En otra parte de la existencia...
—La excusa que diste para salir del departamento me pareció bastante patética a decir verdad -Chaeyoung exclamó riendo suavemente, está tenía su mano tomada de la de la demonio pelinegra, la cual tenía el ceño levemente fruncido por las burlas de la más baja- ¿Por qué estamos caminando en el centro de Tokio a esta hora?
Nayeon miró detenidamente a su novia -y casi esposa- sonreír burlescamente, está frunció sus labios y apretó el agarre entre sus manos. —Tenía que decir eso para que T/n no hiciera preguntas -está dijo, Chaeyoung frunció el ceño al no entender muy bien sobre lo que ella hablaba- ¿Si sabes que ella puede leer nuestras mentes, no? -Chaeyoung asintió- Pues bien, dónde ella supiera lo que estoy pensando en este mismo momento muy seguramente ya habría terminado a nueve mil metros bajo tierra.
—¿Tan malo es?
Ambas demonios cruzaron la calle hacia un callejón oscuro, si bien a esa hora no había nadie allí estás iban con todo el sigilo posible, nunca se podría saber quién podría estar por ahí observando todo.
—No es malo, pero tampoco es bueno -respondió Nayeon, luego de caminar algunos metros está se detuvo frente a una puerta doble con luces de neon arriba de esta, Chaeyoung miró con curiosidad el letrero- Aún me cuesta confiar en Jihyo y las demás, ¿Ok? Nadie podía enterarse de esto.
Mientras estás hablaban, la puerta que parecía estar sellada se abrió completamente, Nayeon simplemente miró hacia el frente y entro, seguida de una preocupada y confundida Chaeyoung. El interior del lugar era escasamente alumbrado por una luz roja sobre ellas, el lugar estaba en un completo silencio, casi sepulcral, dónde solamente se escuchaba el sonido de sus pasos al andar.
A la más baja el lugar no le daba buena espina, y aunque está fuera uno de los seres más poderosos y peligrosos que existían en el universo está no puedo evitar sentirse un poco en peligro.—Puedes estar tranquila, no te pasará nada malo si estoy contigo.
Y aunque la sonrisa de Nayeon siempre le proporcionaba tranquilidad está vez no funcionó del todo, aún así Chaeyoung asintió y se dejó guiar hacia más adentro.
Mientras estás caminaban hacia adelante un par de figuras comenzaron a materializarse tras una fina pared rugosa de cristal. Las dos demonios siguieron caminando con firmeza, llegando hasta la puerta, tocando un par de veces.
Al abrirse la puerta lo primero que vieron fue a una chica pelirroja de rostro agradable, la cual las miró con el ceño fruncido hasta que su mirada dió en Nayeon. Rápidamente una sonrisa se formó en su rostro y se hizo hacia un lado, dejando el espacio libre -para ver mucho mejor al interior- y que pudieran pasar con tranquilidad.
—Yizhou, gracias por atendernos rápido -expresó Nayeon, la peliroja asintió sonriente- ¿En dónde está tu jefa?
—Adentro, pasa, pasa, estará encantada de verte -la peliroja dijo amablemente- Jimin está en el gran salón.
Nayeon asintió y agarrando la mano de Chaeyoung ambas entraron.
De regreso a Seúl...
T/n miró a Lia por última vez antes de arroparla con la manta, la pequeña coreana había jugado con Sana y con Jeongyeon por todo el departamento casi todo el día, terminando totalmente exhausta, y aunque las demonios solían torturar a los desdichados y causar desgracias en el mundo humano -según se lo merecieran- les pareció totalmente genial jugar a las atrapadas y a la rueda con una niña.
Demasiado contradictorio para quienes solían ser las reinas del infierno.
La azabache sonrió enternecida al recordar todo lo que había pasado, y, antes de salir de la habitación, beso la frente de Lia con amor. Esa niña se había ganado todo su amor.
Afuera de la habitación se encontraba Dahyun admirando la escena con ternura, la pálida nunca se había imaginado conocer a alguien como T/n, o siquiera había pensado en vivir todo lo que había pasado en los últimos días, todo parecía tan irreal que asimilaba ser un sueño, esta descruzó sus brazos en cuanto T/n cerró la puerta y sin decir palabra alguna la pálida se aferró al torso de la azabache, hundiendo su rostro en el cuello de la más alta, aspirando aquel delicioso perfume que la azabache solía usar.
—Se durmió fácil -musitó T/n devolviendo el abrazo, una de sus manos abandonó la cintura de la pálida, comenzando a acariciar la espalda de Dahyun en patrones circulares- ¿Cómo te has sentido hoy?
Dahyun sonrió en el cuello de T/n, desde que había sucedido aquello del secuestro por parte de Jimin y del ritual -hace ya dos semanas- la azabache le hacía esa misma pregunta, por lo menos dos veces al día, desde entonces. Esta saco su rostro del cuello de T/n, enfocando su vista en los hermosos ojos rojos de la azabache.
—Me he sentido bien -respondió Dahyun- Esto es... No sé cómo explicarlo -dijo- Siento que el cansancio abandonó por completo mi cuerpo, y mi fuerza, carajo, puedo levantar un jodido refrigerador solo con dos dedos -esta dijo riendo, causando el mismo efecto en T/n- Me siento mucho mejor de lo que nunca antes sentí, ¿Por qué? ¿Eso significa ser un demonio?
T/n negó con una sonrisa. Está beso con delicadeza los labios de la pálida, saboreando el bálsamo labial de esta.
—Has alcanzado tu máximo potencial Dubu, solo no te habías dado cuenta -respondió T/n- Ahora mismo eres lo que siempre debiste ser, un demonio, una reina... Mi reina. -dijo.
Dahyun se sonrojó ligeramente, achicando sus ojos un poco más. —¿Y ahora que sigue, majestad? -esta susurró, juntando la punta de su nariz con la de T/n de manera cariñosa- Sí todo lo que han dicho aquí es cierto... Tu padre no descansará hasta lograr su objetivo. Y créeme, no quiero que te pase nada malo... No ahora que por fin puedo ser feliz contigo...
—No pasará nada malo Dahyun, te lo prometo -T/n aseguró con firmeza, Dahyun asintió lentamente- Haré todo lo posible para salir ilesa de todo esto. Solo hay que hacer una cosa más.
—¿Y eso es...?
—Liberar a la bestia.
¿Qué tal está la nueva portada? 👀
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐨𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐒𝐭𝐚𝐫 | ᴰᵃʰʸᵘⁿ ʸ ᵗᵘ
Fanfiction[ ꜰ ɪ ɴ ᴀ ʟ ɪ ᴢ ᴀ ᴅ ᴀ ] El amor puede trascender barreras impenetrables, superar cualquier obstáculo sin importar qué, Incluso algo tan poderoso como lo es el tiempo. "Aunque he luchado por la libertad de hacer las cosas por separado, no puedo evita...