Emilio dio un vistazo a su teléfono mientras que otra ronda de risas hacían eco a través de la casa y a través de la puerta cerrada de su dormitorio en la cima de las escaleras.
Joaquín estaba entreteniendo al prometido de Linc, Wyatt, y a una chica de cabello negro llamada Charlie. Era apenas pasada la medianoche, y ninguno de los tres mostraba signo de bajarle.
Joaquín y la chica estaban
borrachos, pero Wyatt parecía sobrio. Ruidoso, pero sobrio. Joaquín debería estar durmiendo. Tenía una sesión de fotos programada con Vogue a las cinco, lo cual significaba acorralarlo al interior del auto a las cuatro de la mañana como mínimo. Emilio debió haber dejado las reglas claras antes de ir a reunirse con el equipo de seguridad de la comunidad, pero habían regresado demasiado tarde.Para el momento en que Emilio había conectado la cámara de seguridad a su laptop y había echado una mirada a la estructura de la comunidad, Joaquín ya estaba embriagado, caminando alrededor con los pies descalzos y en nada más que pantalones apretados de cuero caídos sobre sus caderas, su cabello brillante a altura de la barbilla empujado fuera del rostro por una gruesa bandana de
cuero, haciéndolo lucir como una perversa estrella de rock más que como un actor.La combinación de las risas chillonas y el hedor a acetona habían llevado a Emilio a su habitación en donde había pasado el resto de la noche testeando los sistemas de seguridad, cambiando los códigos, y comprobando que las marcas de tiempo de los monitores estuvieran correctas. Con esa tarea finalizada, él quería poner la alarma e irse a la cama, pero no podía hacerlo, no mientras Joaquín estuviera todavía consciente. En su lugar, Emilio yacía en la cama con su laptop.
Dio un profundo suspiro mientras la música aumentaba a través de la casa en una canción lenta con el latido palpitante de un bajo. No se levantó, solo cambió la cámara enfocándose en la cavernosa sala de estar. Wyatt y Charlie yacían en la mitad, pero Joaquín estaba de pie en un gran trozo de madera flotante que servía como mesa de café. Emilio acercó la imagen con curiosidad.
En algún punto, Joaquín se había escapado para ponerse más ropa. Ahora llevaba una camisa de botones negra y un sombrero fedora. Emilio miraba fijamente, mientras Joaquín movía sus caderas meneándose lentamente en forma de ocho, los brazos sobre la cabeza como un bailarín de vientre mientras parecía perderse a sí mismo en la música.
El sombrero se fue primero, volando en algún lugar fuera de la cámara, Emilio acercó la laptop mientras el chico trabajaba en abrir los botones de su camisa con dedos ágiles. Acercó la imagen nuevamente hasta que el rostro del chico era todo lo que podía ver. Emilio solo podía describir la expresión de Joaquín como… dichosa. Sus párpados cerrados a la mitad, sus labios mojados, abiertos. Emilio no podía apartar la mirada.
Arrugó el ceño cuando su polla se endureció contra el cierre. Era la segunda vez que Joaquín le daba una erección en un día, lo cual podría tratarse de un récord para Emilio. El sexo no representaba una fascinación real para él, aunque, de adolescente, su hermano le había asegurado casi a diario que debería serlo. No es como si él no disfrutara de la sensación, pero los orgasmos eran innecesarios para su supervivencia y por lo tanto raramente estaban al frente de su mente.
Masturbarse era mucho más fácil y menos complicado. Tenía mucho más sentido. Pero esto era diferente. No tenía que ver con la piel revelada. Joaquín había estado desnudo horas atrás y sin camisa durante toda la noche. Era el rostro de Joaquín, la expresión de dicha soñadora mientras se quitaba la ropa, sus manos deslizándose por su cuerpo como si estuviera solo. Era cautivador.
Emilio amplió el plano justo cuando las manos de Joaquín se deslizaron a lo largo de su abdomen, sus dedos largos abriendo el botón de su pantalón. Wyatt y Charlie gritando de ánimo.
ESTÁS LEYENDO
MADNESS
FanficEn Hollywood, ser un sociópata es más una habilidad vital que un diagnóstico. Joaquín y Emilio sólo tienen una cosa en común. Ambos llevan máscaras. •ADAPTACIÓN•