Chapter 23

215 38 56
                                    

—Entiendes nuestra preocupación, ¿verdad, Joa? —La rodilla de Joaquín daba tumbos mientras apretaba la mano de Emilio con fuerza debajo de la mesa.

—No pensé que las personas me reconocerían. —Él se ruborizó mientras observaba a la habitación llena de expresiones incrédulas. Su agente, Mark, se pasó una mano por la cabeza calva y suspiró.

—Acabas de dar una gira de prensa. Tú y Robby están a diario en los tabloides. Las personas tienen videos de tu película por todo Tumblr. ¿Cómo pensaste que no te reconocerían? ¿Porque te pusiste lentes de contactos y usaste un suéter?

—No juguemos al juego de echar la culpa —dijo Hanna—. No importa lo que Joaquín estaba pensando. Lo que importa es lo que hagamos ahora. ¿Dejamos que Robby haga de víctima con el corazón roto? No pienso que podamos decir que se separaron por mutuo acuerdo semanas atrás, después de esa sesión de fotos no aceptada oficialmente que Lucif… Lucy aprobó en el hotel sin mi permiso.

Joaquín dio una mirada hacia su madre, quien estaba sentada con las piernas cruzadas y uno de sus zapatos de charol rojo sangre colgaba de su dedo mientras fruncía el ceño hacia Hanna.

—Pensé que no jugaríamos a echarnos la culpa —dijo, con la voz dulce como sacarina. Hanna hizo rodar los ojos.

—Vamos a necesitar poner a Joaquín en frente a las cámaras de inmediato para hacer un control de daños mayores —Ella miró a Emilio de arriba hacia abajo, haciendo una mueca—. No hay manera de hacerlo lucir más… joven. Supongo que tendremos que jugar sobre todo el ángulo completo de héroe de guerra. Estuviste en la milicia, ¿correcto? —Emilio dio un simple asentimiento, pero no embelleció las palabras—. No eres muy hablador, ¿no es cierto? Eso funcionará a nuestro favor. Al menos eres sexys. Las chicas y los gays se van a desmayar.

Finalmente, Joaquín se atrevió a echar una mirada hacia donde Robby estaba sentado al final de la mesa. Si solo estaba actuando con el corazón roto, entonces era él quien se merecía el oscar. Estaba sentado con pantalones grises y una sudadera negra, sus ojos inyectados de sangre y su boca estirada hacia abajo en un fruncimiento poco característico. Joaquín lo observó por un largo minuto, deseando que él lo mirara de regreso, con la esperanza de al menos poder musitar que lo sentía, pero, Robby miraba a alguien más. A Calder, su nuevo guardaespaldas. El hombre tenía el pelo largo y una barba similar a la de Emilio, pero él sujetaba su cabello color caramelo en una trenza que serpenteaba sobre su hombro derecho. Usaba pantalones negros y una camiseta que revelaba muchos tatuajes en ambos brazos. Era espléndido. Joaquín podía entender como era que había captado la atención de Robby.

—Robby, necesitamos que pases desapercibido por unas semanas. Haz el papel de novio abrumado por el dolor.

—¿Y eso en que ayudará a mi cliente? —preguntó Jasmine, la publicista de Robby, cruzando los brazos sobre su pecho y la mandíbula apretada de tal forma que dejó saber a Joaquín que ella quería algo.

—Es solamente por algunas semanas. Entonces, lo pondremos de nuevo en la pista, y podrá hablar sobre cómo ha sido este año para él, como está recuperando su poder y que no necesita de un hombre para eso. El público lo amará. Créeme, esto podría ser exactamente lo que él necesita para ser catapultado a la A-list¹ —dijo Hanna, dando a Robby lo que ella probablemente pensaba que era una sonrisa tranquilizadora. Él simplemente observó con fijeza sus manos.

—¿Resolvimos esto a su gusto? —preguntó Mark a los ejecutivos del estudio a los que Joaquín había comenzado a llamar Hekyll y Jeckle² en su cabeza, porque ambos vestían en trajes negros y usaban gafas de alambre sobre sus narices con forma de pico.

—Joaquín, somos una marca. Una marca familiar. Apenas nos estamos recuperando de Matt Denison conduciendo bajo influencia, y tú vas y tienes un video filtrado —dijo Jeckled.

MADNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora