La noche no se siente tranquila.
Es fría, el invierno aún está en todo su esplendor y eso hace que las noches sean más frías que de costumbre. Sin embargo, aún si estuvieran en primavera, ese vacío en sus pechos no se iría, menos esa inquietud que sienten.
Miguel Ángel tiene un amargo sabor en su boca, y aunque haya comido varios dulces para quitar ese sabor, este no se iba. Lo cual lo ponía más nervioso, pues eso significaba que algo malo pasaría.
Leonardo lidera el grupo, corre entre las azoteas y de vez en cuando observa a sus hermanos ir detrás de él. Sin embargo, su mente vuelve al momento de los gritos.
Ese momento en el que ella solo se va y los deja allí. El vacío y nudo en su pecho no se van, parecido a un horrible abismo que los esperaba y lo era, era un nudo invisible que lo ahogaba. No sabía que podría pasar al llegar a la habitación de ella, pero sabía que debía arreglarlo, debían hacerlo.
Usualmente, piensa, que las familias y amigos tenían discusiones, sabe que es así, sabe que hay desacuerdos, peleas y constantes disputas entre familias. Lo sabe porque normalmente él se pelea siempre con Raphael, aunque parecía al final del día, ir todo bien. A lo que Leonardo quiere llegar, es que mantener un lazo de afecto, sea con quien sea, debía tener cuidado.
Y el lazo que los unía a ella dependía de un pequeño hilo. Justo como cuando Abril les dejó de hablar por culparlos por mutar a su padre.
Y eso Leonardo debía arreglarlo.
Cruzan rápidamente la calle, saben que están cerca de llegar y eso agita sus estómagos. Incluso para Raphael, quién se había mostrado en desacuerdo todo el día, incluso minutos antes de salir a la superficie. No puede evitar sentirse frustrado y nervioso.
Pero en el fondo sabe que deben arreglar lo que ha sucedido. Muchas veces ha tenido que disculparse por meter la pata y está vez no sería diferente.
Cuando llegan a la ventana notan que la luz está apagada, algo inusual.
Ese sabor amargo en Miguel Ángel se hace presente ahora. Quiere vomitar.
Raphael por primera vez realmente siente culpa, esa culpa que sabe que lo ha hechado a perder todo, esa culpa que lo quiere hacer gritar de frustración.
Donatello puede oír su corazón palpitar desenfrenado. No era agradable sentir eso, menos sabiendo que era por su culpa, sus manos se aferran a su bō y trata de respirar lentamente esperando a que ella llegara.
Leonardo inhala y exhala. Suelta ese aire retenido en su interior y golpea suavemente el cristal.
Pero nadie responde.
Vuelve a hacerlo, esta vez un poco más fuerte y sin poder controlarlo al estar temblando nuevamente.
Pero nadie aparece.
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MISSING -TMNT Y Tú-
FanfictionT/N ha desaparecido. Nadie sabe en donde se encuentra, ni ella misma lo sabe. Lo único que se aferra a que jamás se pierda su memoria, son cuatro chicos. Cuatro chicos tortugas. Una búsqueda para encontrarla mientras ella busca una manera de ser...