Trigésima quinta parte

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Hubieran seguido hablando y Jimin seguiría sacándose todas las dudas de su mente si no fuera por qué el lugar comenzó a iluminarse y calentarse, enseguida madre Luna se alteró

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Hubieran seguido hablando y Jimin seguiría sacándose todas las dudas de su mente si no fuera por qué el lugar comenzó a iluminarse y calentarse, enseguida madre Luna se alteró.

-No puede ser, lo olvidé- la mujer se levantó de prisa y comenzó a peinarse el cabello- Mi niño, tienes que irte ya- Luna tomó a Jimin del brazo, lo ayudó a levantarse y besó la frente de la niña.

-¿Qué pasó?-Jimin mentiría si dijera que no se asustó por el repentino comportamiento errático de la mujer.

-Eclipse de sol, tienes que irte ya, señor Sol no puede verte aquí.

-¿Cómo me voy?- dijo nervioso, no quería averiguar que pasaba si señor Sol le viera ahí.

-Sencillo- contestó la mujer.

Tomando  su mano y le guio al lugar de dónde había despertado anteriormente, lo sentó e hizo que se volviera acostar, acomodó mejor a la niña entre los brazos de Jimin, con una mano tapó sus ojos con la mano y se acercó a su oído para susurrarle- Hijo mío, pedazo de mi alma, cuando quieras volver a verme recita las siguientes palabras:

"Luna, tu que iluminas las noches y acompañas a los íngrimos a resolver la soledad del ser, tu que Reina de la noche eres, despliega las puertas de piedra que escondes en tu umbría y permíteme ingresar a tu reino pues hijo tuyo soy e hijo tuyo siempre seré"

Y sopló sobre su frente haciendo que el sueño le invadiera, entonces, se durmió.

Pasaron 5 segundos cuando el peso en sus brazos desapareció y un dolor inmenso en su vientre le invadió haciendo que un fuerte grito naciera de su garganta.

Cuando abrió los ojos se abrumó por el brillo frente a ellos y volvió a cerrarlos, fue cuando oídos se ajustaron y escuchó todo el movimiento de la habitación en donde estaba.

No podía verlos pero podía sentir a cada alma que se movía por la casa.

Podía sentir lo que sentían.

Angustia.

Dolor.

Miedo.

Agobio.

Disgusto.

Confusión.

No pudo seguir pensado cuando sintió la necesidad de pujar, así que eso hizo. Se incorporó un poco en la cama y abrió sus piernas para hacerlo, sintiendo como Yoona se acomodaba frente a él en la cama, le bajó el pantalón de pijama y gritaba algo como "ya viene" o "lo haces bien, sigue pujando" no podía procurar bien lo que decía exactamente.

Entonces sintió como alguien acomodaba una pila de almohadas en su espalda haciendo un apoyo para él, tal vez para que no se lastimara su espalda y sufriera por ello después, era Jungkook.

Siempre tan atento, siempre amándolo. 

Sintió como puso una mano en su nuca y con su otra mano tomo la suya, brindándole apoyo.

Agudos -| Kookmin Omegaverse |-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora