Estoy nerviosa.
Por fin llegó el día en el que una familia me adoptó.
Llevaba en ese sitio alrededor de unos 8 meses en el que me enseñaron y educaron a comportarme con mi nueva familia. La verdad al principio pensé que en ese lugar todos estaban locos, porque los jóvenes de mi edad, que están ahí esperando a ser adoptados, usan pañales, toman en biberones y se comportan como bebés de 3 años.
Me asusté mucho, pero como mis verdaderos padres habían muerto, a mis 17 años me fui a otra ciudad y ya no tenía más opciones que quedarme en ese tipo de "orfanato". Me fui acoplando y ahora me gusta mucho este nuevo estilo de vida. Todos tenemos un pañal bajo nuestra ropa y hay cuidadores que se encargan de nosotros mientras esperamos que una familia nos acoja. Creo que en esta ciudad solo existen dos tipos de personas: Los papás y los bebés. No hay gente "normal".
Hace dos meses estaba en la zona de juegos con los demás bebés. Todas las tardes nos dejaban ahí para que diferentes familias pudieran conocer a los bebés y así saber si los adoptan o no. Pero yo siempre he sido muy tímida y estaba en una esquina apartada jugando con un elefante de peluche cuando veo como se acerca un hombre demasiado alto, musculoso y con una mirada profunda. Iba de la mano con una mujer que parecía una modelo de televisión con una mirada amable y un poco más baja de estatura que el hombre, pero que para mí seguía siendo demasiado alta.
Cuando estuvieron a mi lado comencé a jugar con mis dedos y bajé mi mirada porque ninguna familia se me había acercado hasta ese día.
— Hola cariño, ¿podemos jugar contigo? — Habló el hombre con una voz gruesa pero a la vez muy dulce.
— C-claro — Odio tartamudear pero estoy muy nerviosa. Los dos se sentaron junto a mi y cogieron diferentes peluches para crear una historia de fantasía con mi elefante de peluche.
[...]
Llevábamos alrededor de 15 minutos jugando y la verdad es que me hacen reír mucho. Ellos se dieron cuenta que soy muy tímida y a pesar de eso se quedaron conmigo.
— ¿Cómo te llamas cielo? — Esta vez preguntó la mujer a mi lado.
— Ariana — Dije mirándolos a los ojos.
— Señorita Ariana, mi nombre es Leo y es un gusto conocerte — Dijo el hombre haciendo la típica pose de un soldado con su mano en la frente. Me reí tímidamente y sentí como mis mejillas se enrojecían. — Ella es mi esposa Olivia y nos encantaría seguir conociéndote. —
Volteé a mirar a la mujer que estaba a mi lado y tenía una sonrisa en sus labios. La verdad me transmiten confianza y me gustaría seguir viéndolos. — E-esta bien Leo.—
Desde ese momento no hubo ni un día en el que ellos no fueran a jugar conmigo y hace poco me dieron la noticia de que me adoptaban. La verdad me puse muy contenta y los abracé a los dos agradeciéndoles. Me dijeron que dentro de poco ya podría irme con ellos, que podría decirles "Papi y Mami" y que conocería a mi hermana mayor la cual usaba pañales igual que yo.
¡¿Qué?!
¿Hermana mayor?
Empecé a pensar muchas cosas y a formular un par de preguntas. ¿Le caeré bien? ¿ ella sabrá que tendrá una nueva hermana?
Dios, que nerviosa estoy.
[...]
Vamos en el auto directo a la que será mi casa desde hoy. Papi Leo me dijo que Mami Olivia no pudo venir a recogerme porque estaba con mi hermana Rachel preparándose para mi llegada.
Hoy Papi me regaló un vestido color blanco holgado que me llega más arriba de las rodillas, gracias al cielo no se alcanza a ver mi pañal. Me puso un moño rosa en mi cabello que me queda arriba de mis hombros y unas sandalias muy cómodas del mismo color que mi vestido. Me sentía muy cómoda.
— Ya llegamos cariño. — Volteó a ver por la ventana y mis ojos captan una casa demasiado grande y bonita, parece una mansión.
— Estoy nerviosa Papi, ¿Y si no le caigo bien? — Veo cómo se baja del auto para llegar a mi puerta y bajarme de ahí.
— No digas eso bebé, te aseguro que se van a llevar muy bien. — Me ofrece su mano y yo la tomo para acercarnos a la gran puerta de la casa. Mi Papi toca el timbre y esperamos a que alguien nos abra. Miro hacia arriba y con mi mirada le hago saber que no se aparte de mi lado en ningún momento.
Escucho la cerradura de la puerta y a los pocos segundos veo la figura de mi Mami con un vestido floreado y unos tacones no tan altos. A su lado se encuentra una joven de unos 19 años con el cabello que le llega a la cintura y unos ojos miel que me miran con curiosidad. Cuando me fijo en su vestimenta me doy cuenta que tiene el mismo vestido que yo pero de color rosa y un moño en su cabeza del mismo color de mi vestido.
— Hola bebé, bienvenida a nuestro dulce hogar. — Mi Mami habla y se acerca a darme un abrazo al ver que se hace un silencio en el ambiente. — Te presento a tu hermana Rachel. — Miro a la joven a su lado y con timidez me acerco a ella y le extiendo mi mano.
— H-hola, mi nombre es Ariana, un gusto. — La verdad no sé que más decir, no quiero incomodarla y quiero llevarme bien con ella.
Me sorprendo cuando Rachel no toma la mano que le ofrezco y en vez de eso me da un fuerte abrazo. — ¡Hola! Mis Papis me hablaron mucho de ti y estoy muy emocionada de tener una hermanita con quién jugar. — Ella me mira sonriente y yo me esperaba cualquier reacción menos la que está teniendo. — ¡Ven! Te quiero mostrar todos los juguetes que tenemos en nuestra habitación. — Me toma de la mano y me jala hacia unas escaleras que nos dirigen al segundo piso donde supongo están todas las habitaciones.
Miro hacia atrás y veo a mis Papis abrazados. Estoy muy agradecida por la oportunidad que me están dando de empezar de nuevo y no los decepcionaré.
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Nota de la Autora:
¡Hola! ¿Cómo están? Estoy muy emocionada porque ésta es la primera historia que escribo. Perdón si hay faltas ortográficas o si hay incoherencias.
Les aclaro que cada capítulo no tiene continuidad con los demás. Es decir, cada capítulo narrará hechos que no tienen conexión con los capítulos anteriores. Como One-Shots.
No sé si expliqué bien JAJAJ perdón.
Gracias por darle la oportunidad a esta historia.
Con amor, J.
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Mi mágico mundo
Romance- Ariana, ¿Qué te hemos dicho Papi y yo sobre decir mentiras?. - Que son malas y nunca las debo decir. Lo siento - Digo ahora arrepentida y jugando con mis dedos. - Eres nuestra bebé, y una bebé no puede decir mentiras. ¿Entendiste? - Si Mami - Le c...