Capítulo 9

661 78 13
                                    

—¡Esto es muy incómodo! –chilló Akane tapándose sus ojos al ver a su mejor amiga despedirse de su novio con un claro beso en los labios–. Nunca debí permitir que te registrases en esa app de citas.

—A mi no me eches la culpa, no voy a rechazar un beso suyo –se apresuró a decir Jay, justo antes de desaparecer con una sacudida de manos.

—Vamos, Akane, cuándo consigas pareja me entenderás –aseguró pasando un brazo por sus hombros–. Además, ese chico de pelo rosa parece adorar los besos.

—¡Callate! –dijo nerviosa, en un intento de tapar sus sonrojadas mejillas.

—¿Cómo te va con él?

—Ni siquiera tengo su número.

—¿Qué fue lo que te enseñé yo durante tantos años de amistad? –se ofendió dramáticamente–. Exacto, que con las tecnologías de hoy en día, se avanza más rápido por KakaoTalk que en persona.

La otra chica sólo rodó los ojos, Hatsu veía más esperanzas en esa relación que ella misma.

—Quiero tomar las cosas con calma, ¡no puedo dejar escapar al amor de mi vida! –exclamó con molestia y gracia al mismo tiempo–. Si las cosas van rápido no funcionaran.

—Tú si que tienes experiencia en eso, ¿eh?

—¿A qué te refieres? –cuestionó extrañada, no sabía el punto de la conversación.

—¡No hagas cómo que no te acuerdas! ¿Sabes, Hatsu? –comenzó a imitar de mala forma su tono de voz mientras ponía extrañas caras–. He conocido a un chico, ¡Nishimura Riki! ¿Sabes hace cuanto lo conocí? Exacto, hace unas semanas, ¡y ya somos novios! ¿Te lo puedes creer? Ni siquiera lo conozco y ya lo amo. ¿Y qué pasó, Akane? ¡Te dejó el día qué cumplíais un año y medio! ¡Sin piedad ninguna!

—¿Qué tiene que ver eso ahora? –habló enfadada, había cambiado drásticamente de tema cómo si buscara la menor excusa para recriminarlo.

—Akane, ¿por qué haces cómo si Riki nunca hubiera existido desde que conoces a Sunoo? Porque, si no te acuerdas bien, hacía pocos meses seguías pensando constantemente en él, ¡es la razón de que estemos en Corea!

—¿No puedo simplemente superarlo y seguir con mi vida? Es lo que tú querías.

—Y lo sigo queriendo, pero no puedo creer que de un día para otro lo has olvidado, luego de tantos años.

—Fue alguien importante en mi vida... sólo quiero avanzar de una vez.

Se sorprendió al sentir cómo Hatsu la rodeaba con sus brazos y la estrechaba en un reconfortante abrazo. Así era Hatsu, te podía soltar un bomba pero luego te abrazaba para que supieras que le importas de verdad y que te lo dice por tu bien.

—Es que... no quiero que te hagas daño a ti misma intentando querer a alguien más cuándo no es así, y que te lleves además a alguien que no tiene la culpa de por medio.

—Entiendo tu punto, por eso quiero hacer las cosas más despacio y asegurarme de que todo sale bien.

—Si no te funciona con Sunoo vete con Jake, es guapo –afirmó mirando al chico que venía junto a su mejor amigo desde lejos.

—Y mujeriego –apuntó, y las dos comenzaron a reír sabiendo cómo era la coqueta personalidad del australiano.

—¿De qué tanto os reís? –reclamó Shim indignado, mientras se daba cuenta de que tenía algo que ver con él.

—Nada, nada, ¿nos vamos?

Y con eso, Akane se despidió de su mejor amiga y se fue con sus dos amigos a conocer un poco de Seúl. Habían acordado que una vez a la semana la llevarían una tarde a algún lugar importante, y así, poco a poco, podría ir conociendo dónde residía ahora.

—¿A dónde iremos?

—¿Has oido hablar del río Han? –preguntó Sunghoon mientras la japonesa asentía.

