

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Abril se estira. Ya no era de noche, el reloj daba las dos de la mañana.

Puede ver como Donatello sigue ensimismado en la computadora mientras en una de sus manos tiene su taza de café, cree que ya es la cuarta. Lo ve cabezear, el cansancio le está ganando y aún así, se esforzaba.

—Donnie, creo que ya terminé. –Dice ella, pero Donatello ni siquiera la mira. —Donnie... ¡Donnie! –

—¿Qué? ¡Ah, si! Gracias Abril, sin ti no podría traducir esto tan rápido. Es necesario si queremos encontrar a T/N. –

—Aun no comprendo bien que tiene esa T/N, nunca la había escuchado de ustedes y de un día para otro, se interesan en buscarla. Ustedes se están comportando de una manera muy extraña. –

Donatello solo suspira.

¿Como le diría la verdad? ¿Le creería siquiera?

Solo puede pensar en el talvez.

—Es difícil de explicar, pero es una amiga muy importante. –

—Mmm... Haré como que te creo, sin embargo, deben descansar. Incluso Leonardo ha estado despierto casi toda la noche, se le ven las ojeras incluso si ocupan sus máscaras. – Con eso, ella sale del alboratorio y se va al cuarto que por esta noche le han prestado para dormir.

Donatello toma un sorbo de su taza y sigue leyendo lo que ha encontrado. Las cosas no se veía para nada bien. Rasca su mano con ansiedad y luego frota sus ojos por el cansancio. Vuelve a cerrarse una vez más y ante eso, Donatello los abre asustados.

Hasta donde podía saber, estaba haciendo un nuevo invento que borraría la memoria. O tal vez querían explorarla... Eran tan confuso y sentía que se estaba quedando sin nada.

¿Para qué o qué?

Ni idea. No sabía, y le frustraba no saber.

Se supone que es el inteligente de la familia. ¿Cómo podría salvarla si no podía ni siquiera descifrar los planes del Kraang?

—Maldición... –Sus manos van hasta sus ojos, limpiando las lágrimas.

Llorar no serviría de nada, se dice y vuelve a mirar su computadora.

Su vista ahora se dirige a la camilla que está frente a él. Donde su hermano menor descansaba. El pulso de Miguel Ángel se mantiene estable y ahora más que desmayado se ve como si estuviera dormido, eso hace que se le quite la preocupación, por lo menos no era grave.

Vuelve su vista a la computadora. El sueño comienza a ganarle, pero debía seguir. Debe hacerlo... Tiene que...

Y sin darse cuenta, cae rendido.

Cuando vuelve a despertar, asustado y con el pulso acelerado, puede ver que son las nueve de la mañana. Mikey no se encontraba y eso hace que rápidamente se levante de la silla ignorando su dolor de espalda y el de sus hombros por la mala postura al dormir.

Pero lo ve allí, cocinando como si nada. Se ve sonriente y está haciendo hotcakes.

—Hola, Donnie. ¿Cómo está tu espalda? – No tiene esas ojeras ni mucho menos esos ojos tristes de hace unos días.

—Bien, creo. ¿Y tú? Te desmayaste luego de ponerte ese casco. –

—¿Que casco? –Pregunta entonces Miguel Ángel.

—El de ayer... Bueno, hoy en la madrugada... Ugh, el que sacaste en el TCRI.–

—No recuerdo haber ido al TCRI. Donnie, creo que no dormir te está afectando. –

¿Qué?

¿Que estaba pasando?

Rápidamente toma a Miguel Ángel de los hombros, toca su cuello, buscando pulso, normal. Su temperatura, normal. No tenía tics, ni movimientos anormales.

—Dime que es una broma. –

—Ya, Donnie. Esto es raro, incluso para ti. – Miguel Ángel se separa, sin embargo, Donatello lo levanta como un saco de papas y lo lleva a su laboratorio.

Lo deja en la camilla y toma unos electrodos, sacado de un electrocardiograma y los coloca de en la cabeza de su hermano.

—¿Donnie? Oye, hermano, se qué crees que estoy loco o algo así pero... ¿Que harás? –

—Mikey, ¿Sabes quién es T/N? –

—¿Mmm? ¿No...? – Responde de manera dudosa. Creía haber oído el nombre...

¿De donde?

¿Lo conocía?

Si, la respuesta es si. Conocía ese nombre.

¿De donde?

¿De donde?

...

La cabeza le dolía.

—T/N... No... No lo creo. –Donatello miró asustado a su hermano menor. De todos, él es quien menos debería olvidar a la chica.

—No es gracioso, Mikey. Esto es serio. – La voz llena de miedo y casi quebrada le dice a Miguel Ángel que algo no anda bien.

Pero no lo comprende del todo.

—Lo sé, pero... No sé de que estás hablando, no se quién es T/N, de verdad. –

Donatello cae al suelo, mirando un punto fijo en la cocina, sintiendo como el miedo comenzaba a incrementar, como le invadía en cada parte de su ser.

¿Qué estaba pasando?

—¡Donnie! –Leonardo corre a él al verlo en el suelo.

Miguel Ángel se alejó un poco, sintiéndose extraño. Sentía que debía recordar algo, pero no sabe que era.

—¿Que pasó? –Le preguntó Leonardo a Miguel Ángel, Donatello no respondía y sus manos tapaban su boca como si así pudiera evitar gritar del miedo. Se veía muy perturbado.

Todo a su alrededor parecía irse en negro, pero seguía ahí. Todo parecía caerse, su realidad se estaba cayendo, él lo estaba haciendo.

¿Por qué?

¿Por qué?

¡¿Por qué?!

—N-no lo sé... Él me empezó a hacer preguntas y yo... –

—Leo... –

Donatello lo llamó angustiado, su voz se rompía con cada letra. Pudo ver el verdadero temor en sus ojos.

—Tengo miedo de olvidarla... –

MISSING  -TMNT Y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora