Corazón Prohibido Kookmin

2 QUIÉN ERES ??

Mis uñas se quiebran a pedazos, el resultado de una semana fregado y mano de obra entre mantener a mis clientes, mis correos electrónicos y mis diseños. Pero mi nuevo piso ahora es un piso nuevo y brillante. Todo tiene un lugar y cada habitación ha sido pintada. Todos mis libros de referencia se han cargado en los estantes de mi estudio, mi computadora y mi impresora, y mi escritorio colocados en la ventana. Me encanta. Y ahora estoy más que
preparado para una noche de fiesta con los chicos para poder relajarme.
Mi aiPod está cargado al máximo y estoy bailando alrededor de mi habitación con una toalla, las ventanas se abren, mientras canto al máximo de mi voz a 'Like A Prayer' de
Madonna y bebo vino.

Después de hacer que mis ojos estuvieran ahumados y con corrector para mis ojeras, me puse un pequeño y delicado conjunto negro, que consiste en unos pantalones hasta los
talones y una camisa semitransparente que encaja con mi figura, y los zapatos negros más
altos que poseo, y coloque mi cabello a un costado. Tomo mis cosas y me dirijo a la puerta, escuchando a Tae llamando. —Estoy en camino.

—Bien—. Asiente con a probación cuando le contesto, aunque parece un poco distraído.

—¿Estás bien?— Pregunto, saliendo.

—Sí, bien. — Él se ve sin esfuerzo hermoso, su cabello negro ondulado hoy en día, y sus ojos marrones dramáticos. Su camisa es un rosa brillante y su chaqueta de ciclista de cuero en conjunto con sus pantalones es perfectamente vanguardista y perfectamente Tae. —Has hecho un gran esfuerzo también—, observo mientras cruzo mi brazo con el de él y
comenzamos por el camino juntos.

—Simplemente arrojé algo—, dice, saludando mi cumplido. —Suzy nos encuentra allí. Y hagas lo que hagas, dile que amas su cabello.

—¿Por qué, qué se hizo ella?— Miro a Tae con horror. El cabello de Suzy es su orgullo y alegría. Grueso, rubio, brillante y hasta su trasero, está arreglado mejor que los Corgis de la
Reina.

—El niño de Min Ho tiene su chicle atrapado en él.

—Oh, mierda—, respiro, viendo la cara de Suzy clara como el día en mi mente. Estará enojada. Muy enojada. Ella se ha encontrado con el hombre de sus sueños, pero el hombre
de sus sueños viene con un extra adicional: un niño de seis años que es un poco un bicho malo. Demonios eso. Es un chico malo. Suzy no es exactamente maternal. —¿Cuánto?—
Me estremezco, esperándolo, y luego jadeo cuando el gesto cortante de Tae corta sus hombros. —Oh no.

—Y me he separado de Hoseok.
Me tambaleo hasta detenerme. —¿Qué? Sacude la cabeza, las lágrimas amenazan. —No quiero hablar de esto esta noche—. Cierro rápidamente la boca y, aunque me duele, me abstengo de presionar.

—Está bien.— El necesita una noche de amigos, y estoy más que feliz de complacerlo. — Espera. ¿Suzy sabe?
El asiente y rápidamente se limpia los ojos. —Vamos a divertirnos esta noche, por favor.

—Hecho—. Tomo su brazo y camino, decidido a distraerlo por esta noche, mi mente corre con lo que podría haber sucedido.

Es un desafío, pero me las arreglo para no estrangularme cuando aplaudo la transformación
dramática y no planificada de Suzy. Su larga cabellera ya no lo es más, y el ceño fruncido en su rostro me dice que aún no ha llegado a un acuerdo con él.

—Dile que se ve genial—, Tae murmura en voz baja mientras nos dirigimos hacia ella.

—¡Se ve genial!— Grito, descansando mi trasero en uno de los altos taburetes. Todo el mundo se queda en silencio, Tae pone los ojos en blanco y Suzy me gruñe. —¿Qué? Pregunto, encogiéndome.

—Me parezco de unos cincuenta—, murmura Suzy.

—No, no lo haces—, Tae y yo cantamos al unísono, tan jodidamente por encima. Ella realmente se ve más vieja. Tal vez no tenga cincuenta años, pero definitivamente más vieja
que sus treinta años.