—Sí, ahí van los estudiantes de último año a suicidarse –recordó, sin contar que quizás era un tema sensible.

—Bingo –admitió Jake–. Pero tiene vistas bonitas, centrémonos en eso.

Decidieron ir caminando, debían admitir que estaba bastante cerca de la universidad así que no era ningún problema.

—Necesito que nos hagamos muchas fotos –aseguró Park tomando so móvil y abriendo instagram, revisando algunas publicaciones de personas que Akane no identificaba–. ¡Llevo 2 meses sin subir nada! La gente va a pensar que estoy muerto.

—¿Has pensando en hacerte influencer, Sunghoon?

—Patinador de hielo, estudiante de idiomas e influencer, soy todo un multitalentos –les guiñó el ojo mientras el trío comenzaba a reír, parándose frente a una tienda–. ¿Sabéis lo aesthetic que puede quedar mi hermosa cara con un batido? Debemos comprar.

—No traigo dinero –admitió la joven.

—Todo por el postureo –aseguró Jake, listo para pagar un batido para él y otro para su amiga.

Luego, cuándo cada uno tomaba de sus batidos, llegaron por fin al río, que era cierto que tenía unas vistas hermosas.

Akane, que era la única de ellos que nunca había estado, se concentró en observar el flujo del río avanzar con tranquilidad, bastante concentrada. En cambio, Park y Shim habían comenzado a mirar buenos ángulos para fotos.

—¡Quiero una foto contigo! ¡Quedará genial! –le dijo el patinador de hielo a su amiga, quién asintió aunque estaba de espaldas.

—Tus admiradoras me asesinaran pensando que soy tu novia.

—¡Perfecto! ¡Serás mi espantachicas, Akane!

—Para que te doy ideas... –rió, todavía concentrada en las hermosas vistas.

—Los batidos no van a quedar bien, Jake, sujétalos y le pedimos a un desconocido que nos haga una foto –se le ocurrió–. ¡Perdone! –exclamó a alguien que la japonesa no era capaz de identificar–. ¿Nos podría hacer una foto?

—Claro.

La joven se giró quedando petrificada al ver a la persona a quién su amigo le pidió la foto. El tiempo había pasado, por supuesto. Su pelo ahora era de un tono natural, es decir, negro. Sus facciones eran más maduras y estaba más alto. Aún así, descartaba la posibilidad de olvidar su rostro a pesar del tiempo.

Nishimura Riki estaba frente a ella, y él también parecía haberla reconocido aunque lo estaba disimulando.

—¡Ven aquí! –le abrazó Sunghoon con velocidad, sin tomar en cuenta el cambio de rostro que la japonesa había tenido.

Riki echó varias fotos con tranquilidad, y luego Park se acercó a observar cómo habían quedado.

—¿Alguien te dijo alguna vez que eras fotogénica? Porque te voy adelantando que no, no lo eres. Parece que estás bizca, ¿podría repetirla, por favor?

Ni-ki rió mientras en la mente de Akane sólo había un plan de huida y un agradecimiento para gran empatía del patinador de hielo.

Luego de volver a hacer fotos, en las que la joven se obligó a parecer lo mejor posible, por fin terminaron.

—Están mejor –afirmó Jake desde un lado.

—Hacéis bonita pareja –dijo ahora Nishimura, observando fijamente a su ex-novia–. Te buscaste uno mejor que yo, Akane –bromeó, yéndose del lugar y dejando a Ozawa con su corazón latiendo a una velocidad que no era normal por culpa de los nervios.

—¿Cómo sabía tu nombre?

—¿Lo conoces?

—Me quiero ir –afirmó, teniendo ganas de sentarse en algún lugar y procesarlo todo.

—De todas formas nos lo contarás.

Parecía que su conversación con Hatsu había funcionado cómo una ley de atracción o algo parecido.

ᴋᴏɪ ɴᴏ ʏᴏᴋᴀɴ (ᴋɪᴍ ꜱᴜɴᴏᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora