Capítulo 21

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—¿Cómo qué acabáis de romper? –preguntó ella sintiéndose aún más preocupada, ahora entendía porqué Park estaba en ese estado.

—Poco después de entrar a la fiesta. Yo... –no terminó la frase, porque su boca se tensó en un intento de reprimir un sollozo.

La chica prácticamente se lanzó a abrazarlo, en un intento de hacerlo sentir mejor.

Su sorpresa llegó cuándo el chico la empujó tirándola al suelo. No puso mucha fuerza pero ella había perdido el equilibrio.

Aún así, no se movió del columpio para ayudarla a ponerse en pie.

—No hagas eso –negó, mirándola mientras la japonesa seguía sentada en la tierra.

—¿El qué?

—Todo, no lo hagas –murmuró–. No me tienes que consolar, yo dejé a Jiyu.

—Entonces, ¿por qué lloras? –preguntaba confusa, Sunghoon la estaba mareando.

—Porque nada sale cómo quiero –se quejó–. Sólo arruino las cosas.

—Park Sunghoon, no arruinas nada, deja de pensar así.

—Es gracioso que la amistad que arruiné por mi egoísmo es la que me lo dice.

—No te estoy entendiendo.

Se levantó bajo la atenta mirada del coreano y se sentó en el columpio de al lado, comenzando a mecerse con tranquilidad.

El chico seguía sin responder y Akane estaba dando por sentado que no recibiría respuesta, por lo que comenzó a tararear mientras observaba el cielo nocturno intentando no pensar demasiado en la extraña situación que estaba ocurriendo.

Hacía un poco de frío por la brisa nocturna que llegaba en verano, pero no estaba muy pendiente de ello a decir verdad.

El silencio se instauró entre los dos. No había nadie más en el parque. Sólo ellos dos.

La joven comenzó a preguntarse cuanto tiempo estarían así; callados. Lo veía cómo una forma de arreglar sus problemas, con algo de suerte, quizás para cuándo tomase el avión a Japón en poco tiempo ya volvían a ser amigos.

Porque cuándo lo perdió, sintió qué perdió a un hermano.

No tenía la esperanza de que todo se arreglase de la noche a la mañana, pero poco a poco podrían olvidar este malentendido.

—¿Cuándo te vas a ir? –rompió el chico de pelo blanco el silencio, ella giró su cabeza confusa, ¿estaba esperando a que se marchase?

—Cuándo tu te vayas –respondió segura de ello–. Creo que tenemos muchas cosas de que hablar.

—No quiero hablarlas.

—Pero tenemos que hablarlas.

—Pero ahora mismo no tengo ninguna excusa para mi comportamiento.

—No necesitas ninguna excusa, busco la verdad.

—Claro, porque es muy fácil decirle a tu amiga con novio que estás enamorado de ella.

Akane sintió cómo el aire abandonaba drásticamente sus pulmones. Sabía que Sunghoon sólo había sido capaz de decir aquello por culpa del alcohol y que, muy probablemente, la evitarse el resto de su vida.

Un silencio incómodo se instauró entre los dos mientras Akane analizaba la situación.

¿Park se había enamorado de ella? ¿En qué momento pudo ocurrir? Si era sincera, a pesar de no poder negar que él era uno de los chicos más guapos que había visto, nunca lo vió cómo algo más que un amigo.

—¿Cómo...? –fue la única palabra que pudo escapar de sus labios, al menos un par de minutos después de las declaraciones del chico.

—Ni siquiera yo lo sé –habló, echando su cabeza hacia atrás y evitando de todas las formas posibles mirarla a los ojos–. Aborrecí gustarle a todas las chicas, no me interesaba ninguna para ser sinceros. Tú fuiste la única que no se acercó a mí con dobles intenciones, sólo querías ser mi amiga, y en un principio, yo sólo quería ser tu amigo.

—Pero...

—Déjame terminar –pidió–. Cuándo nos encontramos a tu ex... Ti-ki –intentó recordar el nombre–. Bueno, no me acuerdo bien de su nombre, era algo así. Él pensó que estábamos juntos, ¿te acuerdas? No pude decirlo en voz alta, pero sí me gustó que pensara eso. Después todo el mundo llegó a esa conclusión, y me gustaba imaginar que podía estar contigo aunque a ti te gustase Sunoo. Se lo dije a Jake, y él me dijo que es porque me gustabas. Yo quería estar contigo, Akane, pero me tenía que conformar con verte hablando de Sunoo, y eso me dolía mucho.

—¿Y por qué saliste con Jiyu?

—Era una chica guapa y a la que claramente le gustaba. Pensé que olvidarte iba a ser tan fácil cómo salir con ella, pero claramente no funcionó y la dejé antes de que eso fuese a peor.

Luego de las explicaciones, ella seguía sin saber qué decir. Pensaba que el cariño que Sunghoon tenía hacía ella era exactamente igual que el que ella sentía hacia él.

Ahora se daba cuenta de que no.

Y se sentía mal, ya que le había hecho daño a su amigo sin darse cuenta.

—No es tu culpa, Akane –intentó interrumpir esos pensamientos–. No puedo obligarte a quererme.

—Si las cosas hubiesen sido distintas, puede que ahora fuésemos amigos –habló ella en voz alta.

—Pero las cosas no han sido distintas.

—¿Podemos seguir siendo amigos? –pidió cómo última esperanza, su corazón seguía sin creer que la amistad se había acabado.

—Es que yo no quiero ser tu amigo.

Ninguno de los dos dijo nada más. Park se levantó dando la conversación por terminada y Akane se quedó allí, sintiendo lágrimas escurrir por sus mejillas.

Puede que fuese peligroso volver sola, pero no le apetecía estar con nadie.

Agradeció que Eunbi tampoco estaba aquel día en sí habitación, podía estar tranquilamente llorando e intentando desprenderse totalmente de esa amistad.

No podía odiar a Park Sunghoon.

Seguramente se le quedaría un buen recuerdo de él, y si el destino lo quería, volverían a ser amigos en algún momento.

ᴋᴏɪ ɴᴏ ʏᴏᴋᴀɴ (ᴋɪᴍ ꜱᴜɴᴏᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora