[ ꜰ ɪ ɴ ᴀ ʟ ɪ ᴢ ᴀ ᴅ ᴀ ]
El amor puede trascender barreras impenetrables, superar cualquier obstáculo sin importar qué, Incluso algo tan poderoso como lo es el tiempo.
"Aunque he luchado por la libertad de hacer las cosas por separado, no puedo evita...
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Los pasos fuertes y metálicos de las botas de los ángeles resonaron por toda la existencia, cada soldado del ejército celestial gozaba de portar una armadura tan blanca como sus alas y de destellos dorados, cada uno de ellos blandia una espada hecha del material más fuerte que podía existir en el universo, una arma hecha específicamente para asesinar demonios. Desde la cima de su trono Kai veía a su ejército avanzar hacía el inmenso portal, la pelea que pronto iniciaría y en la cual este esperaba acabar con su hija se daría lugar en la tierra, muy posiblemente el mundo humano sería destruido, pero eso era lo menos importante, si su propia creación era destruida simplemente crearía otra y repetiría el mismo proceso desde cero.
Su único objetivo era aniquilar a su hija, a su ex esposa y a cualquiera que osara cruzarse en su camino, sea alguna de sus hijas o un simple mortal.
No importaba.
La desfigurada y terrible presencia de Jimin se hizo a un lado de Dios, el cual lo miraba de reojo y con desden. Jimin frunció el ceño al ver la cantidad de soldados que su padre había reunido para luchar contra su hermana y las otras, literalmente eran millones de soldados para luchar contra un reducido grupo de once personas, una pregunta llegó a la mente del desfigurado rubio: ¿Qué tan desquiciado se tiene que estar para hacer eso?
-¿Dónde se encuentran tus hermanas? -preguntó Kai que aún veía a su ejército avanzar, Jimin lo miró- Hace mucho tiempo no he visto a Jihyo, ¿Dónde están?
-En Seúl -respondió este- Todas se encuentran reunidas en un mismo lugar, no he podido ver de cerca lo que sucede, pero sé que todas están en una especie de departamento muy extraño. Jihyo está con T/n.
-¿Mina, Momo, Tzuyu y Rosé también?
-Si, también -este respondió- Lo esperaba de todas ellas, menos de Tzuyu, ella aparte de mi era la qué más odiaba a T/n.
-Las traiciones vienen de quién menos las esperas Jimin -este dijo, luego susurró algo a su hombro, el rubio lo miro extrañado por sus raros comportamientos- Tus hermanas ya escogieron su bando, es hora de atacar.
Sin más, ambos hombres comenzaron a descender por el cielo hasta llegar junto a los soldados que marchaban.
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