Capítulo 18

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Akane mordió su labio con nerviosismo frente a la puerta de Hatsu. Era tarde y quizás estaba estudiando (cómo debería estar haciendo ella) pero no podría concentrarse sabiendo que no había seguido los consejos de Sunoo.

Lo que algo en algún punto fue tan fácil -en este caso, tocar la puerta de su habitación y entrar con toda la confianza del mundo- ahora le resultaba un enorme reto.

¿Por qué las cosas podían cambiar tanto en pocas semanas?

Rezaba porque Jay no estuviese ahí, necesitaban tiempo a solas. Aún así la esperanza de que si él llegaba a estar les diese tiempo a solas para hablar.

Descartó la idea de que su compañera de habitación estuviera ya que en las cortas conversaciones que tuvieron en los últimos días Hatsu mencionó que se iba de viaje a ver a sus padres o algo así.

Tembló un poco antes de dar un par de toques en la puerta, y oír la brillante voz de su mejor amiga invitando a pasar a la persona que fuera sin siquiera mirar de quién se trataba.

—Hatsu –abrió un poco la puerta, asomando su cabeza. La joven sonrió alegre de verla y la invitó a pasar por segunda vez.

—¡Akane! ¿Qué tal? –dijo cómo si nada, Ozawa se preguntó si Hatsu estaba tan preocupada por el tema cómo ella.

—Quería venir a verte –habló sentándose en su cama, su mejor amiga asintió con naturalidad–. Y hablar sobre algo...

—Claro, puedes decirme lo que sea, ¿ha pasado algo con Sunoo? –cuestionó ilusionada y Akane volvió a sentir una presión en el pecho al pensar que desde hace un tiempo habían pasado muchas cosas que ella desconocía.

—No... bueno, sí, pero no venía a hablar sobre eso –intentó explicar–. Puedo contarte eso más tarde, Sunoo no es el tema de conversación.

—¿Ocurre algo? Me estás preocupando, no quiero que estés mal.

—Lo sé, sólo es que... nos he notado algo distanciadas. No sólo algo, muy distanciadas. Eres mi mejor amiga, y no quiero que nos distanciemos.

El rostro de Hatsu palideció, tragando con fuerza y moviendo sus manos con nerviosismo.

—¿Así que es por eso? Perdón, no pensaba que resultaría así –fue capaz de decir un par de minutos después de la confesión de Akane, bajo su atenta mirada.

—¿A qué te refieres?

—Creo que tengo la culpa de esto –murmuró evitando su mirada–. Pensé que era lo mejor, no pensé que era a la única a la que le dolía.

—Ahora eres tú la que me está preocupando, Hatsu. ¿Por qué te has estado distanciando de mí?

—Es un poco largo de contar.

—No importa si es muy largo o no, estoy aquí para solucionar las cosas.

Ella le sonrió, suspiró y asintió, lista para contar lo que ocurría.

—Tengo miedo de que te canses de mí... de que encuentres a gente que te importe más.

—¿Cómo me voy a cansar de ti? ¿Cómo se te ha pasado por la cabeza?

—Somos amigas desde hace muchos años, y he llegado a pensar que durante mucho tiempo he sido tu única amiga. Nunca he tenido problema con eso, podía dedicar todo mi tiempo a ti porque eres a quién más quiero en el mundo. Pero no sé si de estar todo el tiempo contigo te acabarías aburriendo de mi compañía.

—¿Y por qué ocurre todo ahora? Podías habérmelo comentado antes.

—¡Porque tienes un montón de amigos más interesantes que yo! –exclamó y a Akane se me rompió el corazón al oírla decir aquello–. ¿Quién prefiere estar con la ruidosa de Hatsu cuándo puede estar con Jake, Sunghoon o Sunoo?

—Yo prefiero estar con la ruidosa de Hatsu –dijo al instante, había estado tan concentrada en sus propios problemas de autoestima que no se paró a saber si realmentr Hatsu se sentía bien con su propia personalidad–. Te prefiero mil veces a ti, y no es que no los quiera a ellos, es que tú eres la mejor persona que he conocido nunca. ¿Quién sería capaz de dejar su país porque su mejor amiga fuese feliz?

Hatsu rió levemente, dándose cuenta de la locura que hizo.

—Pensé que si te dejaba tu espacio podías darte cuenta de que yo no era para tanto y que había mucha gente que te podía hacer feliz. Pensé que igual no me necesitabas.

—Creo que todavía no ha llegado el día en el que no necesite a Iwazaki Hatsu –negó Akane velozmente–. De hecho, creo que ese día no existe. Te necesito porque eres parte de mí, he crecido contigo y ya no me imagino un futuro en el que tú no estés.

Los ojos de su mejor amiga llevaban un rato cristalizados, pero esa confesión fue suficiente para que rompiese en lágrimas y la abrazase.

—Yo también te necesito –murmuró–. No pensé que tanto, bueno, en realidad sí, pero una parte de mi mente quería creer que si me alejaba estarías mejor y yo encontraría a más gente.

—No podría rellenar nunca tu vacío.

—Creo que el sentimiento es mutuo.

Luego de un rato de lágrimas más, decidieron que, cómo su compañera de habitación no estaba, ella podría quedarse a dormir ahí.

—Y bueno, ¿que ha ocurrido con Sunoo?

—Hemos estado teniendo citas desde hace un tiempo, hasta nos hemos besado un par de veces –se sonrojó al decirlo, vivirlo era una cosa pero contárselo a tu mejor amiga era algo muy distinto.

—¿¡Enserio!? AHHHH –comenzó a chillar mientras Akane le tapaba la boca.

—Cómo sigas así se va a enterar toda la universidad de que lo he besado, hasta Jiyu.

—¿Jiyu? No me suena el nombre, ¿quién es?

—Uff, si que tenemos cosas de las que hablar.

ᴋᴏɪ ɴᴏ ʏᴏᴋᴀɴ (ᴋɪᴍ ꜱᴜɴᴏᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora