- Ariana, ¿Qué te hemos dicho Papi y yo sobre decir mentiras?.
- Que son malas y nunca las debo decir. Lo siento - Digo ahora arrepentida y jugando con mis dedos.
- Eres nuestra bebé, y una bebé no puede decir mentiras. ¿Entendiste?
- Si Mami - Le c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Cariño, deja de moverte. — Mi Papi reprende suavemente a Rachel mientras intenta ponerle una linda camisa blanca.
— ¡No quiero! Voy a estar todo el día en pijama. — Mi hermana hace berrinche y en su boca tiene un pequeño puchero a la vez que cruza sus brazos y le dirige una mirada retadora a Papi.
Hoy es sábado y mi Mami nos dijo en el desayuno que hoy iríamos a un centro comercial a comprar algunas cosas que hacen falta en casa y en la despensa de la cocina.
Estoy muy contenta porque nunca he ido al centro comercial de esta ciudad, así que no sé cómo es. Yo ya estoy completamente vestida y peinada por lo que me encuentro sentada en la alfombra de mi habitación jugando con mis muñecas, mientras espero que terminen de vestir a Rachel.
Llevo un lindo vestido holgado de color amarillo muy claro un poco arriba de mis rodillas con un lindo moño en mi cabello suelto. En mi parte inferior llevo una lindas medias blancas cortas con unos tenis del mismo color. Me siento linda.
— Ah, osea que quieres ir en pijama al centro comercial ¿verdad? — Mi Papi le dice a Rachel para que piense bien lo que está pidiendo.
— Si, no me importa. — Ella le responde y yo no me sorprendo. Hoy mi hermana ha estado muy rebelde y no sé porque. Yo simplemente me limito a ver todo desde donde estoy.
— Entonces no te importa que todos vean tu pañal y que digan que hueles mal por no bañarte. — Cuando él termina de hablar se acerca juguetonamente a Rachel para oler su cuello y hacer una mueca de asco a lo que a mi hermana se le escapa una pequeña carcajada.
— Yo no huelo mal. — Ella habla con una sonrisa juguetona en su cara.
—¡Claro que sí! Hueles a un pequeño cerdito que se ha revolcado en lodo, y también a una pequeña bebé desobediente. — Expresa mi Papi para hacerle cosquillas en el estómago a Rachel lo que la hace soltar varias carcajadas. — ¿Cierto que tu hermana huele así Ari? — Cuando él se dirige a mi yo suelto una risita y le sigo el juego afirmando con la cabeza.
Mi Papi ahora camina hacia mi para alzarme en sus brazos y empezar a hacerme también cosquillas. Yo suelto grandes carcajadas mientras me retuerzo en sus brazos.
Ahora mi Papi nos está haciendo cosquillas a Rachel y a mi con cada mano.
— Pero, ¿Qué es todo este ruido? — Mi Mami entra a la habitación con una sonrisa en la cara cuando entiende la situación en la que estamos.
— ¡Él empezó! — Rachel y yo decimos al mismo tiempo mientras señalamos a mi Papi con nuestro dedo índice.
— ¡Ellas empezaron! — Mi Papi también habla al mismo tiempo pero ahora acusándonos a nosotras.
