Chapter 5

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—Ahora, jugaste fútbol, ¿no es así? —preguntó Glenda Gannon—. ¿Crees que te ayudó a prestarle un poco de autenticidad al papel?

Joaquín soltó una risa.

—Sí, yo jugué hasta mi primer año en la escuela secundaria en Montana. Mi abuelo era fan de los deportes en equipo, decía que construían el carácter. Probablemente hubiese seguido jugando si no me hubiese rasgado el ligamento cruzado anterior —Era una pequeña mentirilla blanca. Estaba intentando guiarla lejos de una conversación sobre su vida por fuera de Hollywood. Eso era de él y solo de él—. La mayoría de los actores en el equipo habían jugado fútbol en algún punto. Lo hacía más fácil en cuanto al bloqueo y la filmación. Aunque todos teníamos dobles, aun así, teníamos que memorizar y hacer las escenas de tomas de primer plano.

Había un destello en los ojos de la chica mientras se inclinaba hacia adelante, eran todas las advertencias que Joaquín necesitaba para saber que ella estaba a punto de salirse del libreto.

—Sí, pero tú siendo un jugador de fútbol gay en la escuela secundaria, ¿Te dio un poco de conocimiento interno sobre cómo se sentía el personaje sobre tener que ocultar quién era? ¿Algún novio secreto de
secundaria sobre el cual quieras contarnos? —Perra. Él forzó una risa.

—Nunca pensé en mí mismo como alguien encerrado en el closet o escondido. Seguro, yo no salí con chicos en la secundaria, pero
tampoco lo hacía con chicas. Mi abuelo era muy estricto, y siempre había trabajo por hacer en el rancho, lo cual no me dejaba mucho tiempo para la vida social. Muchas personas sabían esto. Nadie me preguntó sobre mi sexualidad, y yo nunca sentí la necesidad de aclararlo. Y nunca obstaculizó mi habilidad de jugar con la pelota.

Los párpados de la reportera revolotearon como un robot reseteándose a sí mismo antes de continuar.

—Hablando de citas, definitivamente parece que tienes una vida social ahora. ¿Cómo está Robby? Lo tuvimos en el programa una semana atrás, y él estaba delirante sobre ti. Está claramente enamorado. ¿Qué hay de ti?

Joaquín suspiró internamente. Robby. Él era la parte más difícil de fingir. Forzó una expresión cariñosa en su rostro, hablando con falso entusiasmo de un chico que se merecía algo mucho mejor que a Joaquín.

—Robby es… él es perfecto. Atractivo, divertido y encantador. Exactamente quién parece. Soy muy… afortunado —No era una mentira, exactamente.

Luchó contra el impulso de mirar hacia Emilio. ¿Qué estaba pensando? ¿Le creía a Joaquín? ¿Pensaba que él y Robby eran una pareja real? El pensamiento agregó otro nudo a su estómago. ¿Por qué la opinión de un extraño tenía tanto peso? ¿Estaría mirando o se habría escapado para otro receso para fumar?

—Estamos muy contentos por ustedes, pero retomemos donde lo
dejamos. Tu Oscar. ¿Qué se siente ganar la categoría de Mejor Actor a solo veintidós años? —Su estómago se revolvió.

—Hace una semana de los premios y todavía no se siente del todo real.

—Bueno, yo pienso que es solo el primer premio de muchos por venir. Estás claramente manteniendo el legado de tu abuelo vivo —Ella se removió en el asiento—. Háblanos un poco sobre tu siguiente proyecto, The Silencer. Haces de un asesino serial adolescente obsesionado con una chica que conoció en la biblioteca. ¿Estás emocionado por comenzar a filmar? ¿Cómo alguien se prepara para un papel como ese? Se ve tan diferente a ti.

—No si realmente me conocieras —Él dijo inexpresivamente. Por primera vez en la entrevista su sonrisa se borró, pero se recuperó rápidamente.

—¿Hiciste alguna preparación especial para el papel?

MADNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora