Capítulo 1

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—Pero sigamos siendo amigos –soltó despreocupadamente, Akane se atragantó con su propia saliva sorprendida, mientras contenía las lágrimas.

Sabía que no debía ilusionarse en lo más mínimo, o al menos, no luego de lo últimos meses de relación.

—¿Conociste a una chica de otro país jugando a videojuegos y me dejas por ella? –decía algo incrédula, y Ni-ki se encogió de hombros, dando a entender que era obvio aquello.

Claro que le estaba doliendo, pero no iba a llorar, al menos, no todavía.

—Los dos sabíamos que esto no funcionaba, y a mi ya me gustaba alguien.

—Entiendo... –murmuró la joven dolida–. Creo que no tengo nada que hacer aquí.

—Oye, esto no es el final de todo –le colocó la mano en su hombro amablemente–. Me caes bien, eres buena persona Akane, sólo que ya hay otra, pero siempre fuimos buenos amigos.

—Ya veo... Adiós.

Y con eso, se fue del arcade en el que habían estado toda la tarde jugando y divirtiendose, probablemente fue la forma de Riki de despedirse de esa relación.

Las lágrimas de la joven fueron cayendo sin cesar mientras caminaba por la calle, totalmente dolida.

La habían cambiado, ¿tan poco valía? Nunca fue una persona con la autoestima alta, pero tener a Ni-ki le había ayudado más de lo que parecía.

Conoció a Ni-ki hacía ya más de un año y medio, cuándo recién cumplió 14 años. Ella estaba en ese mismo arcade jugando horriblemente a un juego, y él llegó a enseñarle cómo se hacía.

No era nada buena en los videojuegos, y eso le pareció extremadamente gracioso, por lo tanto, se ofreció a ayudarla y pasar tiempo con ella.

Rápidamente cogieron confianza y se comenzaron a gustar el uno al otro, siendo así, el primer amor de Akane, al igual que el de Ni-ki.

La chica se sorprendió, él era distinto a los demás chicos en muchos de los sentidos. No le importó nunca su aspecto, por el cuál había sido criticada y una gran inseguridad.

Mientras ella misma se obligaba a no comer en un intento de adelgazar, Riki siempre le traía comida, diciéndole que él prefería que estuviera sana a delgada.

Mientras ella misma odiaba su risa, tapaba su boca al sonreír e intentaba ser menos ruidosa, Ni-ki siempre resaltaba todas aquellas cosas de ella.

Porque ella nunca cumplió la mayoría de estándares, y esto causó acoso de sus compañeras. Ni-ki le repitió tantas veces que amaba todo de ella que acabó aceptandose.

Ni-ki hizo una Akane mucho menos insegura, y en un simple golpe, todo se había derrumbado.

El primer año de relación fue totalmente perfecto. Incluso si no eran la típica pareja, les encantaba cómo eran, totalmente felices.

Los problemas comenzaron poco después. Ni-ki siempre fue una persona poco apegada, que iba a lo libre, y Akane lo sabía perfectamente luego de un año.

Pero aquello comenzó a ser demasiado distante. Ni-ki llegaba a tardar días en responderle a los mensajes, no salía con ella a casi nada y olvidaba fechas importantes.

Akane fingió que no pasaba nada, o al menos, eso intentó los primeros 4 meses, con la esperanza de que solo fuera una mala racha y todo volviera a su cauce.

Claro, que cuando su mejor amiga, Hatsu, comenzó a dudar de la relación, ya sabía que eso iba a acabar mal.

Y justo hoy hacían un año y medio. Ni-ki llevaba 1 semana respondiendo sorprendentemente rápido sus mensajes, quedando con ella, y hoy le había dicho de reunirse porque tenía algo que decirle.

La ingenua de Akane tenía la ilusión de que aquello fuera una disculpa por su comportamiento los últimos 6 meses, y aparte, un festejo por su año y medio juntos.

Pero ahora, todo lo veía de una forma distinta. Ahora se daba cuenta de que su, ahora ex novio, había hecho todo eso por culpa del sentimiento de culpa de enamorarse de alguien más.

Había hecho una especie de despedida de la relación durante 1 semana, para así poder terminar la relación pudiendo decir que había sido un excelente novio.

Una persona normal podría estar enfadada y decepcionada con él, pero Akane tenía el corazón totalmente partido, y sólo esperaba porque Ni-ki la llamase riendo, asegurando que había sido una broma y se disculpara.

Pero sabía que esa llamada no iba a llegar, y desde ahora debía aprender a vivir sin Nishimura, persona que había sido la causante de su mayoría de sonrisas durante un año y medio.

—Sólo quiero que vuelvas... –susurró totalmente deprimida, en realidad lo último que esperaba hoy era recibir esa noticia.

Akane no estaba lista para superar a Ni-ki, mucho menos cuando no lo había sacado completamente de su vida.

Pasó frente a una consulta de psicología, observando perfectamente un cartel que ocupaba todo el escaparate, en este se decía:

"¿Cómo te sientes hoy?"

El resto no le importaba en realidad, eso fue lo único en lo que se centró de aquel cartel.

Wasuremono –susurró para sí misma.

Porque eso era ahora mismo, el objeto olvidado de alguien, y ese alguien era Nishimura Riki, persona de la que sabía que no iba a olvidarse así cómo así.

Wasuremono: literalmente quiere decir objeto que has dejado atrás o abandonado involuntariamente.

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Hola! Ahora que he terminado mi anterior historia de Sunghoon, he comenzado a publicar esta, espero que os guste <33

ᴋᴏɪ ɴᴏ ʏᴏᴋᴀɴ (ᴋɪᴍ ꜱᴜɴᴏᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora