—Mis amores es hora de comer. — Mi Papi Tom está en el umbral de la puerta y nos mira con una sonrisa.
Lucas y yo estamos jugando un pequeño partido de fútbol en el jardín de casa.
— Por favor Papi, un ratito más. — Mi hermano junta sus manos en señal de súplica y forma un puchero con sus labios.
— No cariño, llevan jugando más de una hora y media. Deben descansar un poco. — Mi Papi Tom se cruza de brazos, lo que significa que no cambiará de opinión.
— Sólo hasta que alguien haga un gol. Estamos 2 - 2 y necesitamos hacer un desempate para saber quién gana. ¿Si? Porfavor, Papi. — Ahora soy yo quién habla.
— He dicho que no. Ya tendrán tiempo de jugar después de haber comido algo. ¿O quieren que llame a su Papi Erick? — Mi Papi Tom ahora tiene una voz más seria, lo que nos hace negar con la cabeza a Lucas y a mí rápidamente ante su pregunta. No queremos un castigo. — Eso pensé. Ahora, vamos bebés.
Yo dejo el balón de fútbol en el césped y los dos nos acercamos con la mirada en el suelo hacia nuestro Papi. Cuando estamos frente a él nos da un suave beso en la frente y mi hermano le estira los brazos en su dirección con un puchero, a lo que mi Papi entiende y lo alza del suelo para colocarlo en su cadera. Mientras que veo cómo estira su mano libre en mi dirección y yo la tomo con delicadeza, para así dirigirnos a la cocina.
Cuando entramos a la cocina, veo a mi Papi Erick sirviendo comida en 4 platos diferentes. Dos enormes y otros dos pequeños con algunos dibujos de autos.
— La comida ya está lista mis hermosos bebés. — Mi Papi Erick me toma en brazos para llenarme la cara de besos y colocarme en mis sillita alta de color gris. Mientras que mi Papi Tom hace lo mismo con mi hermano. Su sillita es de color lila.
En nuestro platos hay puré de papa, pollo desmenuzado y espinaca. Iugh espinaca. Hago mala cara al ver tanta espinaca en mi plato.
— Cariño, nada de malas caras. Te lo comes todo. — Mi Papi Erick me habla con el entrecejo fruncido.
Pues claro, en los grandes platos de mis Papis hay una gran montaña de pasta, arroz, pollo y carne asada. No veo ningún vegetal ahí, que injusto. Aunque ellos me explicaron, que Lucas y yo debemos tener una alimentación con muchos vegetales porque estamos creciendo y estamos un poco bajos de peso. ¡Pero eso no me importa! Yo quiero de lo que ellos tienen en sus platos.
— Si te comes la espinaca, te doy una galleta con chispas de chocolate. Pero eso sí, quiero ver ese plato limpio. — Ésta vez es mi Papi Tom quién habla.
— ¡Yo también, yo también! — Mi hermano exclama empezando dar pequeños saltitos en su sillita.
— Si, tu también amor. Ahora, a comer.
ESTÁS LEYENDO
Mi mágico mundo
Romance- Ariana, ¿Qué te hemos dicho Papi y yo sobre decir mentiras?. - Que son malas y nunca las debo decir. Lo siento - Digo ahora arrepentida y jugando con mis dedos. - Eres nuestra bebé, y una bebé no puede decir mentiras. ¿Entendiste? - Si Mami - Le c...