𝐌𝐨𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐒𝐭𝐚𝐫 - 04

978 147 21
                                    

Flashback

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Flashback

Todos los seres estaban reunidos en la gran plaza del concilio de los cielos. Todos los ángeles, arcángeles, seres celestiales y el mismísimo Dios junto a su esposa estaban reunidos en aquellas gradas, todos observando algo en el centro de la plaza.
Los rumores iban de un lado a otro en medio de susurros, nadie logrando saber por qué el ser supremo los había reunido allí.

La enorme audiencia hizo silencio cuando aquel hombre, al cual todos llamaban Dios, se puso de pie mientras alzaba su puño en señal de silencio. Cuando el lugar hizo silencio, este aclaró su garganta, tomando aire para hablar:

—Hijos míos, hermanos, hermanas -este habló, su voz sonando como rayos cayendo a la tierra- De entre nosotros es bien sabido que la dignidad y la pureza son actos claves para mantenernos libres de pecado, pero la rebelión e irse en mi contra son todo lo contrario a eso -luego, este señaló a la azabache que estaba amarrada y arrodillada en medio de la plaza, todos los presentes miraron a la mujer- Mi hija menor, a quién he llamado Samaela, se ha rebelado en mi contra, asegurando que su trono estaría por encima del altísimo -este dijo, la multitud comenzó a susurrar y a abuchear el nombre de la azabache- Según las reglas del cielo, mi hija, condenada por los pecados que ha cometido merece ser castigada.

La azabache en el suelo alzó su mirada hacia las gradas, observando como su padre, el ser supremo, le miraba con reproche y asco.

—Por rebelarte en mi contra, por tentar a Adán y Eva hacia el pecado y renegar en mi nombre yo te condenó a regir en el infierno como su reina, expulsandote del cielo y exiliandote para toda la eternidad, nombrandote como Lucifer -este dijo, usando su voz para infligir miedo en todos- ¿Hay algo que quieras decir?

La azabache, ahora llamada Lucifer, rió suavemente, subiendo el volúmen de su risa gradualmente hasta quedar mirando a su padre frente a los ojos.

—Juro por mi propia alma, padre mío, que en el futuro lejano, yo misma me encargaré de destruir todo aquello que alguna vez amé y juré proteger con mi vida -esta dijo, haciendo que su padre frunciera el ceño por sus palabras- Y no estaré sola, padre, por qué todos aquellos que pelearon junto a mi hombro a hombro se encargarán de darme la victoria que tanto he anhelado -luego, del estrado, seis Arcángeles comenzaron a descender por las gradas, Dios, incrédulo por lo que estaba viendo comenzó a llenarse de irá- Pero no solo los que lucharon conmigo pueden venir, todo aquel que aborrezca las mentiras de aquel bastardo pueden unirse a mi.

Dios, lleno de cólera, con su puño hizo que el suelo de la plaza se partiera a la mitad, y la azabache, siendo desterrada del cielo, cayó a la tierra tal cual meteoro entrando en la atmósfera. Todos los ángeles y arcángeles estaban en silencio, antojitos por ver cómo la mano derecha de Dios era expulsada hacia el infierno. Rápidamente las seis Arcángeles que se pusieron de pie siguieron a su reina hacia el cielo, exiliandose a si mismas. Tiempo después, aquellas seis Arcángeles serían conocidas como las monarcas del infierno; Astaroth, la mano derecha de Lucifer y segunda al mando del infierno. Leviatán, la destructora de naciones. Satanás, la adversaria, alcaldesa del infierno. Belfegor, la pereza, domadora de bestias. Asmodeo, princesa de los demonios y madre de la lujuria, domadora de hombres y mujeres. Y Mammon, la avaricia, reina del caos.

𝐌𝐨𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐒𝐭𝐚𝐫 | ᴰᵃʰʸᵘⁿ ʸ ᵗᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora