—Entonces, estoy en todo mi derecho de odiarlo –declaró Jake cuándo la japonesa había terminado su larga explicación sobre aquella relación de un año y medio hacia tanto tiempo.
—Otro cómo Hatsu no, por favor –murmuró golpeando con la palma de la mano su frente, arrepintiéndose de haberse sincerado.
—Hay que admitir que tiene cerebro, admitió que yo soy mejor que él –rió Park, sin darle demasiada importancia al tema–. Es un idiota, seguramente no lo vuelvas a ver en tu vida después de esto.
—No es tan fácil, Sunghoon –negó, podría explicarle a aquel par la existencia de Sunoo, pero bien sabía que si lo hacía sería cuestión de tiempo que se presentaran a diario en la cafetería a hacer peores interrogatorios que los de su amiga.
—¿Por qué no es tan fácil?
Akane sabía que iba a cometer un error diciendo las siguientes palabras, pero, ¿qué es de la vida sin un poco de emoción?
—Se puede decir que... hay alguien. No sé si es mutuo, no sé ni siquiera si me gusta realmente, pero hay alguien.
—¡Explícanos!
—Quizás no es tan importante, es confuso. Hace poco conocí a un chico, y aunque no hemos hablado mucho hay conexión. Suena precipitado, porque a penas nos hemos visto, quizás tres o cuatro, no lo recuerdo. Tampoco sé si su actitud sólo se debe a amabilidad, cómo he dicho, no lo conozco lo suficiente. Es simplemente... adorable. Y que Riki haya hecho una aparición en mi vida parece ser sólo una advertencia de que sigue presente también en mi mente, y que no puedo querer de verdad a Sunoo hasta que de verdad lo olvide. Intento repetirme que ya no lo quiero, y sé que el sentimiento que tenía antes hacia él no tiene comparación con el de ahora, que es mucho más pequeño y apagado –terminó de contar su monólogo, mientras sus amigos la escuchaban atentamente.
—Nos tienes que presentar a ese chico –le golpeó el hombro Jake con picardía, ignorando casi todo lo que había dicho, mientras Sunghoon no tardaba en unirse.
Probablemente el mayor martirio de tener amigos chicos era algo cómo esto, no solían preocuparse demasiado por sentimientos o emociones profundas, aunque había que admitir que también eran bastante buenos haciéndote olvidar los problemas por un lapsus de tiempo.
Así que Akane supo que esa era la forma que tenía aquel par de preocuparse por ella, y de alguna forma, cuidarla. No le iban a decir palabras de aliento, pero la iban a hacer reír a carcajadas.
Y cómo en este caso, acabar de madrugada en un desolado parque cerca de la universidad, con algo de alcohol en sus organismos y el chirriar de los columpios cómo protagonista. Cualquier persona que viera la escena pensaría que estaban algo locos, ya que se reían cada vez que caían del columpio por culpa del mareo, y más tarde, iban a vomitar a una papelera.
Si Seúl no fuese una ciudad tan nocturna, estaban seguros de que alguna de las personas que vivía en los edificios se estaría quejando, pero probablemente ya debían estar muy acostumbradas a todo aquello.
—Tenéis suerte de que mañana sea sábado y no haya clases, porque cómo me tengáis que aguantar un día que he dormido menos de 8 horas vais a querer dejar de ser mis amigos –admitió suavemente mientras se columpiaba.
—¿Quién te ha asegurado que somos amigos? –la molestó Park, viendo cómo la chica cambiaba rápidamente su expresión al creérselo, en parte por culpa de su ebriedad–. Eres nuestra mejor amiga.
—Nos conocemos desde hace poco –excusó ella–. ¿Cómo me podéis considerar vuestra mejor amiga?
—¿Tú nos consideras tus mejores amigos? –se metió Jake en la conversación, y Akane asintió.
Hatsu era su mejor amiga, por supuesto, había estado para ella en sus peores momentos e incluso se mudó de país para ayudarla. Pero, en términos masculinos, no tenía mejores amigos que ellos dos.
No se consideraba una persona asocial, pero si retraída. No porque le costara socializar, si no porque su mente se nublaba imaginando que podrían pensar de ella, y ese miedo la ganaba. Así que, sus amigos eran Hatsu, Jake, Sunghoon y probablemente Jay, pero no más de ahí.
Pero teniendo en cuenta que aquel par era bastante llamado por las chicas, suponía que tendrían muchas amigas, sin tener en cuenta sus intenciones, claro.
—Desde pequeña me dio miedo hacer amigos –comenzó a hablar dramáticamente a causa del alcohol–. Japón es un lugar superficial, y yo no cumplo estándares. Mi peso esta arriba de la media, ese fue un gran problema. Llegué a la conclusión de que no me podían querer por culpa de eso, que era un problema. Corea también es un país superficial, así que a veces me da miedo que no queráis ser mis amigos a raíz de mi peso.
De pronto, Park y Shim parecían haberse tomado aquel tema enserio. Probablemente porque esto no era un tema cómo no superar a tu ex, era algo más serio, que era estar a gusto con uno mismo.
—El cuerpo no es todo, Akane –dijo el más alto rápidamente–. A nosotros siempre nos dará igual algo cómo eso.
—Las personas no son sólo cuerpos, eso no es ni siquiera el 5% de una persona, y no sirve de nada no reflejar el otro 95% porque te asusta lo que digan de esa pequeña parte.
—Sufrí bullying mucho tiempo por ello, no pude mostrar mi personalidad, ¿cómo voy a amarme con el fantasma de mi pasado persiguiéndome?
—Ya no estás con las mismas personas. La gente madura, cambia y se arrepiente de esos errores. Refleja inseguridades en el resto. No pienses tanto en el pasado y deja de martirizarte tanto, pérdonate porque te lo mereces. Mereces sentirte bien contigo misma.
Esas fueron las palabras que más marcaron a Akane en toda su vida. Se merecía su propio perdón y el poder mirarse al espejo sin sentir asco, y esa madrugada lo entendió.
Entendió que ese cambió no iba a ser de un día para otro, que necesitaba tiempo.
Que quizás sola no podía hacerlo todo, pero que tenía a personas, aunque no fueran muchas, que la estaban apoyando.
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ᴋᴏɪ ɴᴏ ʏᴏᴋᴀɴ (ᴋɪᴍ ꜱᴜɴᴏᴏ)
Fanfictionᵏᵒⁱ ⁿᵒ ʸᵒᵏᵃⁿ || 𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐚𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐚 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫 𝐢𝐫, 𝐲 𝐭𝐮́ 𝐜𝐚𝐩𝐭𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐦𝐢 𝐦𝐢𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐝𝐢𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐯𝐢. 𝗞𝗼𝗶 𝗻𝗼 𝗬𝗼𝗸𝗮𝗻 (恋の予感): 𝗲𝘀 𝗹𝗮 𝘀𝗲𝗻𝘀𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲𝗻 𝗱𝗼...