Parte 2

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Luego de llegar al departamento tomamos asiento y algunos minutos después mi madre y yo nos retiramos casi inmediatamente, así SeoJin podía levantar la cabeza, ya que la pobre se encontraba mirando los zapatos todo el tiempo para evitar mirar mi rostro y como no tenía que prestar atención a SeoMin ya que se encontraba dormido era aún más incómodo para ella.

Hay algo más bello que verla hacer pucheros mientras hace algo y eso es verla sonrojada y nerviosa.

Lleve a mi madre, me quede un rato con ella y luego fui a mi departamento, al día siguiente tendríamos vuelo a las 10 de la noche, así que tenía mucho tiempo libre.

Llegue a mi casa, pedí una cena, la comí, tomé un baño y me acosté a dormir.

...

Al día siguiente la alarma no me despertó, lo hizo alguien tocando la puerta como energúmeno, abrí encontrándome a Seokjin detrás de esta.

-Vamos a correr-, dijo adentrándose como si fuera su casa.

-¡Deja dormir!, si hubiera sabido que eras tan indeseable no te aceptaba como vecino-  dije de mala gana.

-Cállate, que bien que te encanta, y ve a vestirte exhibicionista-, dijo porque solo me encontraba con unos bóxer negros, nunca me a gustado dormir vestido, y como vivo solo no veo el porque deba hacerlo.

Obedecí a su orden y me puse un pantalón y sudadera para luego salir del departamento.

Teníamos una hora corriendo y jugando a atraparnos, entonces entramos a un café y pedimos un americano frío para luego sentarnos en un parque a conversar.

-¿Como resultó lo tuyo con SeoJin ayer?- dijo ya que en todo el rato que llevábamos corriendo no habíamos tocado un tema relacionado a ella.

-Bien, la llevé al departamento, vio mis tatuajes y dijo que eran lindos-, dije con simpleza, ahorrándome el hecho de que sentí mi corazón saltar de mi pecho cuando tocó mi brazo.

-Oh, a ella siempre le han gustado, al idiota con el que estaba le parecían grotescos y decía que eran para delicuentes, así que creo que se quedó con las ganas de hacerse alguno.

-No sabes cuántas ganas tengo de conocer al imbecil y partirle el rostro-, dije mirando al frente.

-No más que yo créeme, le dejó muchos complejos, con su cuerpo, su pelo, su piel, todo de ella se lo cuestionaba y dejó más de una inseguridad- dijo, -Pero con las ganas de golpearlo no me quedé- dijo para luego reír.

-Eso me interesa, cuéntame más- dije prestándole atención.

-¿Recuerdas que te conté que trató de quitarle el bebé?- preguntó y asentí, si lo recordaba. -Resulta que luego de que ella ganara la custodia, él fue a mi apartamento en ese entonces ella vivía con migo, así que pidió, bueno más bien exigió verla, pero ella no estaba para mi suerte, así que luego de escuchar atentamente las porquerías que decía le di un puñetazo en el rostro él me lo devolvió obviamente y yo también y así continuamos hasta que mis vecinos nos separaron.

-¿Y quien ganó?

-Esto no se trata de quien ganó, sino de que me vengue al menos un poco, lo que la ley me permitía al menos.

-El lo hizo,- dije burlón.

-¿Y que querías que hiciera, el maldito mide casi dos metros,- se excusó, -y a pesar de eso le dejé un ojo morado, el labio roto y necesitó puntadas en el pómulo izquierdo, una obra de arte.- dijo con orgullo.

-¿Y el a ti?- indagué

-¿Recuerdas que me dieron dos semanas de licencia por haberme roto dos dedos "haciendo ejercicio"?- asentí, -Ese fue el ejercicio- dijo para luego comenzar a reír como el desquiciado que es.

-Dijiste que le dejó complejos a tu hermana, ¿puedo saber de qué clase?-, pregunte con cautela luego de unos minutos.

-Su parto se complicó, así que tuvieron que hacerle una cesaría de emergencia, por lo que dejó una cicatriz en su abdomen bajo, a ella le gustaba mucho usar biquini e ir a la playa o piscinas, pero no lo a vuelto a hacer  desde que un día él la riñó por ponerse uno alegando que estaba haciéndolo pasar vergüenza, yo me metí claro esta y acabamos discutiendo, apenas tenía un mes de haber tenido al bebé y tenía el cuerpo mejor que cualquier otra, pero aún así se llenó de complejo y no ha vuelto a vestir algo revelador desde entonces, ¿no se si los has notado?- dijo para luego recibir un asentimiento de mi parte.

-¿Entonces cuestionó su cuerpo luego de tener a su bebé?- pregunté incrédulo.

-Si, pero se que era más por celos e inseguridades de él, porque no es por presumir, pero mi hermana es perfecta y como todos la veían a ella en el lugar con un pequeño bebé recién nacido y un biquini que le quedaba perfecto el idiota dejó salir su ego de macho alfa, y así fue durante varios meses más hasta que ella por fin se cansó.

Dijo esto y me dejó pensando en muchas cosas, en lo mucho que debió haber aguantado por la sociedad machista en la que vivimos y por tratar de salvar lo que tenia no tenía salvación.

Continuamos hablando de varios temas más y luego emprendimos camino a casa, caminando porque las energías se nos habían acabado.

Me sentía mal por saber un poco por lo que ella había pasado y que no fuera por su boca. Y me jure a mí mismo que lograría generar en ella la confianza suficiente para apoyarse en mí.



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