T/N ha desaparecido.
Nadie sabe en donde se encuentra, ni ella misma lo sabe.
Lo único que se aferra a que jamás se pierda su memoria, son cuatro chicos. Cuatro chicos tortugas.
Una búsqueda para encontrarla mientras ella busca una manera de ser...
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Su cabeza dolía, era como si se la estuvieran aplastando aún cuando no tenía nada en ella.
Comprendió, luego de darle vueltas y vueltas, que se encontraba perdida en algún lugar que no reconocía. Aún así, lo sentía familiar.
No comprende si está perdida o muerta. ¿Sería acaso esto lo parecido al limbo?
Estaba oscuro, silencioso y lúgubre.
El mal presentimiento se apodera de ella apenas pisa ese lugar y la neblina que cubre sus pies es peor para el sentimiento. No sabe dónde está pisando, ni a donde va.
No sabe ni como llegó allí. Solo recuerda estar corriendo de esos seres robots. Le disparaban y necesitaba escapar luego de comprender que eran peligrosos.
Su brazo le ardía por culpa del disparo que le rozó, sin embargo, y para su suerte, no era una herida profunda, solo un rasguño que en algún momento sanaría.
Pero fue eso lo que la llevó a esconderse y llegar a los lugares más oscuros que alguna vez haya visto. Tal vez si estaba muerta y esto solo era un lugar para que diera un paso más e irse al más allá.
El ambiente pesado le daba el sentimiento de querer devolverse, pero no podía. Algo más la llamaba a seguir ese camino, además, ahí ya no la perseguían. Solo podía oír el sonido de sus pisadas en el agua y su respiración agitada.
¿Agua?
Que raro.
Frente a ella la alcantarilla nuevamente se presenta, esta vez está sucia y casi olvidada. Pareciera que nadie ha vivido allí en años, lo que la hace preguntarse porque se preocupaba tanto por ese lugar.
También fue antes, ese lugar le daba un sentimiento inexplicable. No lo comprendía y eso le frustraba muchísimo.
No entiende bien que sucede, pero el sentimiento es de tristeza, tanto así que quiere llorar.
Ve apenas unas máscaras de colores, apenas y se podían distinguir por la oscuridad del lugar.
Azul.
Rojo.
Morado.
Naranja.
¿Por qué?
¿Por qué esos colores? No le daban un buen sentimiento, era como una opresión en su pecho.
Sus voces diciéndole algo hiriente y ese sentimiento de que debería desaparecer se apoderan de ella.
—¡No! –
"—¡Si hablamos en serio, tu eres aquí la inútil!–"
—¡No es cierto! –
Ni siquiera sabe a quién le grita. Pero ese sentimiento es tan horrible que cae de rodillas, llorando, pidiendo perdón sin saber porque.
"—¡Ni siquiera deberías estar en este equipo! –"
—¡Basta! –
"—No vales nada! –"
—¡Dije que alto!... Por favor... Paren...– Su voz comienza a hacerse más y más baja, rompiéndose en llanto. —Yo... Yo quiero ser parte de... –
¿De qué?
¿Por qué dolía tanto?
¿Por que sufría por algo que no recordaba?
—Quiero estar con ustedes... Solo... No me dejen...–
Y sus ojos se cierran, por primera vez en mucho tiempo, se cierran.
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