Pasaron algunas semanas para ser exactas cuatro y el mayor de los dos todos los días de esas cuatro semanas Hyunjin le daba las Rosas que correspondían al menor y este las cuidaba todas y lo mejor posible. Los días que se veían eran todos para recibir las flores y se quedaban hablando más rato.
En este momento estaban sentados en el sofá de la casa del menor hablando mientras se miraban profundamente a los ojos, según ellos no estaban enamorados pero se gustaban, era evidente la atracción que sentían por el otro pero ellos, sobre todo Jeongin negaban estar enamorados. Aunque si alguien los veía parecían pareja y parecían estar completamente enamorados.
El silencio que se había establecido en la habitación era uno cómodo ellos solo se miraban sin decir nada porque no eran necesarias las palabras.
—Che— Dijo el menor ahora rubio ya que hace un mes se había cambiado el color de pelo.
—Dime— Dijo el más alto agarrando su celular.
—Se me van a morir las Rosas, tengo muchas... Y quería preguntarte si me dejaras de dar— Dice pensando bien las palabras que iba a decir, no quería lastimar los sentimientos del contrario.
—Ah, ta dale— Dice sonriendo aunque un poco desilusionado. Todo esto se empezó a volver un poco incómodo.
—Es para que no se mueran ¿si?— El Rubio mira al más alto quedándose embobado por la belleza de este olvidando lo incómodo que estaba hace unos segundos.
—Esta bien lindo— Dice sonriendo un poco porque aún seguía un poco incómodo.
—¿Quieres quedarte a comer?— Preguntó agarrando la mano del mayor.
—No creo que pueda mis padres vuelven hoy pero mañana se van otra vez— Musitó entrelazando los dedos con los del Rubio.
—¿Tus padres? ¿Puedo hacerte una pregunta que puede ser un poco incómoda?— Preguntó el Rubio mirando los hermosos ojos del más alto.
—Esta bien— Musitó el mayor
—¿Por qué nunca están tus padres?—
—Ah, trabajo y cosas así, siempre fué así— Dice acordándose de que sus padres nunca le dieron atención, siempre le daban todo lo que quería pero para que deje de molestar. Pero lo único que el quería era atención pero nunca lo diría porque se sentía como un niño chico malcriado que busca atención de todos. Por estas razones Hyunjin creció solo y en el Colegio solo tenía un amigo, su mejor amigo, Chan.
—Está bien— Le sonrie y toma la mano.
—Eres lindo— Susurró el mayor de los dos pensando que no lo iba a escuchar.
—Tu también lo eres— Dijo acercándose a el para darle un abrazo cosa que el mayor no iba a rechazar.
Se abrazaron por un rato y también se daban piquitos, aunque los dos querían besos más allá también amaban los besos pequeños que no duraron mucho porque terminaron besándose apasionadamente a los minutos, el Rubio estaba en el regazo del mayor mientras lo abrazaba por el cuello y jugaba con el cabello de este. Sus lenguas se entrelazaban. Ambos disfrutaban del beso hasta que el teléfono del más alto sonó haciendo que Jeongin se caiga y Hyunjin se empezó a cagar de risa.
—Que pelotudo— Dijo ayudándolo a levantarse mientras agarraba su celular.
—Pelotudo vo-— Sintió los dedos del mayor en su boca para que se callara porque tenía una llamada importante.
Jeongin esperó pacientemente a que el mayor terminara la llamada, cuando vió que cortó la llamada, lo miró y sonrió.
—¿Qué era?— Preguntó acercándose a el con la intención de volver a la sesión de besos.
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¡Wapoh! ||Hyunin||
FanfictionA Hyunjin sus padres lo iban a mandar a estudiar a Francia al descubrir que su hijo tenía un novio. Lo que no sabía es que cuando se mudara iba a dejar de escuchar los alagos de cierta persona que justo le gritaba cuando estaba con su amada pareja...