Capítulo V

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"—¡No! ¡¿Sabes que Raphael?! ¡¿Sabes cual es tu problema?! ¡No escuchas a nadie! ¡No dejas que nadie se te acerque! ¡No aceptas la ayuda y mucho menos que te has equivocado! ¡Si no fuera por mí, todos ustedes estarían en problemas! –"

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"—¡No! ¡¿Sabes que Raphael?! ¡¿Sabes cual es tu problema?! ¡No escuchas a nadie! ¡No dejas que nadie se te acerque! ¡No aceptas la ayuda y mucho menos que te has equivocado! ¡Si no fuera por mí, todos ustedes estarían en problemas! –"

"—¡Olvidalo, T/N! ¡No me importa, tu eres aquí la inútil! ¡Tu eres la que causa todo esto! De hecho, ni siquiera deberías ser parte de este equipo, no eres como Abril, ni como Casey... No eres nada, no lo vales para estar aquí con nosotros...–"

Su respiración es errática. Apenas puede saber si realmente está respirando, solo entra el aire y siente que en cualquier momento se ahogaría. Le faltaba el aire y ese miedo no se aleja de él aún cuando ya está despierto y con la luz encendida.

Sus manos se aferran a sus cobijas y poco a poco comienza a regular su respiración.

Inhala y exhala pausadamente tal y como había estado aprendiendo luego de tantos arranques de ira que ha tenido. Observa su cuarto, puede observar sus carteles pegados y los pósters de bandas y demás cosas. Entre todas ellas, las fotografías que T/N había sacado con su cámara instantánea. Una foto de ellos dos sonriendo mientras ella lo abrazaba.

Mierda. Piensa. Esto era horrible.

Ve la hora a su lado, no falta mucho para que todos comiencen a despertar y realmente no quería lidiar con la idea de que otro día algo malo pasaría tal y como estaba sucediendo justo ahora. Raphael realmente no quería tener que lidiar con eso. Siente, en fondo de él mismo, que no será capaz de soportarlo.

Escucha una puerta abrirse, puede saber que es Splinter.

¿Que diría él al saber que ellos han fracasado como los ninjas que eran?

¿Que no han podido proteger a su amiga y que más aún, se estaban rindiendo?

Cuando conocieron a Abril no dudaron en ir a salvarla, a pesar de ser una desconocida, Donatello insisitió en que fueran y la salvaron.

¿Por qué ahora no?

Crees que es su culpa, es probable que lo sea. Se dice a si mismo que él es el causante de todo, que no debió gritarle y mucho menos despreciarla de ese modo.

Tantos días y noches juntos para que todo acabara de esa manera. Miles de peleas codo a codo, como iguales para que al final ella se fuera por su culpa, por su mal genio.

Tocan la puerta. No está de humor para abrir, pero aún lo hace. Miguel Ángel le sonríe, una sonrisa cansada, triste.

—A desayunar. – Dice. Raphael realmente esperaba ver al Miguel Ángel cariñoso y entusiasta que le sacaba de quicio cada mañana. Pero no estaba ahí, no ahora.

Asique decide solo seguirlo y esperar lo mejor para ese día.

Cuando ya todos estaban sentados esperando el desayuno, Raphael puede notar las pequeñas ojeras que Donatello tenía bajo sus ojos, hoy no andaba con la mascara, lo cual era extraño e inusal en él, pero supone que es por el sueño. Miguel Ángel no cantaba como lo hacía al preparar el desayuno y Leonardo ni siquiera miraba al frente, estaba inmerso en su taza de té matutino.

—Buenos días, hijos míos – Saluda Splinter como siempre lo hace, pero todos contestan con cero ánimos, lo cual le hace preguntarse si algo malo estaba ocurriendo. Pero supone que se trata de problemas adolescentes, así que no pregunta y vuelve al dojo para meditar un poco más.

Raphael suelta el aire que tenía  retenido.

Quería gritarle a Leonardo. O tal vez solo gritar para quitar esa frustración. No lo sabía.

—¿No vas a decir nada? – Pregunta Raphael hacia su hermano de azul, quién solo lo observa como si lo tratará de un ser inferior. Como si su palabra, lo que había dicho el día anterior fuera suficiente para que todos comprendieran que no debían buscarla. Porque Leonardo sabe que a eso se refería Raphael. Sabe que Donatello también estuvo buscando en la noche y sabe que Miguel Ángel lo tratará de convencer más adelante. Pero también sabe que no puede hacer nada si así su amiga lo quiso, o tal vez porque está cegado en su propia culpa y ego.

—¿Que quieres que diga? Ayer dije que no y así se quedará. – Vuelve a tomar de su té. Puede sentir esa rabia que Raphael siempre acumula en su interior. —Si quieres decir algo, dilo. Pero no cambiaré de opinión. –

—¡Ugh! ¡Eres un idiota, Leonardo! ¡T/N no está! ¡Desapareció! ¡¿Y lo único que dices es que no iremos a salvarla?! ¡¿Que clase de líder le hace eso a su equipo?! –

—¡¿Y de quién crees que fue la culpa de que ella se fuera?! ¡Fuiste tú! –

Y Leonardo solo se levanta de la silla y se va al dojo.

Raphael se queda callado, sus ojos cosquillean al haber oído aquello. Cierra sus ojos con fuerza antes de sentir la primera hora caer.

Maldición.

Necesitaba pensar las cosas.

Necesitaba despejarse.

Necesitaba huir y solo olvidar que las cosas estaba saliendo mal.

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MISSING  -TMNT Y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora