𝐌𝐨𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐒𝐭𝐚𝐫 - 01

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Cierta azabache caminaba tranquilamente por el centro de Seúl, su caminar, siendo el de una modelo atraía las miradas tanto de hombres como mujeres, su gran poder de atracción robaba miradas y suspiros de aquellos que se detenían a mirarla

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Cierta azabache caminaba tranquilamente por el centro de Seúl, su caminar, siendo el de una modelo atraía las miradas tanto de hombres como mujeres, su gran poder de atracción robaba miradas y suspiros de aquellos que se detenían a mirarla.
La azabache sonreía levemente, ignorando comentarios y cumplidos está se dirigió hasta la cafetería que frecuentaba cada mañana antes de iniciar sus clases. Un par de minutos después está visualizo un pequeño local atrapado en medio de inmensos edificios.

La azabache sonrió, y a paso apresurado llegó hasta el lugar, Twice's Coffee según el letrero que estaba en la cima de la puerta. Al entrar al lugar la puerta agitó una campana que avisó de su llegada, de entre las estantes llenas de pan y otras cosas una linda y bajita pelirrosa apareció, usando un delantal está se dirigió a atender al primer cliente.

—Sea bienvenida a Twice's Coffee, ¿En qué podría servirle? -esta dijo, sorprendiendose enormemente al ver a la azabache allí- Oh, reina mía -esta dijo, poniendo sus manos tras su espalda y reverenciando a la azabache- Es un enorme placer tenerla aquí.

La azabache rió, acercándose hasta la pelirrosa para abrazarla. La más baja sonrió y correspondió el abrazo.

—Te dije que me llamaras por mi nombre Chaeng -dijo la azabache- ¿Cómo has estado?

La pequeña rió.

—Bastante bien, mis pequeñas vacaciones sirvieron de mucho T/n-unnie -esta respondió- Las chicas te envían saludos. Querían venir a darte las felicitaciones por tu cumpleaños, pero tu hermana no les permitió salir... Estaban muy apenadas...

—No te preocupes Chaeng, un año más, un año menos, los cumpleaños dejan de importar cuando tienes más de dos mil años, la monotonía aburre -respondió la azabache riendo, Chaeyoung asintió levemente- Hablando de cosas importantes, ¿Cómo está Nayeon?

—Radiante, como siempre, hace bastante tiempo que no la veía, así que recuperamos el tiempo perdido... -respondió la pelirrosa sonrojada- Aseguró que vendría pronto a visitarte, cuando las cosas allí abajo estén más tranquilas -dijo- ¿Ordenarás algo?

—Una malteada de vainilla, y dos panecillos rellenos de fresa -esta dijo, Chaeyoung asintió y anotó lo pedido en su pequeña libreta.

—Toma asiento, lo traeré en unos minutos.

T/n asintió, y tomando la mesa más alejada de la puerta está tomó asiento, estando allí, y viendo como a través del ventanal las personas pasaban por allí, ajenas a los problemas de otros, concentradas en su propio sufrimiento. Del bolsillo de su chaqueta la azabache sacó su pequeña moneda, el objeto, tan antiguo como el tiempo mismo levitaba en su mano, T/n observaba las dos caras de la moneda, recordando aquellos días cuando la obtuvo.

 Del bolsillo de su chaqueta la azabache sacó su pequeña moneda, el objeto, tan antiguo como el tiempo mismo levitaba en su mano, T/n observaba las dos caras de la moneda, recordando aquellos días cuando la obtuvo

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Millones de recuerdos de épocas pasadas llegaron a su mente, pero su pequeño momento fue interrumpido cuando una presencia se hizo frente a ella. T/n guardó rápidamente su moneda.

—¿Si sabes que conmigo no tienes que fingir, cierto? -Chaeyoung preguntó con risas, dejando lo que la azabache había pedido en la mesa, T/n sonrió.

—Lo siento, es la costumbre -respondió la azabache, agradeciendo por lo pedido- ¿Vas a sentarte?

—Si mi reina me lo permite, si.

—Solo siéntate Chaeyoung -musitó T/n, la pelirosa rió y se sentó frente a la azabache- ¿Cuál es la motivación para que me sigas llamando así? Hace más de doscientos años que deje de ser la reina del infierno.

—Es la costumbre, fuiste retirada de tu cargo ilegítimamente, para nosotras y especialmente para mí siempre serás mi reina -explicó la pequeña pelirosa, haciendo que la azabache negara en repetidas ocasiones- Acostumbrate.

T/n bebió de su malteada, mirando de reojo a las más baja con reproche.

—Tenemos que acostumbramos a llevar vidas humanas Chaeng -respondió T/n- Créeme, detesto esto tanto como tú, pero eso nos ganamos por ser diferentes. El rechazo...

—Aunque en el mundo humano eres bastante aceptada, ¿No? -preguntó Chaeyoung con burla- Hoy vino alguien preguntando por tí, dijo: “¿Hoy no ha venido aquella belleza azabache?” y cuando le dije que posiblemente no vendrías se sintió decepcionada, casi se fue llorando.

T/n viró los ojos, terminando de comer los panecillos. —Deja de decir tonterías Chaeyoung -musitó T/n- Creo que es momento de irme, pronto iniciarán mis clases.

Chaeyoung asintió, en ese momento la campana de la puerta sonó haciendo que ambas mujeres voltearan su vista hacia allí. Chaeyoung se puso de pie, tomando lo que la azabache había dejado.

—Pronto te estaré visitando con Nayeon-unnie -dijo la pelirosa- Si me disculpas, hay personas que atender.

—Adelante.

T/n se despidió de la pequeña y salió del local, sintiendo como tras su espalda, una presencia que conocía bastante bien, la seguía de cerca.

Todo empezaba de ir a mal en peor.

Estando cerca de su universidad, T/n estaba a punto de cruzar la calle para ir hacia el campus

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Estando cerca de su universidad, T/n estaba a punto de cruzar la calle para ir hacia el campus. Nuevamente allí -tal cual pasó una hora antes- las personas se le quedaban viendo. Su peculiar belleza, digna de una reina, atrapaba la atención de todos, no todos los días se podía ver a una chica como T/n; de cabello tan negro como la noche, de unos increíbles ojos rojos carmesí y piel pálida.

No parecía que fuese de este mundo, literalmente.

T/n decidió ignorar aquellas indiscretas miradas y seguir su camino. Pero todo el mundo a su alrededor, tanto personas, como animales y autos se detuvieron repentinamente. Dejando el tiempo congelado, a excepción de ella.

T/n frunció el ceño y suspiró profundamente con cansancio, la azabache sabía muy bien de quién se trataba aquel poder, lo había conocido por miles de años, aquello le estresaba, demasiado a decir verdad, pero al no tener más opción está se dió la vuelta, encarando a la entidad allí de pie.

De cabello rubio, ojos medianamente grandes y una sonrisa que le propinaban náuseas a la azabache.

—T/n -expresó la rubia sonriendo, acercándose lentamente hasta la azabache- ¿Cómo estás?

La azabache negó y rió rápidamente, tomando una distancia prudente de la rubia.

—¿Roseanne? -habló la azabache incrédula- ¿Que se supone que está haciendo alguien como tú, en un lugar tan banal y pecaminoso como lo es este?

Y T/n solo pudo soltar su expresión más cínica.

Y T/n solo pudo soltar su expresión más cínica

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𝐌𝐨𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐒𝐭𝐚𝐫 | ᴰᵃʰʸᵘⁿ ʸ ᵗᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora